
Sucesos – 25 septiembre, 2013

Luego de una llamada telefónica desde un número desconocido, que le efectuaron el lunes a avanzadas horas de la noche, en la que le advertían que lo matarían si no se iba de San Cristóbal, Javier Tarazona, presidente regional del Colegio de Profesores de Venezuela, se vio obligado a abandonar la ciudad este martes, pues teme que concreten la amenaza.
Manifestó sentirse indignado e impotente ante esta situación; pues indicó que su vida, y tal vez la de su familia, corre peligro y que el Estado no ha hecho nada para brindarles seguridad, todo a raíz de una serie de declaraciones en las que desde hace unos meses, ha sacado a la luz pública que el grupo guerrillero ELN adoctrina a niños tachirenses de escuelas de al menos cuatro municipios fronterizos.
“El número del que me llamaron salió en pantalla como desconocido. Fue un poco después de las 11 de la noche del lunes. Me dijeron que me iban a pasar factura por sapo, que si no me iba de San Cristóbal, me iban a pelar, a matar.
Por eso, explica Tarazona, decidí este mismo martes viajar fuera del estado para ponerme a salvo, pues existen otros elementos que me indican que esta amenaza fue en serio. Me voy, pero acudiré a Provea, a organismos que defiendan los Derechos Humanos, para denunciar esta situación”, declaró por teléfono desde el aeropuerto, donde aguardaba por el vuelo que lo llevaría a un destino que no reveló.
Añadió el también dirigente regional de Copei, que cualquier cosa que pudiera pasarle a él o a su familia, será responsabilidad del estado venezolano, del Ministerio Público, e incluso del gobernador del Táchira, José Vielma Mora.
Cómo es posible, se preguntó, que desde el 19 de julio el Ministerio Público me haya otorgado una medida de protección, según la cual asigna a dos efectivos policiales para que velaran por mi integridad, y que éstos todos los días en la mañana se acercan a mi casa solo para preguntarme cómo estoy, y luego se van.
Yo necesito protección las 24 horas, y no por razones infundadas, sino por motivos muy válidos y reales, pero la Unidad de Atención a la Víctima no atiende mi solicitud. El mismo Vielma Mora, cuando nos entrevistamos, me dijo que él era el primer interesado en que a mí no me ocurriera nada; y entonces por qué no actúan, porqué no investigan las denuncias que he estado haciendo. “Pasé de ser denunciante, a ser una víctima”.
La situación de Tarazona a su consideración, pareciera estar en un limbo. No ocultó el temor por su vida y la de sus seres queridos. No sabe cuándo regresara a San Cristóbal, no sabe qué pasará con el cargo que tiene como profesor en la Upel, en el municipio Junín, donde siente que podría ser blanco fácil de un atentado.
Dijo que creyó en el gobernador cuando hace unos días se entrevistó con él, y le prometió “gestionar con la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela (Conatel), la salida del aire de la emisora Antorcha Elena, que funciona desde territorio venezolano, y a investigar la incursión de la guerrilla en territorio tachirense. Muchos profesores han renunciado a estas escuelas y se han ido a otros estados porque se ven amenazados por estos grupos”, añadió.(MB)