«El hombre me estuvo esperando durante la hora que me escondí»: joven asegura haber sido acosada en una avenida de Caracas

Las denuncias de casos de acoso contra mujeres en diversas zonas de Caracas se han vuelto comunes en las redes sociales, aunque formalmente, han manifestado haber denunciado ante la Policía de cada municipio o el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

En lo que va de año, más de una decena de mujeres han expuesto sus casos en plataformas como Twitter, siendo Chacao el municipio más señalado por casos de callejero. Sin embargo, zonas del Libertador o Sucre también se han mencionado en las redes.

Activistas y diversas ONG feministas han emitido alerta morada lugares como Altamira, La Castellana, Chacao, Las Mercedes, Caricuao y El Paraíso, en este último ocurrió el caso de Michelle (verdadera identidad protegida).

La madre de la joven abogada de 22 años, dio a conocer a través de un grupo de WhatsApp el acoso que sufrió su hija en una calle de El Paraíso. El hecho ocurrió el 5 de abril entre las 3:00 p. m. y 4:00 p. m.

El testimonio de Michelle

Michelle relató a Curadas.com que regresaba su casa, venía de San Martín caminando por la calle donde su ubica Daka y en dirección hacia la Plaza Washington. En el trayecto se percató de que un hombre mayor, con cabello «muy canosos» y a bordo de un carro gris, la vio, bajó la velocidad del vehículo y la miraba.

«Me asusté cuando vi que él me estaba viendo por los vidrios retrovisores del carro. Me escondí detrás de un carro, pero vi que el hombre se estacionó. Me metí en una frutería, le conté a los cuatro trabajadores del lugar que me estaba persiguiendo y pregunté si me podía quedar allí», relató.

La joven esperó durante unos 30 minutos porque no tenía saldo para poder llamar a su madre, cuando ya no observó el carro decidió seguir su camino. Al llegar a la esquina de la plaza, frente a Pikas, se dio cuenta que la seguía persiguiendo, incluso se atrevió a hacerle señas a Michelle.

«El hombre me hizo señas y me puse muy nerviosa, comencé a temblar. Me acerqué a los señores del kiosko del agua de coco y les dije que me estaba persiguiendo un carro. Me asusté muchísimo porque yo había estado como media hora en la frutería y el hombre no había desistido de perseguirme», contó.

La ayudaron

Los trabajadores del local le ofrecieron acompañarla hasta su casa cuando culminaran la jornada laboral. «Me regalaron un agua de coco porque yo estaba demasiado nerviosa, me iba a desmayar», expresó.

Cerraron el kiosko luego de aproximadamente una hora después, cuando la estaban acompañando y le preguntaron cuál era el camino a su hogar, en ese momento le recomendaron no tomar la vía más común por precaución. En ese momento le comentaron que no era la primera vez que ayudaban a una chica víctima de acoso.

«Ellos me comentaron que no era la primera muchacha que tenían que acompañar, porque el sábado de la semana pasada tuvieron que ayudar a otra muchacha que también la estaban persiguiendo», dijo.

El hombre no desistía

Mientras caminaban a la residencia de Michelle ella vio pasar de nuevo el carro del hombre generando que ella comenzara a gritar.

«Me estuvo esperando una hora entera que yo estuve allí con los señores de los cocos. Él no desistió de perseguirme y aún cuando me veía acompañada de hombres no me dejaba en paz. Cuando veo que pasa el carro lo señalo y comienzo a gritar ¡Es él! ¡Es él! Los señores como que lo amenazaron y así fue como que desistió y arrancó. Así fue como pude llegar a mi casa, gracias a Dios», contó.

«No confío en los organismos de seguridad»

Michelle a pesar de haber estudiado leyes prefiere no denunciar y quedar en el anonimato por no confiar en los organismos de seguridad del país y pensar que los funcionarios en ocasiones no toman en serio esa clase de denuncias.

«Decidí no denunciar, principalmente no confío en las instituciones. Yo soy abogada, sé lo que ocurre muchísimas veces con casos sobre todo de violencia de género, o de cuando una mujer está acosada que va a denunciar y no las toman en serio. Al final creo que terminan en una doble revictimización y no tenía ganas de terminar en una situación así».

Asimismo, argumentó que no anotar la placa del carro por el mismo episodio que le desencadenó nerviosismo. «Cuando uno está en esa situación uno piensa en todo menos en eso», expresó.

Prefirió quedar en el anonimato

Argumentando que debido a la desconfianza que le tiene a los organismos de seguridad, manifestó que prefiere quedar en el anonimato y que su historia sirva para alertar a las mujeres a estar alertas ante estas situaciones.

Asimismo, instó a quienes sean víctimas de alguna clase de acoso en la calle pidan ayuda a las personas que estén cerca.

Con información de Curadas

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