Abril 17, 2017.-En el espacio de un año, el régimen bolivariano otorgó ilegalmente al menos 10,000 pasaportes venezolanos y otros documentos a ciudadanos de Siria, Irán y de otros países del Medio Oriente, en una operación encabezada por el actual vicepresidente Tareck El Aissami.

La operación de tráfico humano pudo haber durado mucho más de un año, lo que significa que el número de individuos del Medio Oriente con documentación venezolana irregular podría también ser mucho mayor, advirtió el coronel Vladimir Medrano Rengifo, ex director general de la Oficina de Identificación, Migración y Extranjería de Venezuela.

“Podrían haber sido 20,000 o 25,000 personas que ingresaron en este período”, dijo Medrano Rengifo en una entrevista con el Nuevo Herald.

A Venezuela estaban llegando al menos 800 personas mensuales con estas características durante el período en que Medrano ocupó el cargo —entre mayo del 2008 y octubre del 2009— y el coronel sospecha que la situación continuó mucho tiempo más después que El Aissami forzó su salida.

“Hoy en día no se saben dónde están estas personas, ni qué es lo que están haciendo. Pueden estar en cualquier lugar del mundo, desplazándose con documentación venezolana”, dijo Medrano Rengifo, quien fue destituido por El Aissami, precisamente por tratar de desmontar la red de contrabando humano.

El Aissami, quien es investigado en Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico y con el extremismo islámico, había sido previamente acusado de otorgar pasaportes venezolanos a agentes del Hezbolá, organización terrorista libanesa controlada por Irán.

Un estudio publicado en el 2014 por el Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), advirtió que al menos 173 individuos de Oriente Medio han sido detectados portando documentos de identidad venezolana, mientras que la mayoría de iraníes que han tratado de ingresar indebidamente a Canadá pasaron primero por Caracas.

Medrano Rengifo, quien durante más de un año encabezó la autoridad migratoria de Venezuela, dijo que el total detectado hasta ahora es solamente la punta de un gigantesco témpano de hielo.

El coronel intentó en cada uno de los casos deportar a los ciudadanos que ingresaban con documentos irregulares, y en cada una de esas ocasiones El Aissami, quien en ese momento era ministro de Relaciones Interiores, le ordenó directamente que dejara a los detenidos ingresar al país.

Según el coronel, El Aissami le ordenó directamente que lo hiciera en al menos 30 ocasiones, lo que permitió que alrededor de 10,500 personas lograran entrar portando documentos legales venezolanos.

“Me llamaba cada vez que llegaba esos vuelos y nosotros intentábamos detenerlo. Presionaba de forma desmedida para que este procedimiento no se efectuara y para que dejara pasar a sus ‘primos’, como les decía él”, relató Medrano Rengifo.

El coronel detectó la situación poco después de ser nombrado en el cargo directamente por el entonces presidente Hugo Chávez.

“El director de Inmigración, que era un oficial que yo había designado, me comentaba que habían problemas en el aeropuerto con personas que portaban pasaportes venezolanos emitidos en Siria”, dijo Medrano Rengifo.

“Los pasaportes eran legítimos, de curso legal, pero las personas que portaban los documentos no eran realmente venezolanas”, agregó.

Los pasaportes y en ocasiones visas venezolanas, fueron otorgados en la gran mayoría de los casos desde el Consulado de Venezuela en Damasco a individuos provenientes de Siria, Irán y de otros países de esa región.

Las autoridades de inmigración en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía detectaban la anomalía cuando revisaban la información dentro del sistema.

“La revisión arrojaba que el número de cedula de identidad vinculada al pasaporte correspondía a personas fallecidas, con un nombre diferente al que aparecía en el pasaporte”, explicó el coronel, quien actualmente reside en Estados Unidos.

“Tenías un pasaporte que identificaba a la persona como Hassan o Hussain, pero la cédula de identidad correspondía a Pedro o a Pablo, quienes eran personas que estaban haciendo vida en Venezuela o que ya habían fallecido”, agregó.

Las personas con estos documentos provenían de un vuelo de Alitalia que se originaba en Damasco y que llegaba hasta Roma antes de partir hacia Caracas.

Venían en un avión Airbus de gran tamaño que normalmente llegaba dos veces por semana (los martes y los jueves) con 380 o 390 pasajeros al aeropuerto de la capital venezolana.

“El 90 por ciento de las personas que venían en ese vuelo presentaban una situación irregular”, manifestó Medrano Rengifo.

El coronel explicó que estas personas eran fáciles de diferenciar de los otros. Por lo general, decían que eran venezolanos oriundos de Caracas o de Maracaibo, pero que desconocían sus presuntas ciudades de origen.

“Los que decían que eran de Caracas, aseguraban que eran de Catia o de la Pastora, pero cuando le preguntábamos en que parte de Catia vivían o en que liceo estudiaron en La Pastora, no sabían como responder. Hasta se les olvidaba el español y comenzaban a hablar en árabe”, relató.

Luego la revisión del sistema mostraba las discrepancias entre el portador del pasaporte y la cédula de identidad. Estos individuos eran luego separados del resto, pero invariablemente venía la llamada del ministro ordenando que les dejaran salir del aeropuerto donde normalmente eran esperados en autobuses ejecutivos.

Medrano Rengifo, quien también estaba encargado de los sistemas de identificación, dijo que muchas de esas personas eran llevadas a las mesas de la “Misión Identidad”, recibiendo a las pocas horas de llegar documentación identificándolos como venezolanos.

La situación duró todo el tiempo en que Medrano Rengifo permaneció en el cargo. El Aissami era su jefe inmediato pero no podía destituirlo porque Chávez lo conocía y lo había puesto directamente en el cargo.

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