En este barrio de Baruta se refugiaron manifestantes que huían de la GNB
En este barrio de menos de cien casas todos los vecinos saben quién es quién, así que a ellos nadie va a contarles a estas alturas películas de vaqueros ni guerras de las galaxias.
En El Güire, minúsculo sector popular a un lado del distribuidor Santa Fe fundado hace setenta años, los vecinos desmienten las historias que se han contado de un lado y otro acerca de lo que allí pasó el sábado en la tarde, cuando cientos de estudiantes que venían desde Valle Arriba e iban hacia la autopista corrieron por sus cuatro calles huyendo de los funcionarios de la Guardia Nacional y 18 (entre ellos ocho menores) fueron detenidos.
Así como desmienten al ministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres, quien declaró que estos 18 manifestantes fueron detenidos “prácticamente por el pueblo”, también aseguran que no es del todo cierta la historia de vecinos desprendidos que acogieron a los estudiantes y enfrentaron a la GNB.
Relatan que allí hubo de todo, pues aunque la mayoría de los vecinos escondió y ayudó a los manifestantes, también hubo dos familias que los entregaron a las fuerzas de seguridad. Y si bien es cierto que en la calle primera, conocida como la calle Dispensario, unos vecinos (que venían de un juego de softball y estaban reunidos haciendo una parrilla) impidió que los funcionarios de la GNB siguieran subiendo, la mayoría prefirió cerrar las puertas y ventanas de sus casas para aguantar como podían el humo de las lacrimógenas, algo inédito en este barrio en sus más de siete décadas de existencia. También hubo un grupo de vecinos que golpeó a dos manifestantes con unos palos de golf en la parte más alta del barrio, en el límite con Santa Fe.
“Eran unos niños, dos de ellos hasta se orinaron del miedo”, relata un vecino de esa misma calle que protegió en su casa a más de diez estudiantes.
También relatan muchas irregularidades, como el hecho de que en el momento de empezar a correr, algunos manifestantes tiraron en el piso bolsos con bombas molotov, y mucho más tarde se quería ligar esta evidencia con las personas que lograron detener, aunque éstos no eran los dueños de esos morrales. En la calle tercera un pitbull mordió a uno de los manifestantes (un menor que está recluido Hospital Militar “Vicente Salias Sanoja” en Fuerte Tiuna), y en la segunda la GNB golpeó a otro joven mientras un grupo de personas en una peluquería le gritaba que lo dejara tranquilo.
En El Güire, barrio famoso por haber sido la cuna de un beisbolista como Freddy García (su familia aún vive allí) y de golfistas como Ramón Muñoz o Jonathan Vega, lo que quedó fue el miedo. Son pocos los que se atreven a declarar sobre los sucesos del sábado, y aunque muchos expresan su apoyo a los estudiantes, también hay personas como Vicenta Ávila, con 50 años en este sector, que se muestra en desacuerdo: “Eran un peligro, muchos tenían bombas molotov y aquí hay bombonas de gas”.