Welcoming center o “se habla venezolano”. Manejada por la ciudad de El Paso, Texas, esta institución recibe a los inmigrantes para gestionar el refugio y traslado en buses gratuitos a las ciudades de New York y Chicago, gracias al trabajo de las ONG de esas ciudades.
Al visitar el sitio, el encargado del lugar, Jorge Rodríguez, me comentó que recibían alrededor de 500 inmigrantes al día, en su casi mayoría venezolanos, cifra que va en ascenso.
El traslado es voluntario y ellos deciden a cuál ciudad ir. Me explicó Rodríguez que muchos piden que sean enviados a Miami, programa que aún no tienen pero que sí están en planes de abrir.
Para mantener este programa, la ciudad gasta un average de $250.000 al día, sobre $1.75 millones a la semana en transporte, alimentación, refugio y salario del personal al que asiste a los migrantes.
Posteriormente a la reunión con Rodríguez, me acerqué con Anthony Aguero a saludar a los paisanos que esperaban en el lugar: encontré muchas familias con niños, adolescentes y hombres solos. Todos sin excepción habían pasado El Darién. Una joven madre me mostró a su bebé y me dijo que a los 25 días de haberla tenido inició su viaje a USA atravesando la peligrosa selva.
Habían solo dos familias que no eran venezolanas; eran colombianos y ecuatorianos.
Mientras los saludaba y escuchaba sus historias, Anthony Aguero repartía Pirulines dándole prioridad a los niños que se alegraban muchísimo. Los jóvenes y adultos se volvieron niños extendiendo su mano para que le diese su Pirulin. Lo disfrutaban con añoranza.
Aunque muchos deseaban venir a Miami, la falta de un lugar para vivir les hacía decidirse por otro destino.
Al salir del lugar pude ver a 2 autobuses listos para partir. ¡Buena suerte, paisanos!
Agradezco el apoyo de Anthony Aguero para que pudiera realizar esta visita a la frontera sur.
Patricia Andrade
