Venezuela Awareness
Mijail Jodorkovski, durante su visita de ayer al Museo del Muro en Berlín. REUTERS
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Mijail Jodorkovski, durante su visita de ayer al Museo del Muro en Berlín. REUTERS
  • El ex magnate descarta entrar en política pero no renuncia a ser una figura pública

Quien fue el peor enemigo del actual presidente ruso tiene muchas cosas en las que pensar, y entre ellas no está desafiarle de nuevo. Apenas 36 horas después de haber sido liberado por decisión del Kremlin, el ex magnate ruso Mijail Jodorkovski ofreció una rueda de prensa en el Museo del Muro en Berlín, cerca del Checkpoint Charlie, emblemático puesto de control entre las dos Alemanias.

Con buen aspecto pese a que apenas había podido conciliar el sueño, el crítico del Kremlin reiteró su decisión de interceder a favor de la liberación de presos políticos rusos.

También rechazó que vaya participar activamente en la política. “No me dedicaré a la política para luchar contra el poder“, dijo Jodorkovski, que aseguró que no pretende financiar a la oposiciónen Rusia pero no renuncia a seguir siendo una figura pública.

“Muchos amigos míos siguen en la cárcel, en Rusia hay además muchos presos políticos que no tienen que ver con el caso Yukos. No quiero que mi liberación se convierta en símbolo de un cambio fundamental”, dijo Jodorkovski, que agregó: “No soy el último preso político”.

El ex magnate quiere que su liberación sea una prueba “de lo que puede lograr la sociedad civil cuando lucha por la libertad de los presos políticos”. Entre los conocidos que tiene en la cárcel está su colega al mando de Yukos Platon Lebedev.

“No lucharé por el poder ni por recuperar mis acciones en Yukos”

Ante una sala atestada de periodistas, las cámaras retrataron a un ruso feliz, encanecido a sus 50 años, indeciso sobre su residencia en el futuro inmediato y humilde a la hora de contestar cada una de las preguntas.

Preguntado sobre si agradece al presidente Vladimir Putin su perdón, Jodorkovski evitó el fondo del asunto y se limitó a contestar: “Estoy feliz por su decisión”.

El empresario fue condenado por lavado de dinero, evasión fiscal y robo de petróleo en dos polémicos procesos muy cuestionados por la comunidad internacional.

A pesar del tiempo que pasó en prisión y de su indulto, sigue considerándose inocente. “Las autoridades querían una confesión de culpabilidad por mi parte, pero eso era inaceptable para mí”, comentó antes de alegar que solicitó el indulto a Putin sin firmar confesión alguna.

También se anduvo con pies de plomo a la hora de hablar de la actualidad. Jodorkovski dijo que no pretende boicotear los Juegos Olímpicos de Invierno que se disputarán en Sochi en febrero de 2014, porque “son una fiesta deportiva para millones de personas y no deberían echarse a perder”.

Pero añadió que espera que Putin no los convierta en “su fiesta personal”. Ante las manifestaciones masivas proeuropeas en Ucrania también exigió la liberación de la opositora Yulia Timoschenko.

“Las autoridades siempre quisieron una confesión, algo inaceptable para mí”

Tras pasar más de 10 años en prisión, fue indultado la pasada semana contra todo pronóstico por el presidente ruso. Poco después partió rumbo a Berlín, donde se encuentra hospedado en un lujoso hotel de la capital por más de 4.000 euros la habitación.

Tras despertarse la primera noche a las tres de la mañana, no pudo volver a conciliar el sueño. Atrás quedaban muchos años en prisiones remotas, con hasta 40 grados bajo cero en el patio durante el invierno.

Aunque el traje que llevaba parecía hecho a medida, todavía le aprietan sus nuevos zapatos de hombre libre. Sobre su futura residencia, el ex magnate ruso pudo adelantar que no piensa regresar a Rusia de momento y que aún tiene que hablar con su familia al respecto: “La decisión de dónde viviremos es algo que hablaré con mi mujer”. Una y otra vez recordó que lleva sólo 36 horas fuera de los barrotes, no ha tenido tiempo de pensar en todo.

Jodorkovski agradeció el apoyo de todos los que contribuyeron a su liberación, en especial el ex ministro de Exteriores de Alemania Hans-Dietrich Genscher, así como la canciller Angela Merkel.

También destacó la ayuda de los medios. Sobre su indulto desveló que ya se planteó en 2008, durante el mandato de Medvedev. Según confesó ayer a un grupo de periodistas, lo rechazó porque suponía admitir su culpabilidad y por lo tanto implicar a otros colegas de Yukos.

http://www.elmundo.es/internacional/2013/12/22/52b73d95268e3e84228b457f.html