logo_ipysFuncionarios de contrainteligencia militar detuvieron e interrogaron a periodistas que cubrían la noticia del fallecimiento de Hugo Chávez.

06/03/2013  Distrito Capital.

El 06 de marzo de 2013, fueron interrogados y detenidos  de manera interrogados Jesús Alberto Yajure, reportero de Últimas Noticias, periódico privado de circulación nacional; y Andrew Rosati, corresponsal del Miami Herald, periódico de Estados Unidos, por funcionarios -vestidos de civil- de la Dirección de General Contrainteligencia Militar (adscritos al Ministerio para la Defensa). Los reporteros se encontraban  realizando su labor periodística en la capilla del Hospital Militar Carlos Arvelo, donde se encontraban reunidos simpatizantes del oficialismo orando tras el fallecimiento de Hugo Chávez, Presidente de la República. El hecho ocurrió en Caracas, Distrito Capital.

El 06 de marzo de 2013, fueron interrogados y detenidos  de manera interrogados Jesús Alberto Yajure, reportero de Últimas Noticias, periódico privado de circulación nacional; y Andrew Rosati, corresponsal del Miami Herald, periódico de Estados Unidos, por funcionarios -vestidos de civil- de la Dirección de General Contrainteligencia Militar (adscritos al Ministerio para la Defensa). Los reporteros se encontraban  realizando su labor periodística en la capilla del Hospital Militar Carlos Arvelo, donde se encontraban reunidos simpatizantes del oficialismo orando tras el fallecimiento de Hugo Chávez, Presidente de la República. El hecho ocurrió en Caracas, Distrito Capital.

Los funcionarios acusaron de ser “un espía” en Venezuela al reportero del Miami Herald, quien está en Caracas desde hace varias semanas cubriendo la situación política que enfrenta el país. A reportero de Últimas Noticias le borraron algunas fotografías que habían tomado días pasados en diversos pautas informativas, y le dijeron que estaba prohibido que la prensa estuviese en ese lugar.

Jesús Yajure, quien además pertenece a la Unidad de Investigación de Últimas Noticias, informó a IPYS Venezuela que acudió al lugar por una convocatoria de prensa que llegó al periódico para el que labora. El periodista estaba recogiendo los testimonios de las personas que se encontraban en la capilla del centro de salud  cuando, de pronto, lo abordaron 3 personas de civil, y le pidieron que los acompañaran. Le preguntaron si era extranjero y que le mostrara su identificación.

Los efectivos, enseguida abordaron a Rosati, quien acababa de llegar al sitio, a raíz de las dificultades de salud que presentaba el primer mandatario nacional, para el entonces.

Uno de los funcionarios dijo: “Vamos a rebotar estos bichos”, contó Yajure. Los funcionarios les dijeron a los periodistas que esa era una zona militar y que debían acompañarlos. Yajure sacó su teléfono celular y uno de los funcionarios le dijo que se lo entregara. El periodista le manifestó que él debía realizar una llamada, y les dijo que no los iba a acompañar porque él no había cometido ninguna irregularidad,  y que solamente estaba realizando su labor. Allí, uno de los funcionarios le mostró la identificación como efectivo de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, pero Yajure no logró  detallar el nombre.

Durante el incidente, un funcionario le dijo a Yajure que se calmara y que esa no era la manera de hacer las cosas. Otra mujer agente que integraba el equipo le dijo al reportero de Últimas Noticias que se calmara y lazó una amenaza: “¿Tú no sabes que alterar el orden público es un delito?”.

Yajure se acercó a Andrew para explicarle lo que estaba ocurriendo. Un efectivo tomó por el brazo al reportero de Últimas Noticias y le dijo que no podía hablar con su colega. Les dijeron que caminara un reportero adelante y otro atrás. Los obligaron a movilizarse hasta un cafetín que se encontraba a alrededor de 150 metros de la capilla. Allí los sentaron, en mesas distintas, para interrogarlos. Tres funcionarios acompañaban a Rosati; y dos a  Yajure.

Eres un “espía”

Según el relato que ofreció a IPYS Venezuela, Rosati fue detenido de manera arbitraria e interrogado, por espacio de 2 horas. Los efectivos le pidieron documentos de identificación. Le preguntaron, entre otros asuntos, que dé dónde venía él, que qué hacía en Venezuela, y cuál era su salario. También, le preguntaron por qué no tenía un credencial de prensa que le otorga el Ministerio de Comunicación e Información a la prensa extranjera.

Cuando el periodista dijo que era estadounidense, lo acusaron de “ser un espía”, dejando entrever que realizaba trabajo de inteligencia en contra del gobierno de Venezuela. Rosati explicó que él era periodista, que colaboraba para distintos medios, y que estaba en Venezuela para realizar su labor informativa.

Al corresponsal extranjero también le quitaron su teléfono celular, le revisaron su libreta de contacto y sus cuentas de las redes sociales que tenía asociadas en el móvil. Le preguntaron que por qué tenía contactos de personas vinculadas a fuerzas políticas de oposición. También, le revisaron el material que tenía guardado en su cámara fotográfica. Luego llegó otro funcionario, que se mostró como el superior, finalizó el procedimiento, y le advirtió que era mejor que se fuera del lugar.

“No estás detenido”

Entre tanto, a Jesús Yajure los funcionarios le revisaron la libreta de sus apuntes de las entrevistas que había realizado en el lugar. Entre otras cosas, le preguntaron por su número de cédula, dónde trabajaba,  y los nombres de sus jefes inmediatos.

Yajure recibió una llamada de la unidad de transporte que lo iría a recoger al lugar luego de la pauta. Les dijo que por favor avisaran al periódico que lo tenían retenido. Los efectivos le pidieron el celular y le dijeron que les mostrara las fotografías que había tomado, que ellos sabían que él tenía imágenes. El reportero tuvo que mostrarle las fotografías que había realizado y le explicó que en ellas no había nada de malo y que él no estaba cometiendo ningún delito. Le pidieron que las borrara.

Uno de los funcionarios le manifestó que ellos le pedían a los periodistas que hicieran bien su labor, dando a entender que no difundieran noticias que perjudicaran a la actual gestión gubernamental. Entre las preguntas que le hacía, Yajure les dijo que él no tenía por qué contestar el interrogatorio porque él estaba haciendo su labor, y ellos era funcionarios que no estaban identificados.

Los efectivos respondieron que eso no es un interrogatorio, y lo amenazaron si él quería ver un interrogatorio de verdad. Insistieron en que, tampoco, lo tenían detenido.

Yajure recibió una llamada y les dijo a los funcionarios que era una de sus jefes del periódico. Le pidieron que atendiera la llamada, calmara la situación, y les manifestara que en 10 minutos lo iban a dejar ir. Luego, los funcionarios lo llevaron hasta la puerta de la capilla, donde lo habían interceptado. Le comentaron que lo iban a dejar ahí, para que las personas que habían visto que los funcionarios lo había abordado, se dieran cuenta que no le habían hecho ningún daño y no lo tenía ninguna agresión. También, le ordenaron que no volviera entrar a la capilla, y que si quería realizar su labor, espera en la acera de afuera del templo para recoger los testimonios.

Uso abusivo del poder estatal

Este incidente demuestra un uso abusivo del poder estatal por parte de los funcionarios de inteligencia militar debido a que realizaron una detención arbitraria e intentaron impedir la labor de los periodistas, lo  cual es una evidente violación a la libertad de expresión e información. Asimismo, este procedimiento se considera una violación al debido proceso, debido a que se realizó un interrogatorio sin ninguna orden legal.

Este hecho se enmarca en una serie de violaciones a la libertad de prensa que ha reportado IPYS Venezuela, en el marco de la cobertura informativa de la prensa ante el fallecimiento de Hugo Chávez,  quien estaba al frente de la  Presidencia de la República (/search.aspx?search=+Ch%C3%A1vez++marzo+2013).

http://ipys.org.ve/alerta?id=3347