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La incertidumbre dio paso al alivio entre los oficialistas cuando finalmente el CNE dio como ganador a Nicolás Maduro GUSTAVO BANDRES

“Nos hicieron pasar un susto pero al final volvimos a ganar”

 

JAVIER BRASSESCO , EL UNIVERSAL |  EL UNIVERSAL
lunes 15 de abril de 2013
Esta celebración atípica se vivió en dos partes y en dos tiempos. Poco después de las seis de la tarde los oficialistas se empezaron a dar por vencedores, confiados en rumores que decían que Nicolás Maduro había ganado con una diferencia de entre diez y doce puntos.

El lugar de encuentro fue entonces el Museo Histórico Militar (rebautizado como “Cuartel de la Montaña”) en el 23 de Enero, y el ambiente era de confianza y festividad absolutas.

Pero solo lo fue hasta las ocho de la noche, cuando empezó a circular la información de que el resultado estaba muy apretado. Los alrededores del cuartel empezaron a vaciarse y en un momento parecía haber más guardias (que formaban un piquete para impedir al Cuartel propiamente dicho) que manifestantes.

Luego vino el llamado de Jorge Rodríguez a los oficialistas a que se concentraran en Miraflores, desde donde Maduro daría un discurso “después del anuncio del CNE”. No fueron muchos los que atendieron la convocatoria de Rodríguez, pero una vez que el CNE finalmente declaró ganador a Maduro, los alrededores de Miraflores fueron el punto de encuentro para celebrar.

Entre los menos de cien metros que separan Puente Llaguno del Palacio de Miraflores se veía una concentración compacta, y luego había varios grupos dispersos (y muchísimas motos que bajaban y subían por la Urdaneta) entre las esquinas de Carmelitas, Santa Capilla, Ibarra y La Pelota. Había mucha venta de cerveza desde la maleta de los carros y muchos niños con el bigote de Maduro.

Muchos no se terminaban de creer la poca diferencia que hubo entre un candidato y otro: eso sorprendió a casi todos los que manifestaban en apoyo al Presidente electo. “Creo que a Maduro le faltó convencimiento”, decía Ramón Silva, quien había venido a celebrar desde La Florida. Silva era uno de los pocos que prestaba atención al discurso de Maduro, que se repetía por unas cornetas que se colocaron en la plaza Andrés Eloy Blanco: “Pero ahí está prometiendo eso, que convencerá a los que no votaron por él, que va a hacer un buen gobierno. Yo creo que sí lo hará, que puede ser un buen Presidente”.

Simón García, vecino de Antímano, estaba perplejo: “Bajamos 700 mil votos. Hay dos mitades, ahora sí. Yo estoy aquí pero te digo: no estoy contento, hablábamos de 10 millones y no pasamos de ocho”. Siente que una diferencia tan escueta puede hacer vulnerable a Maduro por la falta de piso político, y para él la solución sería aplicar “las 3R de Chávez” (revisar, rectificar y reimpulsar).

Ramón De La Hoz, por su parte, no podía explicar una diferencia tan estrecha cuando todas las encuestas le daban al menos diez puntos a Maduro: “No sé, la verdad, no tengo tiempo para un análisis, estamos acostumbrados a victorias más fáciles. Pero tengo fe en él, estos resultados no cambian la percepción que los que votamos tenemos de él”.

Pero a pesar de la perplejidad de algunos, el ambiente era absolutamente festivo. La tensión de varias horas de rumores y contrarumores dio paso al alivio de saberse, otra vez vencedores. Como lo dijo Elena Guédez, quien se había venido desde Yaracuy a votar en Caracas: “Pasamos un susto, sí, pero al final ganamos”.