El Nacional – Jueves 02 de Febrero de 2006 B/23

Sucesos
Madre de soldado quemado pide aclarar muerte de su hijo

La progenitora de Román Luján sigue sin entender por qué la sanción impuesta al coronel del Ejército Demetrio Abuchaibe, supuesto responsable del hecho, fue cinco día de arresto. Espera que el juicio aclare qué le sucedió a su hijo y por qué lo recluyeron en una celda de castigo.

ELIZABETH NÚÑEZ

Foto RAMÓN VIVAS/EL TIEMPO DE CUMANÁ
Carmen Martínez afirma que le han dado versiones contradictorias sobre lo que le sucedió a su hijo
Carmen Martínez lo repitió varias veces, como tratando de digerirlo:
“Cinco días… cinco días… cinco días por dos criaturas que murieron y sufrieron tanto”. La madre de Romer Luján, el joven de 20 años de edad, que como Raúl Royett, de 19 años, murió en marzo del año pasado por las quemaduras sufridas en una celda de castigo del 742 batallón de reserva de Cumaná, no pudo creer que la sanción impuesta por la Fuerza Armada Nacional al teniente coronel (Ejército) Demetrio Abuchaibe, comandante de la unidad, haya sido de cinco días de arresto “El primer y único responsable es el teniente coronel Abuchaibe y el coronel (José Lorenzo) Valerio, jefe de la guarnición aquí (Cumaná).

A ellos los premiaron y los cambiaron para Caracas en noviembre del año pasado”, señaló.

Martínez espera que el inicio del juicio que se sigue en la circunscripción judicial ordinaria de Cumaná le brinde una aclaratoria sobre lo que verdaderamente sucedió con su hijo y la razón por la que fue recluido en una celda de castigo.

“Primero dijeron que fue porque se olvidó de firmar una boleta de salida, después que era porque había llegado tarde”. Martínez apuntó que las versiones sobre la reclusión de Romer Luján en la celda de castigo se contradicen.

Narró que el día que salió, su hijo le prestó su celular a una tía que recibió la llamada de un sargento que le notificó que el muchacho no había firmado la boleta de salida. La señora notificó a su sobrino y éste a su vez llamó al batallón y una comisión lo buscó en su casa y se lo llevó.

“No volví a ver más a mi hijo.

Dijeron que estaba bajo arresto severo. Un día que fue por la boleta, otro porque se retardó por la llegada.

¿Cómo se va a retardar por la llegada?
¿Dónde esta el embuste?
¿Quién la tenía agarrada con él?”, inquirió.

De acuerdo con Martínez, los diputados que investigaron el caso sólo se llevaron buenas referencias de su hijo al preguntar en el batallón.

“No es justo que un muchacho que lo que quería era una carrera militar me lo hayan trancado así, no me lo explico”, dijo con la voz cortada por el llanto.

Por el caso de la muerte de los dos jóvenes está detenido en la cárcel de La Pica, en Maturín, el también soldado José Gregorio Acuña Gil, quien en el momento confesó haber sido el responsable de la muerte. Poco después, como recuerda Martínez, Acuña confesó que fue incitado y que detrás del caso hay “seis personas más, algunas de rango”. La audiencia fue fijada para el próximo 17 de febrero, “después de 10 meses de agonía”.

Martínez relató que la audiencia preliminar fue suspendida en 5 oportunidades, siempre con la misma excusa: la falta de unidades para trasladar a Acuña hasta Cumaná. En el proceso están llamados a declarar 33 testigos, en su mayoría militares, entre ellos el coronel Valerio y el teniente coronel Abuchaibe.

Sin precisar los detalles, relató un episodio en el que escuchó a uno de los defensores públicos de Acuña comentar a la juez que “el caso debería morir allí, porque si afuera se saben las violaciones a los derechos humanos, ¿cómo quedará la reputación de la Fuerza Armada venezolana? La juez se le quedó viendo como extrañada.

Ahí lo que cabe pensar es que detrás de todo esto lo que hay es poder”.

“El primer y único responsable es el teniente coronel Abuchaibe y el coronel (José Lorenzo) Valerio, jefe de la guarnición aquí (Cumaná). A ellos los premiaron y los cambiaron para Caracas en noviembre del año pasado”.

Publicado: Vie Feb 03, 2006 2:46 am Asunto: Ibéyise PACHECO: Justicia del régimen
Cita:
EN PRIVADO

Justicia del régimen
Ibéyise Pacheco
El Nacional

Ayer el gobierno de Chávez cumplió siete años. Tomo al azar un hecho –registrado hace tres días por El Nacional– que perfectamente puede servir de emblema de lo que es este régimen en toda su plenitud: “Sólo cinco días de arresto para jefe de batallón de soldados quemados”.

La noticia se refiere a la muerte de dos jóvenes, Romer Luján Martínez, de 19 años de edad, y Raúl Royett Gutiérrez, de 20 años, quienes fallecieron el 7 de marzo del año pasado después de haber sido quemados en una celda de castigo en el 742 Batallón de Reserva del cuartel Gran Mariscal de Ayacucho, en Cumaná.

El comandante de ese batallón, teniente coronel del Ejército Demetrio Abuchaibe Núñez, luego de un Consejo de Investigación de la Fuerza Armada –integrado por el Alto Mando Militar– fue sancionado con cinco días de arresto simple porque incumplió “con las funciones inherentes a su cargo”.

En lo que me imagino fue una “sesuda” discusión, ese Alto Mando (que debe sentir que fue severo en la sanción) agregó entre sus argumentos, registrados por la nota periodística, que el oficial fue hallado responsable “de no tomar las acciones dentro de sus facultades al permitir la reclusión de soldados en un local no adecuado, el cual fue habilitado como sala disciplinaria de la unidad”.

La justicia ordinaria todavía no ha fijado posición sobre los hechos.

En cualquier caso, el oficial disfruta de su libertad.

Romel Luján era hijo de Carmen Martínez, quien se enteró a través del periódico de la decisión de la élite militar de este país. “Cinco días de arresto por dos muertes. A Abuchaibe y al jefe de guarnición, Alexander Valerio, los transfirieron a Caracas. Los premiaron a finales de noviembre pasado. Esto ha sido una agonía. Han transcurrido 10 meses y el juicio ni siquiera se ha iniciado.

¿Por qué mi hijo estaba en esa celda de castigo? ¿Por qué se violaron sus derechos? Mi hijo lo que quería era una carrera, surgir, superarse, y creyó que a través del servicio militar lo lograría. Por el caso el único detenido es José Gregorio Acuña Gil, un soldado raso que recibía órdenes. Mi hijo tenía derecho a vivir. Lo mataron por negarse a firmar la boleta de salida o porque llegó tarde. Las últimas palabras que le escuché decir fueron:
‘Mami, no me dejes solo por favor’ ; luego sólo lo vi a través de un espejo y después no volvió a reaccionar más”.

Esa es la justicia de este régimen.

Difícil que Carmen sea escuchada.

En el Tribunal Supremo poco dejan oír los vítores de “Uh, ah, Chávez no se va”.