Alba Lucía Vargas.
Alba Lucía Vargas.
Alba Lucía Vargas.

Septiembre 22, 2015.-Desde hace aproximadamente ocho años Alba Lucía Vargas, una mujer oriunda del municipio de Santa María en el Huila, dejó su tierra en busca de mejores oportunidades para ella y su familia en Venezuela, sin embargo en medio de la persecución de la que vienen siendo víctimas los colombianos por parte del presidente venezolano Nicolás Maduro, fue sacada de su vivienda y deportada, tan solo con la ropa que portaba ese día.

La travesía

Con dolor, Alba Lucía recuerda como los militares de la guardia venezolana llegaron a tempranas horas hasta su vivienda en el estado Portuguesa, le pidieron sus documentos y al ver que era colombiana se la llevaran junto a otras treinta personas, a todas las marcaron con un número, con el fin de que ninguno se fuera a escapar.

“Allá reportaron a toda la gente, a mí no me dejaron sacar nada, ni mis enseres, únicamente me dejaron con la ropa que tenía puesta y nada más”, señala la mujer.

Desde entonces esta opita comenzó una dura travesía, pues su pasaporte fue marcado con el número de deportación que le asignó la guardia venezolana y desde allí tuvo que cruzar caminando el puente fronterizo hasta llegar a Cúcuta, donde el Consulado Colombiano la aguardaba a ella y a los cientos de deportados.

“Cuando llegué al Consulado Colombiano, me dieron comida y una muda de ropa, mientras que a cada uno nos preguntaban de dónde veníamos y si teníamos a dónde ir, yo les dije que mi familia era del Huila, entonces la Cruz Roja me dio los pasajes para venir hasta Palermo”, narró Vargas.

Con tristeza esta mujer regresó al municipio de Palermo, pues entre sus sueños esperaba poder seguir ayudándole a su familia, sin embargo ahora son ellos quienes debieron acogerla, ayudarle y apoyarla.

“Es muy difícil que de un día para otro le arrebaten los sueños a uno, entendemos que hay colombianos que van hacer cosas malas a Venezuela, pero la mayoría somos gente honrada y trabajadora, además acá en Colombia nadie está juzgando a los venezolanos que viven en nuestro país”, manifestó Alba Lucía.

Su mayor logro

Entre sus memorias Alba Lucía recuerda el anhelo con el que decidió inscribirse en un curso de panadería en el Sena, pues esperaba convertirse en una gran panadera y así poder tener su propio negocio.

“Yo hice un curso de panadería acá en el Sena en Neiva, obtuve mi título, entonces unos vecinos y compañeros me comentaron que en Venezuela me podía ir muy bien, que hiciera el esfuerzo y me fuera a colocar mi panadería allá”, dijo Vargas.

Así fue motivada con salir adelante. Alba Lucía vendió su humilde casa, con el dinero que recibió compró la maquinaria y utensilios necesarios para poder abrir su panadería en Venezuela, la cual decidió llamar ‘El Sabor’, ya que ella se dedicó a hacer el pan autentico colombiano.

“Yo vendí mi casa y con esfuerzo pude comprar equipos para panadería, me fui para Venezuela buscando una nueva oportunidad, allá monte mi panadería, se llamaba ‘El Sabor’ y comencé a hacer el pan tipo colombiano, me iba muy bien”, explicó Vargas.

Conoció el amor

Al hablar de su esposo a Alba Lucía se le iluminan sus ojos, pues recuerda que lo conoció cuando llegó a Venezuela y se disponía a buscar un local para montar su panadería, por lo que se topó con él, un hombre venezolano de tez morena y cuerpo robusto.

“Yo la verdad, iba a Venezuela era a seguir mis sueños, pero en medio de eso encontré a un hombre que me robó el corazón y quien fue un gran apoyo para mí”.

Sin embargo, tras su deportación se vio forzada a dejar a su compañero sentimental quien en la actualidad dependía totalmente de ella por algunos quebrantos de salud que se encuentra padeciendo.

“Cuando llegué a Venezuela conocí a un hombre, al tiempo comenzamos a salir y hoy en día es mi esposo, sin embargo a mí me deportaron y al él lo dejaron allá, me preocupa mucho su estado de salud, porque él está solo, tiene 72 años y era yo quien veía por él”, manifiesta Alba Lucía.

Doble nacionalidad

Alba Lucía Vargas cuenta con la doble nacionalidad, pues a los tres años de estar viviendo en el país vecino recibió la cédula venezolana, por la cual recibió algunos beneficios como el acceso a la salud, entre otros auxilios.

Pero no todo fue precisamente un cuento de hadas para esta opita, pues tras la muerte de Hugo Chávez, Venezuela comenzó a entrar en una gran crisis económica y un gran desabastecimiento alimentario, lo que obliga a la mayoría de ciudadanos a tener que comprar revendidos utensilios básicos de la canasta familiar a exagerados precios.

“Yo me fui en el tiempo en que Chávez era el presidente, porque la situación económica era buena, después de que él murió todo empeoró, la escasez de alimentos es muy grande, uno tiene que hacer unas filas muy largas para poder conseguir cosas muy básicas como papel higiénico, jabón, desodorante, el champú, la crema dental, muchas veces uno hace esa fila y cuando llega ya se ha acabado el mercado, entonces toca comprar todo revendido, en otros casos no se consigue nada, así una tenga la plata para comprarlo”, explicó la mujer.

Así sobrevive

Alba Lucía regresó a tierra colombiana hace aproximadamente un mes, logrando así retornar hasta el municipio de Palermo, donde vive gran parte de su familia.

“Ahora me estoy dedicando a vender mandarinas para así poder sobrevivir, porque ya no hay nada qué hacer, no me pude traer mis utensilios de panadería, ni nada y tengo que comprarme mis cosas, ropa, mi comida y buscar dónde vivir”, indicó la mujer.

Desde muy tempranas horas de la mañana, Alba Lucía sale de la casa de un familiar que la acogió y se dispone a irse para la plaza de mercado de Palermo, donde compra un bulto de mandarinas y las reparte en paquetes, para así poder revenderlas.

“Yo madrugo todos los días y compro un bulto de mandarinas, las distribuyo en unas bolsitas y me siento a venderlas en la galería, cada una a mil pesos, en el día me quedan de ganancias diez mil pesos, de ahí tengo que comer y mirar cómo ayudar en la casa de mi familiar”, manifestó Vargas.

Busca ayuda

Han sido muchas las puertas del Gobierno colombiano que ha tocado esta huilense, en busca de ayudas para poder recuperar sus pertenencias que quedaron en el país vecino, sin embargo hasta ahora no ha recibido ningún apoyo.

“Yo estuve en la oficina de Gestión del Riesgo de Desastres del Huila, para saber qué tipo de ayudas están brindándonos a quienes hemos sido deportados en esas condiciones tan infrahumanas, pero me dijeron que hasta que ellos no cuenten con los datos de los deportados y los verifiquen, entonces no nos pueden ayudar de ninguna manera, ya que hay mucha gente que se está haciendo pasar por deportada”, señaló Alba Lucía Vargas.

Además agregó que “estoy pidiéndole al Gobierno que me colabore ya sea con comida, trabajo o dinero para poder pagar un arriendo, que nos colaboren para poder sacar de Venezuela, nuestras pertenencias, mi negocio”.

 

Todos los días Alba Lucía se sienta a revender mandarinas en Palermo.
Todos los días Alba Lucía se sienta a revender mandarinas en Palermo.
Con las escasas ganancias de la venta debe sobrevivir.
Con las escasas ganancias de la venta debe sobrevivir.
La mujer espera recibir algún tipo de ayuda por parte del Gobierno colombiano.
La mujer espera recibir algún tipo de ayuda por parte del Gobierno colombiano.
Este es el único recuerdo que Alba Lucía guarda de su panadería.
Este es el único recuerdo que Alba Lucía guarda de su panadería.
Cientos de colombianos son deportados a diario desde Venezuela.
Cientos de colombianos son deportados a diario desde Venezuela.

 

http://www.lanacion.com.co/index.php/actualidad-lanacion/item/258663-en-venezuela-me-arrebataron-todo