La Universidad Internacional de la Comunicación funciona en un edificio expropiado a un medio que es parte importante de la historia del periodismo del siglo XX
Sebastiana Barráez @SebastianaB
El hecho que la sede arrebatada al diario El Nacional, sea hoy el recinto de la creada Universidad Internacional de la Comunicación (Uicom), envía un mensaje terrible, porque coloca sus anclas sobre un hecho caracterizado por la cuestionada administración de justicia, apropiarse de un bien que no les pertenece y de una inclinación ideológica marcada, cuya primera cohorte está integrada por los militantes de Agitación, Propaganda y Comunicación (APC) del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de su Juventud (Jpsuv).
El edificio, sobre el que se asienta la novel institución, le fue arrebatado precisamente a un medio de comunicación que es parte importante de la historia del periodismo del siglo XX. El segundo hombre del poder Diosdado Cabello Rondón, a través de una argucia legal impulsada contra El Nacional, medio de comunicación que hace 79 años fundó el destacado político y escritor Miguel Otero Silva, se apropia del moderno edificio, ahora sede de la Uicom. Un tribunal le da a Cabello el edificio de El Nacional recalcando que aun así no cubre los casi 13 millones de dólares de la indemnización.
Dos destacados catedráticos, Scharifker Podolsky y Rodríguez Iturbe, coinciden en señalar que esa institución de estudios superiores está creada, no para formar comunicadores sociales, sino difusores de la propaganda del régimen que lidera Nicolás Maduro en Venezuela.
La nueva Universidad, según recalcan medios de propaganda del Gobierno, es parte de los acuerdos del Foro de Sao Paulo, además de contar con alianzas con el Consejo de Universidades de Cuba y Nicaragua, una universidad de Ecuador, dos de Argentina y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de México.
Lo dicho por el ministro de Comunicación como por la ministra de Educación dan claramente la línea de lo que será la recién estrenada universidad. Para Freddy Ñáñez “cómo la revolución será la vanguardia en el mundo”, mientras que para Tibisay Lucena “será un campo de conocimiento que realmente es un campo de batalla”.
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