El cabo primero Wilfredo José Heredia Rodríguez, de apenas 20 años, murió tras las brutales torturas que sufrió por parte de los agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
Heredia estaba detenido en la Dgcim desde el 26 de diciembre de 2019, donde las autoridades lo vincularon con la supuesta Operación Aurora.
Según activistas y periodistas, los responsables de este asesinato fueron el general Julmer Rafael Ochoa Romero (director del DGCIM Región 6), el mayor Granko Arteaga y el capitán José Castillo. Todos ellos, serían enviados por el General Hernández Dala, director del DGCIM, “junto al gobernador del Estado Bolívar, Justo Noguera”.
La Operación Aurora se llevó a cabo la madrugada del 22 de diciembre, cuando un grupo de 12 pemones apoyó un asalto a las instalaciones del 513 Batallón de Infantería Selva Mariano Montilla, ubicado en el municipio Gran Sabana.
Durante el operativo los desertores robaron 120 fusiles de asalto y 9 lanzagranadas. Tras la operación, algunos lograron escapar, mientras que otros fueron detenidos por las autoridades chavistas.
Tras lo sucedido, el régimen de Nicolás Maduro aseguró que el grupo había sido desarticulado. No obstante, los tenientes sublevados que lograron escapar dijeron por medio de un video que las armas sustraídas “serán utilizadas para la protección del pueblo” y aseguraron que no fueron desarticulados, pese a los dichos del régimen. “La liberación de Venezuela por la única vía posible que ustedes eligieron apenas está comenzando”, advirtieron.
Afirman que el régimen mintió sobre la desarticulación del grupo y que muchas personas se encuentran detenidas por la presunta participación, incluyendo civiles, pemones y militares, buscando información.
Con información de Infobae