Horas antes de la operación militar que desmanteló los campamentos la mamá de la estudiante detenida conoció donde se alojaba su hija hacía unas semanas en protesta. Se encontraron allí para darle una entrevista El Nacional para el Día de las Madres
11 DE MAYO 2014 – 01:40 PM
La última noche que Sairam Rivas pasó en el campamento ubicado en la plaza Alfredo Sadel, en Las Mercedes, diluvió sobre Caracas. Su carpa quedó empapada, se le dañaron dos libros y se le empeoró la gripe que la aquejaba desde hacía una semana. Ese día su mamá Sandis Moreno visitó por primera vez el lugar, conoció a algunos compañeros de protesta de su hija y apremió a uno de los paramédicos del grupo para que estuviera más pendiente de la salud de la joven de 20 años de edad.
Rivas ganó la presidencia del Centro de Estudiantes de Trabajo Social en 2012. Su victoria se convirtió en un hito en una escuela cuya representación estudiantil había estado dominada durante siete años por adeptos al oficialismo. Moreno se enteró de las aspiraciones de su hija al último momento: “Sabíamos que era algo serio, difícil y arriesgado. Sobre todo porque siempre se ha dicho que esa es una escuela violenta.
Pero no nos queda más remedio que encomendarla a Dios todos los días”. La intención de Rivas con la plancha Identidad Universitaria era demostrar que en Trabajo Social había mucho más que violencia. “Queríamos rescatar la imagen de la escuela y mostrar que somos estudiantes con talento académico y cultural”, afirmó Rivas. No la tuvo fácil, tres veces hubo que realizar el proceso electoral, después de ganar a ella y a los miembros de su plancha les dieron una golpiza, luego emprendieron la lucha por las reivindicaciones estudiantiles, vino el paro universitario y ahora el movimiento estudiantil se echó sobre sus hombros el peso de las protestas.
“Sairam ha sido muy valiente. Antes de entrar a la UCV jamás había dado señales de que le interesara ser representante estudiantil. Todos en la familia me preguntan de dónde sacó esa vena política”, dijo Moreno. Para la madre, ha sido muy difícil afrontar todo lo que le ha sucedido a su hija, pero no le ha quedado más que aceptarlo, porque eso es lo que le gusta. “Cuando supe que tenía intención de quedarse en el campamento casi me da algo. Lo primero que uno piensa es que puede aparecer un loco y caerles a tiros en cualquier momento, pero entiendo su necesidad, su lucha, su criterio y sus ideales”.
La madrugada del jueves funcionarios de la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana desmontaron todos los campamentos instalados en la ciudad y se llevaron detenida a Sairam, a quien ayer dictaron privativa de libertad en el Sebin.
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