07-16-2013

ENTREVISTA EXCLUSIVA BERTHA SOLER
La líder de las Damas de Blanco denuncia una operación delrégimen cubano, en sus primeras declaraciones tras la

 polémica que envolvió al grupo opositor

Bertha Soler

LA HABANA.- Para conocer qué no funciona en un sistema socialista debe visitarse el reparto de Alamar. A 20 minutos al este de La Habana, ese poblado es un auténtico caos urbanístico. Sin orden ni concierto, feos y chapuceros edificios de cuatro, cinco y hasta 18 plantas se amontonan en vericuetos de calles mal asfaltadas.

Más de una hora demoré en encontrar el edificio número 657 donde reside Bertha Soler, líder del valeroso grupo de mujeres conocidas como las Damas de Blanco, surgido en abril de 2003, a raíz del encarcelamiento de 75 opositores pacíficos por parte del régimen cubano.

Desde hace 28 años, Bertha vive en la “ciudad dormitorio” de Alamar, creada en 1970 para intentar paliar el déficit de viviendas en la capital. A su barrio, intricado y con callejuelas interiores destrozadas, se le conoce como La Siberia.

Soler comparte un discreto apartamento de dos habitaciones, con sus dos hijos y su esposo Ángel Moya, uno de los 12 disidentes de la Primavera Negra, quien optó por continuar su labor opositora dentro de la isla. En la sala, pintada de color marfil, destaca una foto del papa Francisco, saludando a Berta durante una audiencia pública  en el Vaticano.

Cuando llegué, ella junto a su marido estaban lavando un gran bulto de ropa. “Tenemos que aprovechar que ahora no llueve”, dijo Berta, y va mirando las piezas y echándolas en la lavadora. Antes de sentarse en un sofá de vinyl rojo, a charlar con DIARIO LAS AMÉRICAS, en una mínima cocina prepara un café fuerte.

“Nací en Jovellanos, Matanzas. Vine a vivir a La Habana con 19 años. Soy técnica en Microbiología y trabajé en el hospital materno América Arias. Antes de ser Dama de Blanco, pertenecía a un grupo disidente llamado Comité de Madres Leonor Pérez.

“A raíz de la oleada represiva de 2003, en la antesala de Villa Marista, cuartel de la policía política, Blanca Reyes, esposa del poeta Raúl Rivero, Claudia Márquez, Gisela Delgado, Miriam Leyva y Laura Pollán, entre otras que por decreto de Fidel Castro fuimos separadas de nuestros esposos, padres o hijos, decidimos reclamar su excarcelación efectuando cada domingo una marcha en las afueras de la iglesia de Santa Rita, en Miramar.

“A partir de 2010 se ha recrudecido la represión contra nosotras. La mayoría de las Damas de Blanco somos monitoreadas por los servicios especiales. Frente al domicilio de Laura, en Centro Habana, aún se mantiene un puesto de mando de la inteligencia, con cámaras de video y técnicas de escuchas. En un apartamento frente al mío hay montado un operativo permanente.

“Después de la muerte de Laura se decidió que yo fuera la vocera del grupo. No tenemos muchos secretos, excepto algunas medidas lógicas, como hora, día y lugar de una marcha. Desde noviembre de 2011 tenemos un reglamento interno. Cualquier mujer puede ingresar en el grupo.

Berta Soler fue una protagonista clave de la negociación a dos bandas, en abril de 2010,  entre el gobierno del general Raúl Castro y Jaime Ortega Alamino, cardenal de la iglesia católica.

“Tenemos que agradecerle al cardenal y a la Iglesia católica su papel de mediador en el conflicto provocado después de la muerte, producto de una huelga de hambre, de Orlando Zapata. Fueron meses muy duros, con una represión feroz. El propio Jaime Ortega  contempló una paliza bestial y ofensas de calibre a las Damas de Blanco, a la salida del templo de Santa Rita.

“Fue cuando Ortega decidió escribir una carta a Raúl Castro, para negociar una salida. El cardenal fue el interlocutor. El régimen pedía que sacáramos a las Damas de Apoyo. No cedimos. Le hicimos saber al general Castro que cuando ellos estaban presos, después del asalto al cuartel Moncada, su madre buscó apoyo en personas que no eran familiares.

Entonces cedieron. Fue algo histórico. Por vez primera, la autocracia verde olivo les permitió desfilar por la Quinta Avenida sin el acoso de los paramilitares. La mediación de Ortega y el canciller español Miguel Ángel Moratinos permitió la excarcelación de todos los presos de la causa de los 75 y una mayoría de los reos políticos. Berta retoma la palabra.

“Pero en estos momentos la Iglesia católica y el cardenal permanecen en silencio. Incluso otros disidentes y yo hemos recibidos fuertes críticas en la revista ‘Espacio Laical’, voz del clero nacional. Ahora mismo, mientras tú y yo hablamos, hay una Dama de Blanco detenida  desde hace más de un año, sin celebrarle juicio.

“Es la única miembro del grupo en prisión. Se llama Sonia Garro. Ella y su esposo Ramón Alejandro Muñoz fueron detenidos como si fuesen terroristas, en marzo de 2012. Las  Damas de Blanco reclamamos su inmediata liberación”, acota Soler.

En Alamar comenzó a llover. Berta se dirigió a la cocina para preparar la cena y añadió: “Por una integrante del grupo, Berta Guerrero, residente en Holguín, quien durante un extenso interrogatorio sufrió torturas físicas en sus manos y fue internada en una sala climatizada a bajas temperaturas, hemos sabido que la Seguridad del Estado le pidió colaborar a cambio de otorgarle una casa nueva. Al no ceder, mandaron un mensaje expreso: ‘Tenemos la orden de acabar con las Damas de Blanco para el 26 de julio’.

“Nada de eso nos intimida, seguiremos consolidando el grupo. Incluso si el régimen libera a los cerca de 50 presos políticos que siguen en prisión, continuaremos las marchas en favor de la democracia y los derechos humanos.

“Y para que se aclare el galimatías jurídico que viven los 12 disidentes que decidieron quedarse en su patria, entre ellos mi esposo. Técnicamente no son hombres libres, el régimen puede revocar sus casos y enviarlos de nuevo a la cárcel. A ninguno les han otorgado el pasaporte para que puedan viajar”, apuntó.

Sobre la renuncia de 18 Damas de Blanco en las provincias orientales, Berta afirmó: “El 30 de junio, el Movimiento Damas de Blanco Laura Pollán emitió una declaración. Fue algo doloroso. Aceptamos cualquier opinión, tanto del exilio como de cualquier disidente dentro de Cuba. Y la respetamos. Pero creemos que los asuntos internos del grupo los debemos manejar nosotras. En mi opinión, no había evidencias poderosas para acusar de agente de los servicios especiales a la Dama de Blanco Denia Fernández Rey. No se puede juzgar o condenar a una persona en base a dudas razonables”.

Berta Soler es una mujer de carácter. Considera que 10 años de marchas pacíficas, reclamando libertad en alta voz, no se pueden ignorar.

“Hemos realizado grandes sacrificios personales. Desde familiares fallecidos por mala atención médica mientras nosotras marchábamos. Hijos que por nuestras posturas políticas no han podido acceder a la universidad, como mi hija. Son años de cárcel que jamás recuperarán nuestros parientes. Hermanas como Laura Pollán que ya no están. Y otras como Blanca Reyes y Claudia Márquez que debieron marcharse al destierro. Esta lucha ha costado demasiado. Nadie nos va a dividir, menos las divisiones fraguadas por los servicios especiales [del gobierno cubano]”.

http://diariolasamericas.com/noticia/158808/quieren-acabar-con-las-damas-antes-del-26-de-julio

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