Por: Alejandro Peña Esclusa ([email protected])

Caracas, marzo de 2005.- Luego de meses de letargo, la sociedad civil despierta de nuevo, motivada por uno de los asuntos que mas la afectan: la educación de los hijos. Sin embargo, para no cometer las mismas equivocaciones, es importante aprender de la experiencia del año 2001, cuando los venezolanos salieron a la calle contra el Decreto 1.011, con la consigna “con mis hijos no se metan”.
Las lecciones son las siguientes:

Salir de Chávez, para así resolver los problemas particulares. Mientras Chávez esté en el poder, podremos obtener triunfos parciales, pero al final el Régimen se saldrá con la suya utilizando la vieja estrategia comunista: dos pasos adelante, uno para atrás. Podremos incluso lograr que el Régimen retroceda en su estrategia educativa, como ocurrió en el año 2001, pero luego de debilitarnos con otros mecanismos, regresará para imponer su voluntad. La única manera de enfrentar los problemas particulares (educación, invasiones, desmantelamiento del sector privado, secuestro de los Poderes Públicos, persecución de la disidencia, pobreza, inseguridad, desempleo, etcétera) es logrando la salida del Régimen.
Se busca otra dirigencia. Para salir de Chávez, la sociedad civil debe depositar su confianza en dirigentes que demuestren su verdadero compromiso con la Patria, y no en aquellos que busquen satisfacer sus propios intereses. No es aceptable ceder, transigir o negociar con el Régimen, ya sea por miedo o por interés, como se hizo en el pasado.
Sí hay salida constitucional, pero no es electoral. Las experiencias frustrantes del 15 de agosto y del 31 de octubre de 2001, demuestran que –con el CNE y el resto de los Poderes controlados por el oficialismo– no es posible una salida electoral a la crisis. Sin embargo, existen otros mecanismos constitucionales y democráticos para lograr un cambio de gobierno, basados en los Artículos 333 y 350 de la Carta Magna.
Salir a la calle, pero no para ser masacrados. Las marchas de los años 2002 y 2003 demuestran que concentrar a miles de manifestantes en un mismo lugar, sin protección alguna, facilita las capacidades de represión del Régimen. Es preferible generalizar la protesta en miles de lugares diferentes.
Esquema organizativo. La aplicación generalizada de los Artículos 333 y 350, requiere de una organización jerárquica y piramidal, muy distinta al esquema horizontal que se utiliza en las contiendas electorales. Además, deben tenerse en cuenta las leyes que criminalizan y persiguen a la disidencia, para organizarse de manera astuta e inteligente.
Estos planteamientos son muy similares a los que propuse en el año 2001, cuando argumenté que un dictador jamás abandonaría el poder por la vía electoral. Sin embargo, hace cuatro años eso fue considerado “radical”, e incluso “violento”.
Luego de las lecciones aprendidas, estoy convencido de que –ahora sí– la sociedad civil ha abierto los ojos y sabrá organizarse de manera inteligente para vencer definitivamente al totalitarismo, única manera de lograr que con nuestros hijos no se metan.