A_02Mayo 09, 2016.-En tiempos normales, tardaba uno y dos meses en programarse la entrevista inicial de un solicitante de asilo. Ahora la entrevista inicial bien podría demorarse unos dos años después de la solicitud de asilo. Un solicitante de asilo podría esperar seis años si su caso termina en el tribunal migratorio

Carlos y María, dos activistas venezolanos que solicitaron asilo en abril del 2014, aún no han sido convocados a una entrevista inicial sobre porqué huyeron de su país.

Diana, una hondureña que también solicitó asilo, ha visto como las audiencias de su caso han sido canceladas tres veces en el tribunal de inmigración. Su próxima audiencia está programada para el 2017.

A medida que aumenta el número de refugiados debido a la creciente inestabilidad en muchos países, aumenta también el tiempo que tienen que esperar para que sus casos sean escuchados, ya sea o por un funcionario de asilo o un juez de inmigración. En el sur de la Florida, las demoras están mayormente vinculadas a la oleada de menores sin padres que cruzaron la frontera con México en el 20014 y el creciente número de inmigrantes venezolanos, muchos de los cuales piden asilo.

Antes de la avalancha de refugiados en los últimos tres años, los funcionarios de asilo podían programar entrevistas iniciales por lo general un mes o dos meses después de recibir una solicitud. Pero ahora se tardan alrededor de dos años para fijar la fecha de la entrevista inicial. La demora es peor en la corte de inmigración, donde los solicitantes de asilo tienen que esperar de tres a cuatro años antes de que su caso sea escuchado por un juez —un cambio radical comparado con tiempos anteriores, cuando en tan sólo pocos meses, o a más tardar un año, se podía programar la primera vista.

En total, muchos solicitantes de asilo ahora deben esperar hasta seis años para saber si califican para el asilo o la deportación, de acuerdo con un informe reciente del grupo Human Rights First, una organización sin fines de lucro de defensa de los derechos humanos, con oficinas en Nueva York y Washington.

“A medida que el mundo se enfrenta a la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, la necesidad de un procesamiento eficaz, oportuno y justo de las solicitudes de asilo no podría ser mayor”, dice el informe publicado el mes pasado. “Sin embargo, los sistemas de asilo y de inmigración de Estados Unidos les están fallando a los refugiados”.

Cifras de la corte de inmigración muestran un fuerte aumento en el número de solicitudes de asilo presentadas durante el año fiscal 2014, cuando se recibieron 49,031 en comparación con unas 45,031 en el 2013. Ese año también marcó la llegada a través de la frontera de la primera gran oleada de menores no acompañados procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Un reciente informe de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) muestra el dramático aumento en la llegada de menores sin sus padres.

En promedio, alrededor de 6,775 niños no acompañados llegaron a Estados Unidos entre el 2003 y el 2011, pero a partir de entonces el número comenzó a aumentar de manera espectacular, con más de 13,000 en el 2012, más de 24,000 en el 2013 y más de 50,000 en el 2014.

Wilfredo Allen, un veterano abogado de inmigración en Miami, dijo que los retrasos se deben a una combinación de un mayor número de solicitantes de asilo y la escasez de personal en las oficinas de asilo y los tribunales de inmigración.

“El aumento de los menores no acompañados procedentes de América Central en el 2014 y la crisis en Venezuela, así como problemas en otros países jugaron un papel en esto, junto con la escasez de personal”, dijo Allen en una entrevista con el Nuevo Herald.

Allen representa a Carlos y María, la pareja venezolana que pidió asilo en abril del 2014. Los nombres completos de la pareja no pueden publicarse debido a los requerimientos oficiales de privacidad del caso.

Sus dos pequeños hijos están ya matriculados en la escuela y los adultos han recibido permisos de trabajo —pero no tienen la estabilidad que anhelan.

Huyeron de Venezuela debido a la persecución oficial por su participación en una manifestación antigubernamental y en actividades políticas, dijo Allen. Agregó que las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos contra su casa después de dar refugio a estudiantes que huían de la guardia nacional.

“No he tenido una entrevista sobre mis casos de Venezuela en más de un año y medio”, dijo Allen. “Tengo un par de personas que tienen hijos que quieren ir a la universidad. Pero una vez que estén listos para enrolarse en la universidad van a necesitar tener la condición de refugiado, o convertirse en residentes”.

El proceso de asilo en Estados Unidos es esencialmente un sistema de dos vías, una denominada afirmativa y la otra defensiva.

Un extranjero en Estados Unidos debe presentar su solicitud de asilo dentro del año después de su llegada.

El caso va primero a un funcionario de asilo en la oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración de Estados Unidos (USCIS) como solicitud de asilo afirmativo.

Si el funcionario de asilo rechaza la solicitud, el caso es entregado a la corte de inmigración donde un juez decide si concede asilo u ordena deportación. El caso judicial se conoce como asilo defensivo.

La entrega del caso a la corte migratoria es un paso conocido entre los profesionales de inmigración como una “segunda mordida a la manzana”.

Si el juez de inmigración concede asilo, el extranjero recibe una tarjeta verde que le otorga residencia permanente. Pero si el juez rechaza el asilo, entonces ordena la expulsión del solicitante.

Allen dijo que si bien las demoras retrasan la certeza de una vida estable, no son totalmente inoportunos.

“Uno de los jueces reprogramó todos mis casos para noviembre del 2019”, dijo Allen. “Algunos de los clientes han esperado mucho tiempo, pero en algunos casos no me importa esperar hasta el 2019 porque es muy difícil conseguir algunos de los asilos”.

Allen dijo que algunos de sus clientes podrían conseguir la residencia permanente a través de “formas alternativas”. En algunos casos, por ejemplo, los hijos de los solicitantes crecen, se hacen adultos, se casan y se convierten en ciudadanos de Estados Unidos y luego puede pedir a los padres.

“En algunos casos, la demora ayuda porque da tiempo para considerar alternativas para el cliente”, dijo Allen.

Mientras que algunos solicitantes de asilo pueden beneficiarse por las demoras, otros consideran que los refugiados que no tienen alternativas se ven severamente afectados.

El informe de Human Rights First está lleno de casos en los que solicitantes expresan frustración por los retrasos.

Elisa, una ex agente de policía salvadoreña, huyó de la violencia domestica de su propio hogar, pero se vio obligada a dejar atrás a sus dos hijos y una hija.

“La audiencia de Elisa fue fijada inicialmente para el 2015, pero el tribunal la canceló”, dice el informe. “Ha tenido un retraso de tres años, y no sabe cuándo va a poder ver a sus hijos”.

La solución, dicen los autores del informe, es que USCIS aumente el número de funcionarios de asilo y que el sistema de cortes migratorias agregue más jueces.

“Human Rights First estima que se requiere un total de 700 a 800 funcionarios de asilo para eliminar la acumulación de casos de asilo afirmativo y poder adjudicarlos dentro de 60 días”, dice el informe.

Para la corte de inmigración, el informe recomienda la adición de 150 jueces.