En el estado Amazonas la libertad de expresión fue fuertemente golpeada con el brusco cierre de cuatro emisoras en los últimos dos meses.
La prensa escrita nunca había tenido mucha fuerza en la entidad, pues según informa el gobernador Liborio Guarulla, sólo circulan un semanario, El Amazonense, y otra publicación independiente que sale de manera itinerante, El Chamancito.
De manera que la clausura de los espacios radioléctricos se ha convertido en una profunda reducción de la información disponible para los habitantes.
Desde que se hicieron la intervención del Hotel Amazonas comenzó la ola de terror, según sostiene Guarulla. Deportiva del Sur 99.9 FM, Impacto 97.5 FM, Shamánika 101.1 FM y La Voz del Orinoco 98.5 FM fueron cerradas por Conatel bajo los argumentos de no contar con los requisitos exigidos por ley, de tener problemas con el registro, o por no cumplir con las exigencias de programación.
Con La Voz del Orinoco, que era la emisora de la gobernación y que recientemente había cumplido 27 años de fundada, se alegó que era una estación clandestina, tal como cuenta el mandatario regional.
SIN TINTES POLÍTICOS
El director de Deportiva del Sur 99.9 FM, Darío Mirabal, manifiesta que su empresa estaba totalmente al día, salvo por la concesión que no había sido otorgada pese a las peticiones hechas muchas veces en vano.
Cuenta que durante los cinco años de funcionamiento de la emisora el propósito fue siempre informar sobre contenidos deportivos y no políticos.
Confiesa estar con el proceso revolucionario, pero siempre tratando de guardar las formalidades en la radio. “Somos gente humilde”, dice, al tiempo que lamenta que le hayan confiscado sus equipos que con mucho esfuerzo adquirió.
La emisora está a la espera de que contesten sobre la apelación que se introdujo respecto a la decisión de Conatel. Al menos 15 trabajadores se han afectado con esta medida que, según Mirabal, fue muy drástica, pues no hubo conversación ni mediación alguna.
Augusto España, director de Shamánika, sostiene que ha cumplido empresarial y socialmente. Dice que desde 2009 solicitó la concesión, pero aún con dos inspecciones hechas, ésta no llegó.
Afirma que el propósito de la emisora nunca ha sido ser una trinchera política, sino más bien un espacio informativo y recreativo. Llevaban una programación desde las 5 de la mañana a las 12 de la noche, con tres noticieros y muchos pases en vivo.
Espera que el Estado pueda darle nuevamente la oportunidad de seguir trabajando, pues también está en riesgo la permanencia de 29 productores nacionales independientes que laboran en la radio.
Desde la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, aseguran que en la jurisdicción todo se sabía era por la radio, y los habitantes estaban acostumbrados a la variedad de noticias.
Por ello, la decisión de eliminar más de la mitad de las emisoras que hacían vida en el estado ha sido rechazada por la ciudadanía. En este organismo dicen que la gente está muy descontenta, que los amazonenses se quejan de que no tendrán una información balanceada y que van a escuchar sólo lo que el Gobierno quiere.
GOLPE DE SILENCIO
Actualmente sólo han quedado tres emisoras activas; Raudal Estereo, que pertenece al Vicariato, y dos privadas que son Autana y Arahuaca. Mientras que el Gobierno cuenta con Primera, Tiunal (que funciona en las instalaciones militares), y seis emisoras comunitarias.
Según Guarulla existe la amenaza permanente de que puedan cerrar las que han persistido a los duros controles. Más que una censura, a criterio del gobernador, las acciones “se asemejan a una especie de “golpe de silencio o ley mordaza aplicada con el mayor descaro y la mayor represión que se pueda imaginar”.
Recuerda que en el caso de Impacto, hasta llegaron a tumbar las puertas de la sede en la que funcionaba para llevarse los equipos, que en efecto fueron decomisados.
A su juicio, este tratamiento “despiadado” hacia los medios de comunicación se ha agravado en este 2013 como consecuencia de la “guerra” del gobierno central contra el regional, que se ha aunado a la intervención del aeropuerto, de la policía y la toma del Hotel Amazonas.