La solidaridad del pueblo de Barinas no ha cesado. Los barinenses se presentan en la carpa de los huelguistas mostrándole su apoyo.
- Momento en en que trasladan a Tarquino Concho a la Clínica Occidente de Barinas(Foto cortesía Robert Alvarado)
Prensa VAF.-Julio 10, 2013.
Tarquino González ayer mostraba los estragos de la huelga de hambre, sin embargo, hoy en la mañana nos ratificaba el propósito de continuarla porque esperaba la decisión de la Corte de Apelaciones y confiaba que se otorgaría un beneficio que les daría libertad a los 11 campesinos presos políticos de Socopó. Sin embargo, tras 82 horas de huelga de hambre, no podía mantenerse de pie y se quejaba de dolores de cabeza, por lo que en horas de la noche fue trasladado en ambulancia por los bomberos a una clínica para recibir atención.
Hoy además se retiró Gregorio Molina por problemas renales. Por otra parte, hoy se presentaron los hermanos del preso político de Socopó, Wuilmer Molina y se unieron a la huelga: Deivi y Jairi Molina y con ellos, Argenis Contreras.
Lucía Quintero, abogada de los 11 presos políticos de Socopó, confía que la Corte de Apelaciones va a declarar con lugar la apelación:”Considero que van a confirmar la decisión del Tribunal de Control y conceder medida cautelar de presentación”
La directiva del Colegio Nacional de Periodistas de Barinas realizó un documento expresándole su solidaridad el cual ha sido publicado en diferentes medios de comunicación.
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10 julio 2013
“Los policías dijeron que a las 4:00 pm los soltaban y han pasado 85 días”
(Foto Cortesía Diario La Prensa De Barinas)
Daniel Pabón | [email protected]| Barinas
Ardía el calor de mediodía en Caramas II, un campo llanero, cuando Ilse Molina llamó a su hijo Rafael Pérez para confirmar si ya había llegado a la capital. Por teléfono se enteró de la novedad: funcionarios de Polibarinas lo retuvieron, 90 minutos después de atravesar Socopó, con el pretexto de dictarle una charla sobre el uso de morteros. “Los policías dijeron que a las 4:00 pm los soltaban y han pasado 85 días”, abrevia la madre.
Rafael no iba solo. Es uno de los 11 campesinos detenidos el 16 de abril en la troncal 05 de Barinas. Ellos en definitiva llegaron a la capital, pero a una celda de la Comandancia General de la Policía, y nunca al destino original, la sede regional del CNE donde protestarían los resultados de las presidenciales del 14-A.
Por considerarlo una injusticia, Ilse Molina (41) y Yaritza Hernández (30) se sumaron este martes en la mañana a la huelga de hambre que el domingo empezó el secretario general del Colegio Nacional de Periodistas de esta entidad, Tarquino González Concho, y a la que el lunes se plegaron el agricultor de 29 años Gregorio Molina y los jóvenes José Gregorio Faddul y Rafael Romero, de 24 y 25.
Ya son seis los huelguistas que protestan desde el corazón de la capital del llano: al lado de la catedral de Barinas, en plena acera de la avenida Briceño Méndez y frente a la plaza Bolívar. Sin protección policial ni asistencia médica, aguantan bajo una carpa que dejó colar el aguacero impetuoso de la tarde del martes. Desde allí revelan cómo se les desajustó el tiempo.
Por 42 morteros
Socopó se abre infinita más allá de la troncal 05. A una hora de camino de tierra vive Yaritza, en la ruralidad. En Caramas II, Cochabamba y Costa de Cochabamba, donde residen los 11 detenidos, se cosecha plátano, ají, yuca y parchita, aunque los loros (más las femeninas) acaben con las semillas de este último fruto. Por eso el esposo de Yaritza había comprado 42 morteros de distribución comercial. “La bulla espanta a las loras y así no nos tumban las pepas”, explica.
Hay dos horas y media de recorrido en carro desde estos campos hasta el puesto de control Palmitas Corrales, un punto tranquilo de la troncal 05, reconocible por una capillita que guarda a la Virgen del Carmen y a otros santos. Allí incriminaron a los campesinos tras encontrar, en la camioneta que los trasladaba, los 42 morteros, de esos que retumban en Navidad y fiestas patronales. De esos cuyo porte no representa peligro por ser legal, como ratificaría luego una experticia del Sebin que conoció la defensa.
Ilse lo jura: “Todo eso de los morteros fue totalmente espontáneo. Los muchachos no son terroristas, como se ha dicho. Mucho menos son paramilitares. No tenían explosivos. Son campesinos sanos, trabajadores. Ninguno había tenido nunca en la vida problemas con la policía”, afirma convencida quien también estuvo a punto de encaminarse esa mañana a protestar frente al CNE de Barinas. “Mi pensado era irme en una buseta, pero finalmente no salió y ellos se fueron en la camioneta”.
Los huelguistas repiten que se trata de una retaliación del gobernador, Adán Chávez contra inocentes. “Es un capricho no entregarlos”, insiste Ilse, quien tomó la decisión de empezar el ayuno indefinido, cansada de haber luchado de todas las formas posibles sin resultados. El alcalde de Socopó, Salvador Guerrero (PSUV), le prometió que entregarían a los muchachos en 45 días. Casi va el doble. Fiscales cuya identidad se reserva le habrían asegurado que el 25 de junio, fecha de la audiencia preliminar, recobrarían la libertad. Tampoco. “Si esto no funciona no sé qué iremos a hacer”, confiesa.
Los presos de Adán
La petición única de la huelga es la liberación de los campesinos. A más de 48 horas sin comer, Tarquino González no se arrepiente. “Son presos de la policía regional y de Adán Chávez. No del Gobierno nacional”, aclara, consciente de que estas detenciones son un mensaje claro a los barineses. “Quieren atemorizarnos. No solo está en juego la libertad de los 11, sino los derechos de todos. Adán (Chávez) es un verdugo de la libertad de expresión”.
Rafael Romero, estudiante de Derecho, se sumó para que la sociedad se entere de lo que considera una injusticia con motivación política. Lo están logrando. Muchos choferes que pasan frente a la catedral bajan la velocidad y el vidrio del carro. Son más los que demuestran respaldo que los que gritan insultos. Hasta en bicicleta llegan humildes paisanos a preguntar si los jóvenes ya están libres.
La de José Gregorio Faddul, abogado, no es su primera huelga de hambre. Dejar de comer 12 días de enero como actor de la Operación Soberanía, degradó su salud. Pero tanto le atrae la causa de los llamados presos políticos que protestó 45 días seguidos en la plaza de la República por la libertad de José Sánchez “Mazuco” y se encadenó 35 días a la sede del Circuito Judicial Penal de Barinas por la liberación de Delfín Gómez Parra.
Los motivos de Ilse Molina son de sangre. Hermana de Amable y Alexis Molina, madre de Rafael y tía de Jesús, todos presos. Gregorio Molina es hermano de Wilson, también detenido, y se decidió pensando en sus sobrinos de dos y nueve años. “La mamá se vino acá a Barinas a cocinar lo que se pueda para los 11 y a llevárselos a la Comandancia. Los niños están en el campo, de casa en casa. Es muy difícil todo esto”. La Corte de Apelaciones tiene hasta el jueves para decidir si los relojes en Socopó ya pueden dar las 4:00 pm.
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