Junio 27, 2016.- El relator especial para la Libertad de Expresión de la CIDH recomendó a los trabajadores de la prensa apegarse con rigor a los códigos éticos
El lunes 6 de octubre de 2014, cuando Edison Lanza asumía en Washington el cargo de relator especial de libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Caracas el Instituto Prensa y Sociedad presentaba su estudio La orden es el silencio. El documento revelaba datos alarmantes sobre la censura, las presiones oficiales contra la prensa y la denegación de información pública.
Meses más tarde la CIDH emitió su informe de 2014 sobre el estado de los derechos humanos y dedicó un capítulo aparte a Venezuela por considerar que en el país había “una violación grave de los elementos fundamentales e instituciones de la democracia”. Al año siguiente el organismo alertó: “La CIDH ha identificado que en Venezuela los actos de violencia contra periodistas y medios configuran un escenario restrictivo que continúa inhibiendo el libre ejercicio de la libertad de expresión”.
La semana pasada, durante una visita académica al país, Lanza palpó directamente la situación en encuentros con periodistas y defensores de derechos humanos.
—¿Considera que los periodistas tienen motivos para celebrar el Día del Periodista?
—Hay que celebrarlo, sin dejar de reafirmar que hay problemas para ejercerlo producto del hostigamiento, la estigmatización, las restricciones en el papel, el uso de la publicidad oficial, la falta de acceso a la información pública, pero hay que celebrarlo porque la única forma de salir del conflicto es a través de la libertad de expresión en todos los campos: político, social, periodístico.
—¿En una escala del 1 al 10, dónde ubicaría la situación de los periodistas venezolanos para cumplir su papel de servicio público frente al resto del continente?
—La relatoría no tiene un índice comparativo. Hay situaciones de extrema violencia en la región que los periodistas venezolanos no viven, como asesinatos y desapariciones. Pero esto no quita que la situación no sea muy compleja y muy grave. De hecho, la relatoría ha impulsado la adopción de medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana a favor de 22 periodistas, incluyendo al presidente editor de El Nacional Miguel Henrique Otero, por hacer su trabajo. El papel que están cumpliendo los periodistas venezolanos en la situación actual, con las limitaciones que todos conocemos, es muy importante.
—¿Qué les recomienda a los periodistas para que con su trabajo contribuyan al cese de la conflictividad en el país?
—Actuar con el mayor rigor posible en la cobertura de los episodios de tensión política y no caer en la tentación de formar parte de las pasiones desatadas. Cuanta más información de calidad, rigurosa y contrastada den los medios, el aporte es sustantivo. Los periodistas no tienen que cambiar la realidad, los que tienen que cambiar la realidad son los poderes públicos y los líderes con responsabilidades políticas.
—Desde 1997, cuando se creó la relatoría para la libertad de expresión, ¿cuál ha sido el peor año para Venezuela?
—A partir de la situación de polarización de 2002 con el golpe de Estado, la situación ha tenido idas y vueltas. Sin embargo, si se traza una línea de análisis hay un deterioro progresivo del ejercicio de la libertad de expresión, marcado por decisiones de los poderes públicos que han ido en detrimento del ejercicio de las libertades. Eso lo que ha producido es un deterioro del espacio para la crítica, del periodismo de investigación, del debate público.
—¿Cuál de las tres leyes que discute la AN en materia de libertad de expresión considera usted la más urgente: la de Telecomunicaciones, la que busca regular las cadenas presidenciales o la de acceso a la información?
—Es muy importante el hecho de que Venezuela tenga su primera ley de información pública, que remueva los obstáculos que han sembrado de secretos al Estado. Por otra parte, regular el acceso al espectro radioeléctrico y asegurar la diversidad y el pluralismo son antídotos que la Asamblea Nacional y el propio Estado deben adoptar para que no se repita más que un grupo quiera hegemonizar el mensaje. Los estándares interamericanos fomentan el debate público para que sea la ciudadanía la que, en ejercicio de sus derechos políticos, elija a sus gobernantes y también los castigue o premie cuando vaya a elecciones libres.
—¿Qué impresión tiene del proceso de validación de firmas para el revocatorio?
—No quiero inmiscuirme en asuntos internos, pero sí decir que los derechos políticos pueden ejercerse si realmente se garantiza el ejercicio del derecho a la libertad y de opinión. Y que manifestarse por un referéndum, firmar por un referéndum, es el ejercicio de una opinión política y de un derecho político, y ninguna persona debería sufrir ninguna represalia, discriminación, hostigamiento, pérdida de su empleo o represalia por ejercer sus derechos civiles y políticos. Esa es hoy mi principal preocupación.
—¿Puede identificar algún aspecto que haya mejorado en materia de libertad de expresión en el país desde la instalación del Parlamento?
—Es prematuro, pero el hecho de que se hayan levantado las restricciones para que los periodistas puedan trabajar en la Asamblea Nacional y de que se esté tratando un proyecto de ley para proteger la libertad de expresión, son adelantos. Y por otro lado, el cambio y la rotación de los partidos en los poderes públicos también refrescan la democracia. Porque los resultados electorales muchas veces son manifestaciones de una necesidad de cambio. Creo que esa es la forma en que Venezuela va a salir en paz de esta situación.
Perfil. Edison Lanza es de origen uruguayo. Es periodista y abogado. Fue seleccionado relator especial dentro de un grupo de 49 aspirantes. Ha fundado varias ONG promotoras de la libertad de expresión. Ha sido consultor de la Unesco y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias.