La familia de un hombre de California dice que éste fue arrestado ilegalmente en Venezuela para exigir decenas de miles de dólares en rescate, apenas días después de que el gobierno estadounidense relajó sanciones sobre el gobierno del país sudamericano.
El arresto de Savoi Wright el 24 de octubre, que no había sido reportado anteriormente, se ha convertido en el más reciente punto de fricción entre Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro que según críticos debe llevar al retorno de las sanciones.
Pero lo único que quiere la familia de Wright es que el empresario de 38 años de edad regrese a casa. Saben muy poco sobre las circunstancias de su arresto. No se han presentado cargos penales, no se le ha permitido reunirse con un abogado y el gobierno venezolano no ha revelado dónde está detenido.
“Es una pesadilla. Es como ver una película de terror pero estás dentro de ella”, dijo su madre, Erin Stewart, a The Associated Press en entrevista telefónica desde su casa en Oakland.
Wright se suma a por lo menos otros siete ciudadanos estadounidenses presos en Venezuela. Pero su arresto se destaca porque ocurrió poco después de que el presidente Joe Biden tomó un riesgo político al aliviar algunas de las sanciones petroleras sobre Venezuela, justo cuando se firmó un acuerdo el 17 de octubre en Barbados entre el gobierno de Maduro y la oposición para realizar elecciones el año entrante.
Casi inmediatamente, Maduro pareció rechazar el acuerdo cuando el Tribunal Supremo, dominado por jueces leales al gobierno, suspendió los resultados de las primarias realizadas por la oposición y que fueron ganadas por la exlegisladora María Corina Machado.
La administración Biden ha dicho que está dispuesta a reimponer las sanciones si Maduro viola los compromisos asumidos, que incluyen levantar las prohibiciones a Machado y otros a ejercer cargos públicos, y liberar a prisioneros políticos y a ciudadanos estadounidenses ilegalmente detenidos antes de fines de noviembre.
La posición fue ratificada el viernes por el Departamento del Tesoro en respuesta a preguntas sobre la detención de Wright.
“Negarse a acatar los términos de este acuerdo llevará a Estados Unidos a anular los pasos tomados”, declaró el portavoz Matthew Miller.
El gobierno anterior de Donald Trump intensificó las sanciones contra Venezuela en 2019 tras acusar a Maduro de perpetuarse en el poder tras una elección fraudulenta, y entonces reconoció al líder opositor democráticamente elegido Juan Guaidó como el presidente legítimo del país.
Algunos exfuncionarios de la administración Trump dicen que el arresto de Wright es apenas el ejemplo más reciente de la mala fe con que actúa el gobierno de Maduro.
“Que Maduro esté jugando con vidas estadounidenses es inaceptable”, dijo Kimberly Breier, ex máxima diplomática estadounidense en Latinoamérica y arquitecta de la política de “presión máxima” contra Maduro bajo la presidencia de Trump. “Habrá acuerdo bipartidista en Washington en los próximos días de que el acuerdo de Barbados, que tiene apenas un mes de antigüedad, está acabado”.
Añadió Elliott Abrams, quien fue enviado especial a Venezuela de la administración Trump: “Maduro está forzando la mano de Biden”.
El Departamento de Estado repetidamente le ha advertido a sus ciudadanos que no viajen a Venezuela debido al riesgo de secuestro y extorsión. Bandas criminales sofisticadas, a veces conspirando con fuerzas de seguridad venezolanas, tratan de atraer a hombres por internet o en la vecina Colombia con promesas de romances.
Wright parece ser solo el segundo ciudadano estadounidense detenido en Venezuela, desde que el año pasado ese país puso en libertad a cinco ejecutivos de la empresa petrolera Citgo basada en Houston y a otros dos estadounidenses a cambio de la libertad de dos sobrinos de la esposa de Maduro que habían sido detenidos por cargos de drogas.
Wright, de Berkeley, California, y graduado de la Loyola Marymount University, desde hace más de una década divide su tiempo entre Oakland, Miami y Sudamérica mientras trabaja remoto como agente de hipotecas, dijo su familia.
“Él amaba el estilo de vida nómada”, dijo Stewart, quien no sabía que su hijo estaba en Venezuela hasta que se enteró de su arresto.
Wright, que mide 2,08 metros (6 pies 10 pulgadas), “por todas partes era visto como un gigante gentil, era muy querido”.
Stewart dice que ha hablado con su hijo solo una vez desde su detención, luego que familiares y amigos se esforzaron por pagar un alto rescate a sus captores, que difícilmente podían costear. Wright relató que fue detenido en un parque cuando estaba con una mujer que tenía drogas. Su familia sospecha que ella era parte de una trama para detenerlo. Luego, cuando la policía descartó ilegalidad alguna por parte de Wright, determinó que no tenía sello en su pasaporte y lo entregó a inmigración para su deportación, dice Stewart.
No queda claro qué ocurrió después de eso. Pero otros presos le han dicho a la familia que Wright está siendo detenido en un lugar que era antes una fábrica textil, convertido en centro de detención operado por la temida contrainteligencia venezolana. Gran cantidad de ex presos políticos han reportado haber sido torturados y abusados en el sótano de la instalación.
Stewart dice que también teme que su hijo está siendo torturado psicológicamente. También teme por la salud de su hijo, pues tiene restricciones dietéticas debido a graves alergias alimenticias.
El fiscal general venezolano Tarek William Saab no ofreció ninguna información sobre el caso de Wright.
Los otros ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela incluyen dos ex boínas verdes — Luke Denman y Airan Berry — quienes estuvieron involucrados en un intento para derrocar a Maduro en el 2019, así como tres hombres — Eyvin Hernandez, Jerrel Kenemore y Joseph Cristella — que fueron detenidos, acusados de entrar ilegalmente al país desde Colombia.
Con información de AP