Sebin, Dgcim y Ramo Verde continúan cerrados a familiares pese a reanudación de visitas a cárceles en Venezuela

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Miami, EE.UU.-23/09/2020. El 18 de septiembre del año en curso los reclusos recibieron con satisfacción la noticia de que se reanudaron las visitas de familiares en los penales venezolanos, luego de pasar siete meses aislados debido a la pandemia que se ha cobrado hasta la fecha más de 500 personas en el país, según datos del régimen de Nicolás Maduro.

Pero a los presos políticos se les borró la sonrisa al ver que se le ha impedido la entrada a los familiares al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), a la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) -ambas carceles ubicadas en Caracas- y al Centro Nacional para Procesados Militares (Cenapromil), mejor conocida como “cárcel de Ramo Verde”, ubicada en Los Teques, estado Miranda, esto porque aún “no lo han autorizado”.

La nueva ministra del Servicio Penitenciario, Marielys Contreras, designada por el régimen venezolano luego de que Iris Valera se anunciara como candidata a las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2020, hizo el anuncio a través de la red social Twitter donde resaltó que los visitantes deben mantener las normas de bioseguridad; utilizar tapabocas, lavarse las manos, distanciamiento social, entre otras.

Contreras aclaró que el cronograma de visitas se realizará en la semana de flexibilización, denominada por el Ejecutivo Nacional “7+7”, y “lo que no dijo es que la medida solo beneficia a un grupo”, denunció un familiar de un preso político a Venezuela Awareness.

Documento cárcel
Foto: Documento publicado por Contreras

Los familiares de presos políticos resaltan que su compañía es de vital importancia para darle fuerza a las personas privadas de libertad y para reforzar sus dietas alimenticias, pues no es un secreto que en los penales del país carecen las proteínas y los nutrientes para que mantengan la salud de los secuestrados políticos, término que ha utilizado la Organización de los Estados Americanos (OEA) a través de su secretario general, Luis Almagro.

La pandemia llegó al país alarmando a todos los sectores. Así que para evitar la propagación el 2 de abril los funcionarios de Maduro cerraron las cárceles a cualquier visita y, con ello, estrangularon cualquier oportunidad de abastecerse de alimentos y de agua potable a los presos políticos.

No alimentarse bien da pie a la posibilidad de contraer enfermedades infectocontagiosas que circulan profundamente en los penales, así como la tuberculosis, sarna, hepatitis, entre otros.

El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) registró en el 2019 al menos 62 muertes por razones de salud, principalmente por desnutrición y tuberculosis.

Los familiares de los presos políticos en días de visitas les suministran los medicamentos a sus parientes, quienes necesitan de un estricto control para continuar con su tratamiento médico al estar encerrados bajo condiciones precarias.

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