En una jornada intensiva de acoso y provocación permanente, el régimen -durante todo el año 2005 – tomó un conjunto de medidas de terrorismo judicial contra ciudadanos que representan importantes sectores políticos y sociales, enrareciendo el clima del país y colocándolo al borde de una situación llena de motivos para el malestar y la incertidumbre.

El 2005 se caracterizo por las constantes persecuciones contra venezolanos que desaprueban la forma de gobierno que lidera Hugo Chávez Frías. Insólitas imputaciones sin ningún piso jurídico y con una evidente intención política, introdujeron un cambio importante en el panorama político y social de la Republica, pues dejó al desnudo que desde el Poder se asoma con saña una clara intención de volver a levantar la llama de la división y el odio, la llama de la inestabilidad política, de la confrontación amarga: la peligrosa llama de la discordia y la violencia.

Detrás de la atroz campaña de persecución política desatada con mayores bríos durante el año que casi culmina, pudimos observar la manifiesta subordinación de los Poderes Públicos constituidos a las órdenes del Poder Ejecutivo. Por lo que tribunales, Fiscalia, Defensoria del Pueblo y la Contraloría General de la Republica, culminaron siendo apéndices del despacho de Miraflores.

El país y el mundo tienen derecho a preguntarse: ¿Por que hace esto el gobierno de Hugo Chávez? ¿No es acaso la función de cualquier gobierno promover la paz social para que todo el país, gobernantes y gobernados, puedan dedicarse al esfuerzo productivo? ¿No es acaso este el mismo gobierno que hace apenas pocos meses pedía a gritos que “cesara la conflictividad” y que lo “dejaran gobernar en paz”? ¿Por que entonces ahora desentierra el hacha de la guerra, y pretende empujar de nuevo al país a un conflicto que nadie, ni los mismos integrantes de las bases oficialistas, desean?

Parece evidente que parte de las respuestas se encuentran en que no estamos ante un gobierno decente, que procure legítimamente “defender la legalidad democrática”, sino ante un régimen de fuerza, que actúa como un ejercito de ocupación, y que tras obtener la cuestionada victoria en Agosto del 2004 insiste en una operación de persecución, acoso y exterminio contra la oposición democrática, para evitar que esta se reorganice y actué. Pero no lo lograran.

Esa, en efecto, fue una de las razones para esta razzia facistoide, para esta autentica cacería contra todo sector de la sociedad venezolana. La otra parte puede tener relación con la necesidad del gobierno de crear una cortina de humo para ocultar sus errores monstruosos y disimular sus miserias internas. Ciertamente, este insólito conjunto de decisiones atrabiliarias, dictadas en forma casi simultanea, pareciera estar orquestada para que el país y el mundo olviden la gigantesca corrupción revelada en la PDVSA colononizada por el oficialismo, luego de haber despedido ilegalmente a mas de 18 mil trabajadores de la industria.

Pareciera que buscan desviar la atención para que no veamos la cruenta lucha entre tribus judiciales que se pelean a mordiscos y empujones los despojos del sistema venezolano de administración de justicia; da la impresión que quieren que nos olvidemos de cómo el CNE trastoca la voluntad del pueblo en elecciones amañadas; o que no veamos como cada día aumenta la pobreza, la inseguridad y el desempleo, frente a la vista de incapaces funcionarios revolucionarios que no se ocupan de servir eficientemente a la gente. O tal vez para que olvidemos, que ya Danilo Anderson no tiene quien se preocupe por revelar ciertamente quien lo asesino vilmente.

Pero sea cual sea la razón de esta conducta provocadora, nuestra respuesta como demócratas serios es denunciar y alertar al país y al mundo que Chávez nuevamente esta coqueteando de manera irresponsable con la violencia. Que así como en el exterior anda amenazando con guerras y desplantes a distintos gobiernos y países, también en el interior de Venezuela Chávez insiste en actuar como un factor de eterna discordia e irritación.

Advertimos esto hoy, para que luego – cuando tras las sucesivas agresiones oficialistas se produzcan la previsible reacción social- no salga el régimen a denunciar supuestas conspiraciones y a implorar vergonzosas solidaridades automáticas de otros gobiernos. Si la paz se fractura nuevamente en Venezuela, los responsables serán quienes hoy, desde el poder, adelantan una operación de acoso y derribo contra la sociedad democrática.

Llamamos al pueblo venezolano a reforzar la solidaridad con los presos y perseguidos políticos; a prepararse, moral y anímicamente, para jornadas de resistencia democrática, cívicas y pacificas; a entender que la violación de los derechos de cualquier ciudadano, el que sea, es el anuncio, el preaviso, de que también a cualquiera de nosotros lo podrán atropellar.

Hoy son Vivas, Forero, Simonovis, Ortega, Uson, Poggiolli, Rodríguez, Umanes, Gebaûer, Jesús, Rafael Angel y Darío Faria, quienes están detrás de las rejas, mañana puede ser cualquiera de nosotros, o nuestros hijos, nuestros seres queridos, quienes sean victimas de esa doble tenaza: por un lado, la saña represiva del régimen, por otro la culposa pasividad de quienes pudiendo rechazar estos desmanes, no lo hagan.

El pueblo venezolano debe abrigar con su manifiesta conducta solidaria a Patricia Poleo, Carlos Ayala Corao, Abdel Naime, Néstor González González, Tamara Suju, Cecilia Sosa, Alexandra Belandria, Juan Fernández, Napoleón Bravo, Maria Corina Machado, Patricia Andrade, Gustavo Azocar, Marianela Salazar, Mónica Fernández, quienes junto a mas de 700 venezolanos en este momento son ferozmente perseguidos por el régimen de Hugo Chávez Frías, por haber cometido el delito de soñar con un país mucho mejor y exigir respeto a la Constitución Nacional y a las leyes de la republica.

De igual forma a los que ingenuamente creen que existen posibilidades de “cohabitar” o “asimilarse” y hasta eventualmente subsistir bajo la arbitrariedad, los invitamos a que se vean en el espejo de los emeverristas atropellados en todo el país. Si lo están haciendo con su propia gente, que no le harán a los que por oportunismo, o por miedo disfrazado de “sentido común”, intenten colearse en el rebaño oficialista por la puerta trasera del arrepentimiento o sencillamente osen negociar en nombre de soberano pueblo venezolano con un régimen que en la actualidad no cesa de atropellarlo.

Abogamos por la Amnistía Nacional, pero estamos muy pendientes de un “lobo que pretende disfrazarse de ovejita” y así volver a engañar a un pueblo que solo sueña con progreso y paz.

En el 2006 nuestra lucha seguirá siendo por exigir y lograr la libertad de nuestros presos políticos, que de una vez por todas cese la persecución en nuestro país. Que los gritos de la Patria Buena se escuchen cargados de esperanza desde Ramo Verde, El Helicoide, Parque Carabobo y La Planta. Que se abracen con la fuerza de un pueblo que en la calle estará exigiendo respeto a su dignidad y así construir la Venezuela que todos queremos.

En Venezuela, ni un Preso Político mas!!

En Venezuela, ni un Perseguido Político mas!!

Caracas, 27 de Diciembre de 2005.

Frente Nacional por la Libertad de los Presos y Perseguidos Políticos

FNLP