La pasión de Donner es la fotografía y fue detenido el 19A mientras llevaba registro fotográfico de la protesta Foto Donner Rivas

Mayo 01 ,2017.-Despojado de su cámara y celular, con orificios en su pantalón, manchado de sangre y con múltiples heridas en la entrepierna. Esta era la condición de Donner Rivas cuando llegó a la Clínica Puerto Ordaz la noche del 19 de abril. Dos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lo custodiaban afuera de la habitación.

Donner es estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), y ese día salió a la calle con su cámara para documentar la marcha convocada por la oposición para ese día en el sector Alta Vista de Ciudad Guayana.

Con banderas, cantos y la vehemencia del pueblo guayanés sediento de cambio político, la marcha se desarrolló sin complicaciones hasta el mediodía. Pero el panorama cambió luego de horas de júbilo: el miedo y la represión se apoderaron de las calles en las que Donner fue testigo y víctima de humillaciones y maltratos. 

La agresión ocurrió cerca de las 3:00 de la tarde, hora en la que aumentó la tensión entre la GNB y los manifestantes, como comentó el joven de 20 años. Su detención, a la altura de la Plaza Barsanti en Alta Vista, fue tan solo el inicio de la pesadilla que viviría el resto de la tarde y toda la noche del miércoles.

En la desesperación, la adrenalina y entre el humo de las bombas lacrimógenas, cayó al suelo cuando recibió el primer disparo de perdigón a quemarropa que le impactó la cara interna del muslo derecho. Alegó a Correo del Caroní que los guardias lo patearon en la herida para luego dispararle por segunda vez.

El fotógrafo y estudiante cuenta que cuando trataba en vano de correr para evitar a los efectivos de la GNB fue impactado por otro proyectil que dio en la zona trasera de su muslo izquierdo. Lo acorralaron junto a decenas de manifestantes que también huían de la represión.

“A todos nos acusaron de terroristas”, denunció, recordando, con rabia, cada insulto hacia él y sus compañeros que manifestaban. 

10:00 PM Donner Rivas actualmente detenido. Su situación de salud es delicada, producto de los perdigones a quema ropa.

Solidaridad con Donner Rivas, Jonathan Licet y los más de 70 jóvenes que serán presentados injustamente ante los Tribunales de la DICTADURA!

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El periodista José Acevedo también fue despojado de su equipo de trabajo y el resto de sus pertenencias, mientras informaba sobre la represión de manifestantes perpetrada por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Heridas 

La ONG Foro Penal Venezolano (FPV) registró en 20 días de reclamos, desde el 4 hasta el 22 de abril de este año, 1.365 detenidos en protestas.

La organización contabilizó en el estado Bolívar 101 apresados, tomando en cuenta solo los del pasado miércoles 19; en la cifra entran manifestantes de Guayana y Ciudad Bolívar. Donner fue uno de ellos.

Salió de su casa el 19 de abril para alimentar su pasión por la fotografía y ejercer su derecho a la protesta pacífica, como lo consagra el artículo 68 de la Constitución nacional, pero se sumó a esta cifra que aumentaría días luego.

Adolorido, cansado y con impotencia, fue despojado de sus pertenencias: un morral en el que cargaba su cámara fotográfica, con la que llevaba registro de la manifestación; un teléfono celular -“me lo robó un policía. Nadie responde por eso”-, su reloj de pulsera y hasta sus lentes correctivos. Hasta este martes 25 aún no ha vuelto a saber de sus cosas. 

El estudiante comentó al día siguiente, entre dolores y el recuerdo de la represión y maltrato que sufrió junto al resto de los aprehendidos, cómo lo obligaron a arrodillarse en la plaza para seguir recibiendo golpes de los uniformados; mientras que el botín, forjado con las pertenencias de cada uno, se acumulaba en el suelo.

La sangre brotaba de los orificios que dejaron los perdigones, pero eso parecía no tener mucha importancia para los uniformados. Llegó herido al Destacamento 625 de la Guardia Nacional Bolivariana y no contó con atención médica sino hasta después de cinco horas, cuando fue trasladado al hospital militar Manuel Siverio Castillo. Pero este primer intento de curar sus lesiones no sirvió de nada.

No había insumos para tratarlo, según alerta. En plena noche fue trasladado al Hospital Dr. Raúl Leoni, en Guaiparo. Pero tampoco pudo ser atendido por falta de espacio. No fue sino hasta dos horas después que accedió a la Clínica Puerto Ordaz, con ayuda de un familiar, para tratar las heridas de perdigón en riesgo de infección. En total pasó cinco horas sin atención médica desde que fue lastimado por los uniformados de la GNB.

Donner fue uno de los seis lesionados confirmados en la represión gubernamental a la marcha del 19 de abril en Ciudad Guayana, y uno de los más de 70 detenidos de forma arbitraria.

Lucha 

Recibió la visita de un fiscal que tomó sus declaraciones en la mañana del jueves 20 de abril. La noche de ese día fue operado de las heridas, de las que le extrajeron fragmentos de perdigones. Ahora se recupera satisfactoriamente.

Ezequiel Monsalve, abogado y coordinador regional del Foro Penal Venezolano en el estado Bolívar, declaró el viernes sobre el caso: “sus heridas tenían una gravedad resaltante por lo peligroso de su ubicación y las probabilidades que había de contaminación”.

El jurista explicó mediante su cuenta de Twitter que el pasado domingo 23 de abril se celebró la audiencia de los detenidos cuatro días antes, como resultado medida cautelar con presentaciones fiadores. La audiencia de Donner fue en el centro clínico, donde esperó, impaciente, su salida hasta la mañana de este martes. 

En un informe publicado el año pasado, el FPV registró 5.853 manifestaciones por carencias de servicios públicos, escasez de comida, inseguridad, y demás, entre el 1 de enero del 2014 y 30 de junio del 2016.

En el 2017 la protesta se hace sentir de nuevo entre la angustia de los venezolanos. De todos los que salieron a la calle a manifestar pacíficamente en contra de la negligencia de un Estado indiferente a problemas como la desnutrición, que a inicios de marzo del 2017 cobró la vida de 8 niños en San Félix.

Donner salió a la calle el 19 de abril con la intención de registrar, mediante fotografías, el cambio político que tanto anhela para Venezuela. Se unió a la marcha, corrió riesgos y asumió las consecuencias. Esta noche dos uniformados lo esperan afuera de su habitación en la clínica mientras se recupera. Y las manifestaciones cercanas se quedarán sin los retratos del estudiante de 20 años que ahora, de alta y en libertad con régimen de presentación cada 30 días, descansa de sus lesiones. Dice que sigue el ardor en las heridas. Ardor que le recuerda a la fuerza militar que no pudo protegerlo. Ni a él ni a tantos miles.

Un delito internacional

■ Daniela Tabata Bottini

Aparte de los mecanismos de represión utilizados por los miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y otros cuerpos de seguridad del Estado y la detención injustificada de los manifestantes, el tratamiento violento sufrido por los apresados es contemplado en leyes internacionales como una vejación de los derechos humanos, ya que reúne las cualidades para ser calificado como tortura.

Donner Rivas, manifestante arrestado por la GNB durante la protesta del 19 de abril en Ciudad Guayana, denunció que tanto él como el resto de los detenidos fueron golpeados repetidamente con objetos como cascos y rolos, además de la intimidación psicológica que se vivió durante su traslado y llegada al Destacamento 625 de Puerto Ordaz.

En la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, se define como tortura “todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales (…) cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia”.

Según el documento, los Estados son responsables de identificar y sancionar estas acciones y a sus responsables, pero por los momentos, no ha habido pronunciamiento alguno más allá de los testimonios de los afectados.

 

 

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