SAMSUNG CAMERA PICTURESHoracio Medina.-22 Mayo, 2014.-El pasado sábado 17 de mayo, tuvimos la oportunidad de asistir al evento denominado “Pressure, Sanctions & Strategy”, una mesa de trabajo con diversas organizaciones que buscan, dentro del marco Constitucional y Democrático, como influir en un cambio para Venezuela. Nuestra idea era desarrollar un poco sobre el tema, en particular porque consideramos que todas las iniciativas que persiguen, como fin, colaborar para restituir el hilo constitucional y la democracia en Venezuela, debemos apoyarlas, en particular cuando nuestra visión sobre Venezuela, se basa en que el Golpe de Estado, ya ocurrió, ha sido sistemático y continuado, sucedió hace tiempo y por tanto, la democracia no existe, lo dieron quienes o detentan el Poder, un verdadero régimen forajido. Sin embargo, ese evento, solo nos confirmó que existen muchas buenas intenciones, pero que los intereses siguen prevaleciendo sobre los principios y, por tanto, debemos continuar trabajando con mayor ahínco, por la única causa valedera: Venezuela.

No obstante, además de haber escuchado con atención muchas opiniones, reflexiones y procesado información importante, nuestra mayor ganancia en la asistencia al referido evento, estuvo marcada por conversaciones diversas con estimados amigos. Entre esas conversaciones, queremos rescatar la mantenida con Patricia Andrade, Directora de la Organización Venezuela Awareness, referencia obligada en casos de Defensa de los Derechos Humanos. En dicha conversación, nos refería Patricia la campaña de concientización que viene adelantando, desde hace ya tiempo, con relación al contenido de los textos escolares en Venezuela, ahora de uso obligatorio y exclusivo. En particular, nos recomendó leer “VENEZUELA Y SU GENTE”, Ciencias Sociales de 6to. Grado, dado el marcado énfasis que, en el tema petrolero, se hace a lo largo del libro. En efecto, así lo hicimos y agradecemos a Patricia Andrade su recomendación.

Al día siguiente nos dimos a la tarea de “bajar” el contenido de dicho texto desde la página oficial del Ministerio del Poder Popular para la Educación (http://www.me.gob.ve/coleccion_bicentenario/primaria6.php).

Comenzaremos por reconocer que la iniciativa de dar al petróleo, el lugar preponderante que merece dentro de la historia contemporánea de Venezuela, es sin duda plausible y, quizás, una de las marcadas deficiencias de todos los gobiernos democráticos que hemos tenido y, en particular de PDVSA, la vieja, cuya falla comunicacional, en este sentido, consideramos que no admite discusión.

Sin embargo, aun cuando, a lo largo del relato histórico del petróleo en Venezuela, se presentan muchos episodios apegados a realidades y hechos ocurridos que han sido plasmados en diversos libros con cierta rigurosidad histórica, en general su carga ideológica, está muy distante del “slogan” que promocionan: “Impulsando la Educación Liberadora”. A nosotros nos parece que están “Impulsando la Educación Doctrinaria”. Veamos algunos ejemplos, en esta primera parte que presentamos esta semana y que abordamos el pasado martes, en nuestro programa Entorno Energético por el venezolano tv.

Iniciemos nuestra experiencia con este texto que, partiendo de hechos y personajes ciertos, sirve como vehículo para inocular realidades parcializadas y tergiversadas. No olviden que se trata de un texto para niños, cuyas edades oscilan entre los 11 y 13 años, en líneas generales.

“Hubo alegría general en la población. Sin embargo, el nacionalista Juan Pablo Pérez Alfonzo no se manifestó muy contento; declaró a un periodista la expresión que hemos tomado prestada para el subtítulo. Aunque era miembro del partido que ejercía el Gobierno, el experto petrolero consideró que la nacionalización era “chucuta”, es decir, que quedó corta, entre otras razones, porque el Estado había firmado convenios de asesoramiento con algunas de las compañías petroleras extranjeras y esto lo consideró un forma de mantener la dependencia de potencias económicas”
“Tal vez tenía razón Pérez Alfonzo; porque cuando en enero de 2002 los opositores del presidente Chávez Frías promovieron un paro petrolero, hubo actos de sabotaje, entre ellos el atribuido a una empresa asesora vinculada con una potencia extranjera que paralizó todos los sistemas computarizados, porque incautó las claves y sin ellas era imposible realizar muchas de las operaciones indispensables para el funcionamiento de Pdvsa. Sin embargo, la tenacidad de técnicos venezolanos pudo superar en corto tiempo tan grave inconveniente”.

Como vemos, Juan Pablo Pérez Alfonzo, es un personaje real, importante y protagonista obligado en la historia política contemporánea de Venezuela, en especial en la materia petrolera. No es menos cierto que Pérez Alfonzo, expresó de manera pública su opinión sobre el tema de la nacionalización (insistimos en estatización) y la denominó “chucuta”. Pero también sabemos que Pérez Alfonzo, hacía mucho tiempo que se mantenía distante y era critico consuetudinario de los liderazgos políticos de su partido y que su opinión tenía mucho que ver con los Convenios de Asistencia Técnica que, de acuerdo con su criterio, tenían visos de inconstitucionalidad y prolongaban la dependencia de la industria petrolera nacional y restaban fuerza al proceso nacionalizador. Pero de allí, a asimilar que lo ocurrido en 2002, tenga una relación directa con esa afirmación y posición de Pérez Alfonzo, es una aberración y solo evidencia, una necesidad de justificar lo ocurrido, pero evadiendo el fondo verdadero.

No contentos con esto, y para tratar de afianzar esa relación inexistente, el referido texto añade:

“Los tiempos cambian… La nacionalización dejó de ser “chucuta”, porque la nueva Pdvsa tiene tecnologías propias (creadas aquí o compradas, pero sin ataduras a empresas extranjeras). Y la reciente legislación petrolera completa la verdadera nacionalización al otorgar al Estado los bienes y actividades petroleras primarias que habían quedado fuera de su control. Pdvsa y pueblo han asumido la responsabilidad de construir el futuro: se está sembrando el petróleo como deseaban en el pasado, venezolanos y venezolanas”.

Es decir, sugiere el texto, que entre 1976 y 2002, la nacionalización fue chucuta y durante la vieja PDVSA se afianzó la dependencia de las transnacionales y no se desarrollaron tecnologías. Eluden, la existencia del INTEVEP durante ese período (destruido por la nueva PDVSA), simplemente no existió, su aporte tecnológico y su excelencia, jamás ocurrieron; la Agenda Petróleo, esfuerzo conjunto entre PDVSA, CONICIT y las Universidades Nacionales, jamás se inició. Podría concluirse, luego de la lectura, que es solo con la nueva legislación que se produce la verdadera nacionalización, cuando, por lo contrario, es evidente que este ha sido el lapso de mayor entrega transnacional del patrimonio nacional.
Y para finalizar esta primera parte, espero que “disfruten” este párrafo que representa, sin duda, una apología al cinismo sin límites, más allá de las imprecisiones de los tiempos verbales (tal vez significan: traición del subconsciente).

“No es suficiente hablar de la nacionalización petrolera hace más de un cuarto de siglo, cuando Pdvsa asumió el manejo de la industria petrolera que bastante dinero produjo en ese tiempo. También hay que saber que en ese cuarto de siglo se acentuó la más peligrosa de las dependencias que puede tener una nación: la dependencia alimentaria. Nuestra comida diaria llegó a depender de las caraotas, el arroz y el maíz que llegan en barcos, de la leche en polvo traída en toneles desde Nueva Zelanda para enlatarla y etiquetarla aquí, porque la industria láctea nacional dejó de producirla: con sólo una miradita dentro de un automercado o una bodeguita de pueblo se puede comprobar que vende centenares de alimentos importados. Y necesario es saber que en ese cuarto de siglo más de la mitad de quienes son verdaderos dueños de Pdvsa, no tuvo con qué comprar esos alimentos importados y además quedó excluida de la educación, la salud y otras necesidades básicas”.

“Venezuela ha empezado a hacer lo aconsejado hace mucho tiempo: Después del saboteo petrolero del año 2001, hubo una reestructuración de Pdvsa. Desde entonces, buena parte del dinero que ingresa a la nueva Pdvsa se destina a “sembrar el petróleo”: Se convierte en cosechas, en ganados, en fábricas, en la salud, en riquezas permanentes para todos”.

¿Te imaginas qué pensaría el doctor Uslar Pietri si pudiera saber lo que se hace ahora con la riqueza petrolera? ¿Y tú qué opinas?

Es imprescindible opinar. El tiempo de nuestros niños y adolescentes es hoy, mañana podría ser demasiado tarde.

Una visión deformada. “Nuestra historia en la etapa petrolera”