Venezuela Awareness
Varios policías detienen a un hombre durante una manifestación no autorizada para defender la libertad de reunión. / ANATOLY MALTSEV (EFE)
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Varios policías detienen a un hombre durante una manifestación no autorizada para defender la libertad de reunión. / ANATOLY MALTSEV (EFE)

La sentencia se percibe como una peligrosa advertencia del Kremlin contra la libertad de expresión en Internet

La libertad de prensa en Internet en Rusia ha sufrido una peligrosa advertencia. Una jueza de Moscú anuló el miércoles la licencia de la respetada agencia informativa Rosbalt con el argumento de que ésta había reproducido improperios en su página de web. En virtud de una enmienda introducida en la ley de prensa rusa el pasado abril, un medio de comunicación puede verse despojado de su licencia si utiliza palabras soeces y es amonestado por ello en dos ocasiones. Medios periodísticos rusos consideran el caso de Rosbalt como el primer intento de envergadura de las autoridades para meter en cintura la pluralista y crítica información que circula libremente en el Internet.

Rosbalt fue advertida dos veces el pasado julio por haber utilizado a modo de ilustración dos vídeos procedentes de You Tube que contenían palabras soeces o tacos de amplía difusión en el lenguaje coloquial. Los vídeos —Las Pussy Riot profanan torres petroleras y El Jinete de Krasnodar— hacían referencia, respectivamente, al grupo de rock acusado de profanar la catedral ortodoxa del Cristo Salvador de Moscú y a un atasco de tráfico. Tras recibir la advertencia de Roskomnadzor, el organismo encargado de velar por la legislación de prensa, la agencia eliminó ambos vídeos. Sin embargo, el caso siguió su curso burocrático, pese a los recursos interpuestos por Rosbalt, hasta llegar a la sentencia dictada finalmente el jueves por la juez Marina Lopátkina.

Creada en el año 2000 y con un millón de entradas semanales, Rosbalt da cabida a distintas tendencias, entre ellas la crítica a la línea deVladímir Putin. Ha publicado materiales en contra de la política del Kremlin en relación a la comunidad gay y también presta una tribuna permanente a los jóvenes insatisfechos e indignados en una sección llamada Generación post P. La fundadora de Rosbalt, Natalia Cháplina (hoy Natalia Cherkésova) es una prestigiosa periodista que se distinguió a fines de los años ochenta y principios de los años noventa cuando dirigía el periódico Chas Pik en Leningrado (hoy San Petersburgo). Cherkésova considera que el proceso contra Rosbalt es “un ataque contra la independencia y la libertad de los medios de comunicación” y lo atribuye a “irritabilidad de los funcionarios rusos” y a “su deseo de marcar las fronteras de Internet”.

Sin embargo, medios periodísticos próximos a Rosbalt aventuran la hipótesis de que las dificultades de la agencia pueden proceder de más altas esferas. Cherkésova es la esposa de Víctor Cherkésov, que en el pasado fue el jefe del Comité de Seguridad del Estado en la región de Leningrado y un hombre del equipo de Vladímir Putin, que lo llevó a Moscú y lo situó al frente de la Agencia de Lucha contra el Narcotráfico. Sin embargo, las relaciones entre ambos veteranos de los órganos de Seguridad peterburgueses se enfriaron. Cherkésov criticó en la prensa el sistema creado por Putin y actualmente, es diputado de la Duma Estatal por el Partido Comunista.

La juez que anuló la licencia de Rosbalt dictó sentencia pese a que aún no han sido examinados los recursos legales de la agencia contra las advertencias recibida. Chekésova ha anunciado que presentará recurso ante el tribunal Supremo, para lo que tiene un mes de plazo. El abogado de Rosbalt, Dmitri Fírsov, ha subrayado que las supuestas pruebas de Roskomnadzor son inconsistentes y que el proceso que ha llevado a la anulación de la licencia tiene múltiples irregularidades. Según la agencia, las expresiones soeces habían sido bloqueadas y tras la advertencia, los vídeos enteros fueron eliminados de la web.

En apoyo de Rosbalt se han manifestado la Asociación de Periodistas de Rusia, la Alianza de Dirigentes de Medios de comunicación de Rusia, la Unión de Periodistas de San Petersburgo y la Región de Leningrado, entre otros. “Aunque finalmente el recurso de Rosbalt triunfe, estamos ante una advertencia de la que saldrán dañada la libertad de expresión”, señalan medios periodísticos rusos.

Mientras Rosbalt ve amenazada su existencia, en el primer canal de la televisión rusa, el político Vladímir Zhirinovski, vicejefe de la Duma (cámara baja del parlamento), ha abogado a favor de cercar con un alambre de espino zonas del Cáucaso como Chechenia, Ingushetia y Daguestán y por el control forzoso de la natalidad en esas regiones para impedir, según él, que los caucásicos sean mantenidos por los rusos. En teoría, el primer canal podría ser amonestado por difundir delitos tipificados en el código penal como racismo o extremismo, pero es dudoso que tales demandas, con las que amenazan políticos del Cáucaso, prosperen en los tribunales rusos.