Venezuela Awareness
Imagen de las marcas en el cuerpo del español, Juan Manuel Carrasco. Daniel Lozano
  • Juan Manuel Carrasco y Jorge Luis León reviven para EL MUNDO su película de terror

  • Los dos jóvenes permanecieron entre 55 y 60 horas antes de comparecer ante el juez

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Imagen de las marcas en el cuerpo del español, Juan Manuel Carrasco. Daniel Lozano

DANIEL LOZANO Especial para EL MUNDO Caracas

“Tranquilo, que te vamos a matar. Esto es rapidito. Ustedes no son nadie”. Juan Manuel Carrasco (21 años) y Jorge Luis León (25) reviven para EL MUNDO su propia película de terror, salpicada de golpes, malos tratos e incluso tortura. Fueron detenidos en Valencia por la Guardia Nacional un día después del 12-F y permanecieron entre 55 y 60 horas antes de comparecer ante el juez.

La crueldad del relato de las palizas comienza con la misma detención. Carrasco, León, un amigo y una chica se refugiaron en su vehículo y fueron sacados a perdigonazo limpio. Los guardias, más tarde, incendiaron el coche con absoluta impunidad.

La lluvia de golpes era tan desproporcionada “que me hice el muerto, para que me llevaran a la morgue. Para comprobar que no lo estaba acercaron una bayoneta al ano. Al moverme, me dieron otra patada”, recuerda León.

‘Reclamé por nuestros derechos’

Desde el primer momento, Carrasco se encaró con los guardias nacionales. Juan Manuel es ciudadano español, nacido en Venezuela e hijo de un malagueño. Dejó los estudios y trabajaba en la carpintería de su padre, hasta que quebró por la crisis. Un tipo arrecho (valiente), que se enfrentó a los guardias para defender a una chica y a sus amigos. “Reclamé por nuestros derechos. Me golpearon muy feo, en las costillas, en la cabeza, con patadas, cachazos (con la culata) de los fusiles. También con los cascos”, explica.

“Al llegar al Comando de la Guardia Nacional de Tocuyito (junto a una de las cárceles más violentas del país) nos pasaron un perro y le gritaban ¡muérdeles en el cuello! Incluso nos lamió las heridas. Después nos arrodillaron y tres de ellos empezaron a jugar al fútbol con nosotros. Nos patearon en la espalda, mientras gritaban gol”, recuerda León, que también es músico y que ni siquiera milita en las filas opositoras, lo que en Venezuela llaman ni-ni o independiente.

En un momento de la pesadilla de 48 horas, a Juan Manuel, que practica artes marciales, le apartaron del grupo. Sus compañeros pensaron que le iban a matar. “Me bajaron los pantalones y me metieron por el ano el cañón del fusil”, recuerda el joven, a quien no se le quiebra el ánimo. Carrasco perdió tres veces el conocimiento desde la detención hasta que fue liberado, “hasta cachazos en la frente me daban”.

Cuando este ciudadano español fue llevado a la Corte, que decretó su libertad con cargos, le narró las torturas a la fiscal del Gobierno. “Póngase la mano en el corazón si tiene hijos”, le dijo. La mujer respondió con lágrimas. El juez, más tarde, le decretó arresto domiciliario.

El chaval insiste que en el cuartel de la Guardia venezolana había varios cubanos. “Se lo noté en el acento, igual que distingo el tuyo”, señaló a este periódico.

Importantes y graves lesiones

Al menos dos de los guardias sí protegieron a los chavales. “Nos daban comida y en algún momento nos quitaron las esposas”, revela León. Los jóvenes coinciden en que los militares estaban rabiosos porque “llevaban 25 días sin dormir”. Una de las primeras amenazas giraba en torno al capitán, “quien decía estaba muy enfadado porque se iba a casar y le estábamos fastidiando la boda”. Cuando este oficial llegó comenzó a golpearles con su casco, que incluso se rompió.

Ambos tienen sus cuerpos muy magullados. León sufre una fisura en el cráneo, costillas muy golpeadas, un oído reventado por un perdigón y los ojos con vasos rotos. A Carrasco ayer una comisión policial tenía previsto llevarle al hospital, para que evaluaran sus lesiones. “Tengo hematomas en las costillas, abdomen, nuca y una herida en la cabeza. Hasta me cuesta abrir los brazos”, resumió.

“Nuestro sistema de justicia criminal es una porquería”,denuncia Alfredo Romero, abogado, activista de derechos humanos y presidente del Foro Penal Venezolano. Ésta y otras organizaciones han denunciado más vejaciones, desde la aplicación de electricidad en las axilas hasta el uso de trapos manchados con gasolina para limpiar las heridas.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/02/18/5303b724e2704e71118b4577.html

 

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18 febrero 2014

“Los guardias nos decían que nos íbamos a morir y nunca aparecer”

Juan Carrasco narró la presunta agresión por parte de la GNB. (Foto Wilfredo Hernández)

Heberlizeth González C. | Litzy Sánz Navas

Para Juan Manuel Carrasco González no es fácil narrar los hechos en los que fue víctima de presuntas agresiones, maltratos y tortura por parte de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), durante los tres días que estuvo detenido en la sede del Destacamento de Seguridad Urbana (Desur), en Tocuyito.

Los guardias nos decían que nos íbamos a morir y nunca íbamos a aparecer, narró el joven sentado en un mueble de lo que ahora se convirtió en su sitio de reclusión: su casa. Una pequeña bandera de Venezuela da la bienvenida a cientos de personas que en solidaridad han ido a visitarlo.

Aún con heridas en su cuerpo producto de la fuerte golpiza que le habrían propinado los efectivos militares, Juan Manuel describe la situación como algo horrible. “Nos pegaban, nos tenían esposados y nos maltrataban”, recordó mientras las consecuencias de la paliza lo agobiaban de dolor en su intercostal.

El joven siempre mantuvo firme su ideal de luchar por Venezuela. El mismo que lo impulsó a no tener miedo y no callar ante la presencia del hombre vestido de verde oliva. Su coraje lo llevó a enfrentarse con los guardias y proteger a una muchacha, “Carla”, a quien también golpeaban en la calle Pedro Gual de El Trigal.

El muchacho de 21 años junto a dos amigos, quienes también fueron detenidos, miraba todo desde un Aveo. Les partieron los vidrios al carro y arrojaron una bomba lacrimógena. “A mi compañero lo bajaron y lo golpearon. Cuando vi que le estaban pegando a la muchacha la cubrí para protegerla y los guardias me golpearon. Al ratico los vi que llevaban una garrafa de gasolina y prendieron el carro”.

A “Carla” la dejaron ir. Juan Manuel y sus amigos no corrieron con la misma suerte. Los montaron en un convoy y se los llevaron rumbo al Desur.

 “Hice llorar a la fiscal”

Mientras realizaban la audiencia en el comando del Desur, Juan Manuel Carrasco González en sus declaraciones al parecer, por unos minutos, tocó los sentimientos de la fiscal sexta Nidia González, quien con su rostro mojado de lágrimas salió de la sala por unos 45 minutos.

Le dije que tenía que tener un corazón humilde. No importa si eres rico o pobre tiene que ser humana. Tiene que luchar por Venezuela, no por el dinero. Si la meten presa hasta yo lucharía por usted. Se paró y se fue llorando, narró Juan Manuel.

Con los delitos de obstaculización de vía pública, uso de adolescente para delinquir, destrozos violentos a la propiedad, asociación para delinquir e instigación al odio, la fiscal cerró su acto de imputación en contra de los 11 jóvenes detenidos durante protestas en Valencia el jueves 13. La sentencia: arresto domiciliario por 45 días.

Tras el veredicto, los muchachos fueron trasladados a sus hogares escoltados por efectivos de la Guardia Nacional. Antes pidieron que fuesen llevados por la Policía estadal pero la fiscal no accedió.

Al llegar a su casa, Juan Manuel ofreció a los guardias una taza de café. “Él siempre humilde y sin bajar la cabeza. Aún y cuando ellos mismos lo maltrataron. Mi hijo mantuvo su frente el alto”, relató Rebeca González de Carrasco.

Maduro Y sus esbirros torturaron a mi hijo, repetía González llena de impotencia al ver cómo su hijo menor que había sido maltratado presuntamente por la GN.

La madre de “Juanito”, como cariñosamente lo llaman en su familia, agradeció la actuación de la abogado Jenny Gutiérrez y Luis Armando Betancourt, del Foro Penal Venezolano y la sociedad civil. Estos últimos ofrecieron de forma gratuita la atención médica para los jóvenes en una reconocida clínica de la ciudad. A Juan Carrasco no le han otorgado el permiso para ser trasladado al centro de salud para un chequeo ni para la medicatura forense, por lo que le estarían cercenando el derecho a la salud

“Nos amenazaron de muerte por no dejarlos dormir”

Oswaldo Torres, Eduardo Añez, Daniel Santiago y César Luciani, también detenidos en El Trigal, también contaron cómo los efectivos militares les habrían maltratado psicológica, verbal y físicamente. Aseguraron que los guardias los amenazaron de muerte por no dejarlos dormir. “Nos trataron como delincuentes. Nos pusieron en circulo y nos pegaban”.

Investigan a los GN

Una comisión de la Fiscalía de Derechos Fundamentales, presuntamente habría iniciado las investigaciones del caso a fin de identificar a los efectivos del Desur que habrían participado directamente en la agresión a los jóvenes detenidos en ese comando.

Liberada abogada detenida en Puerto Cabello

Felizmente procesada, con la conciencia limpia y la frente muy alto, por haber cumplido con su deber hasta el final, fue como se autodescribió la abogada Damiana Marisela Rodríguez, a su salida del Comando de la Guardia Nacional, donde permaneció recluida por cuatro días, por órdenes del Fiscal Octavo del Ministerio Público en Puerto Cabello, Wilmer Rodríguez.

La jurista, junto a otros cinco colegas defiende a dos estudiantes a quienes se les dictó privativa de libertad por estar supuestamente involucrados en el incendio de una camioneta propiedad de la Alcaldía de Puerto Cabello. Un roce de palabras entre la abogada y el Fiscal motivó la querella.

http://www.el-carabobeno.com/portada/articulo/75887/los-guardias-nos-decan-que-nos-bamos-a-morir-y-nunca-aparecer