Conatel asume marcelino-bisbal-1414160298-e1442765316789Septiembre 21, 2015.-“El poder de la comunicación debe ponerse al servicio de la revolución”. Se trata de un objetivo fundamental para el chavismo desde sus inicios. La frase la destaca el director de los posgrados de Comunicación Social de la UCAB, Marcelino Bisbal, en su libro más reciente, Autoritarismo comunicacional. Dimensiones del control, publicado por Libros El Nacional.

El investigador analiza la evolución del empeño chavista por instaurar la hegemonía comunicacional en Venezuela como forma de control político y social. Lo cierto, explica Bisbal, es que el avance para arropar cada vez más a los medios no disminuyó con la muerte de Hugo Chávez, sino que aumentó: Nicolás Maduro implementa nuevas estrategias, como la compra de periódicos, la censura digital y hasta el espionaje.

—Usted afirma que por la crisis el gobierno requiere con mayor urgencia silenciar las críticas. En condiciones tan adversas, ¿basta el control mediático?

—Desde Caracas, teniendo en cuenta la audiencia de radio y televisión gubernamental, eso no surte ningún efecto. Pero el gobierno ha hecho un gran esfuerzo en otras regiones del país, a las que solo llegan los medios públicos. Hay sectores en los que solo ven Venezolana de Televisión; entonces hay un poder de influencia tremendo, un ocultamiento de la crisis.

—¿Se puede vender la idea de que no hay escasez?

—En estos 80 días que faltan de campaña, lo que se maneja en ciertos sectores es que viene una especie de dakazo alimentario. Una intención de tirar la casa por la ventana en octubre y noviembre. Seleccionarán los espacios en los que pueden y necesitan influir y entonces se intentará llenar los anaqueles. Eso estará acompañado por un bombardeo mediático.

—¿Y eso puede revertir lo que dicen las encuestas?

—Creo que no, pero mi visión es centralista, desde Caracas. Se dice que la situación en el interior es peor, así que creo que no lo podrán revertir. Pero tienen que estar diseñando una estrategia, con énfasis en lo comunicacional. Como dice Alberto Barrera Tyzka, el gobierno es ineficiente en el manejo de la cosa pública, pero en el manejo de los medios no improvisa.

—Usted profundiza en la evolución del control mediático desde Hugo Chávez hasta Nicolás Maduro. ¿Qué ha cambiado?

—No son demasiadas diferencias. El gobierno de Maduro parte con una base que hereda del gobierno de Chávez, una cantidad de medios que recibió y se ha dedicado a aumentar. Maduro recibe siete medios televisivos que lleva a quince, tres periódicos que lleva a ocho. Se pierde la cuenta de las emisoras de radio. Pero sí hay una nueva estrategia: comprar medios impresos importantes. También se ahoga a los medios críticos como El Nacional y Tal Cual, con el acorralamiento judicial o las restricciones para la compra de papel. Conatel asume un rol más activo con la censura a medios digitales y el espionaje en las redes sociales y el mundo de las comunicaciones.

 —¿Maduro necesita más los medios que Chávez?

—No diría que requiere más de los medios que Chávez, pero ambos vieron en el ámbito de los medios una plataforma de poder importante para generar mecanismos de convencimiento y control político.

—¿Qué opciones quedan contra la hegemonía?

—Las opciones se van cerrando cada vez más. Una evidente: la digital, con los límites que tiene, pues no llega a sectores determinantes. La opción es más política que de otro tipo: es la opción del voto. Si se logra una mayoría calificada en la Asamblea, se pueden generar cambios.

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