Publicado el viernes 06 de abril del 2007

WASHINGTON

NESTOR IKEDA/Associated Press

El Departamento de Estado indicó ayer que Venezuela sigue ”aislada de la norma democrática en el hemisferio” y que se trabaja en varios frentes para el fortalecimiento de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales (ONG) que buscan una reforma democrática en ese país.Pero lo que al final será decisivo es ”lo que puedan hacer los países vecinos de Venezuela” y el resto de Latinoamérica, que ”han firmado y desean que se cumpla la Carta Democrática Interamericana”, declaró el secretario de Estado asistente Barry F. Lowenkron.

Lowenkron, a cargo de los asuntos de democracia, derechos humanos y trabajo, formuló el comentario en la presentación del informe anual sobre las acciones de Washington en el 2006 para el fortalecimiento de esos derechos en el mundo.

El informe, el quinto que elabora el Departamento de Estado y complementa el informe anual sobre prácticas de los derechos humanos que difunde rutinariamente en marzo, compara la situación venezolana con la de Cuba.

”Venezuela y Cuba siguen aisladas de la norma democrática en el hemisferio”, indicó. “El presidente venezolano Hugo Chávez aceleró su tendencia a consolidar el control en la rama ejecutiva y adoptar acciones persistentes para restringir la libertad de expresión y promover leyes para limitar las actividades de las ONG”.

Lowenkron aseguró que la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha estado ”haciendo notar estos abusos” y, según el informe, ha servido a la vez como foro para que los grupos venezolanos “expresen sus puntos de vista y críticas al gobierno de Chávez”.

El informe, Apoyo a los derechos humanos y democracia, aseguró que en el 2006 ocurrieron en Venezuela “ejecuciones extrajudiciales; desapariciones que presuntamente involucran a fuerzas de seguridad; tortura y abuso de detenidos”.

Igualmente, se dieron “precarias condiciones penitenciarias; arrestos arbitrarios; un sistema judicial corrupto y politizado…; se hicieron grabaciones y allanamientos ilegales; hubo corrupción en todos los niveles del gobierno; violencia contra la mujer; trata de personas, y restricciones a los derechos sindicales”.

”La estrategia de Estados Unidos para la promoción de la democracia y de los derechos humanos fue apoyar los esfuerzos ciudadanos para fortalecer una sociedad civil independiente, particularmente a través de la asistencia a grupos que trabajan en la profundización del respeto por la democracia, la ley y los derechos humanos”, afirmó el Departamento de Estado.

En el informe no señaló, sin embargo, detalles de la participación financiera estadounidense en Venezuela.

La subsecretaria de Estado para democracia y asuntos globales, Paula Dobriansky, también presente en la difusión del informe, declaró que EEUU ha gastado unos $1,200 millones en esas actividades en todo el mundo en el 2006.

”Estados Unidos ha trabajado estrechamente con otros gobiernos en la coordinación de apoyo para la democracia y derechos humanos en Venezuela, especialmente en defensa de los medios y asociaciones cívicas que encaran presiones y hostilidades del gobierno, incluyendo la negativa del gobierno a renovar la licencia de la red independiente de televisión más antigua del país”, amplió el informe.

Indicó también que Washington estaba contribuyendo a ”fortalecer los debilitados partidos políticos” venezolanos y que trabajaba con socios regionales y europeos “para enfrentar y plantear preocupaciones derivadas de un proyecto de ley del gobierno sobre cooperación internacional”.

”Si es aprobada, esa ley socavará la independencia y autonomía de la sociedad civil, restringirá su capacidad para recibir donaciones extranjeras y dará al gobierno un mayor control sobre las ONG”, recalcó.