El jefe de Seguridad Nacional de Estados Unidos se comprometió el domingo a usar las leyes de inmigración estadounidenses existentes para procesar a miles de migrantes que se espera que intenten cruzar la frontera suroeste con México a partir del 12 de mayo. Será entonces cuando la administración del presidente Joe Biden ponga fin al Título 42, una normativa vinculada a la pandemia de coronavirus y que permite expulsar rápidamente a los inmigrantes indocumentados alegando motivos de salud.
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Alejandro Mayorkas, dijo este domingo a la cadena NBC que cuando las familias lleguen a la frontera, “serán colocadas en procedimientos de control de inmigración, procedimientos de deportación. Si hacen un reclamo de reparación, adjudicaremos ese reclamo de reparación rápidamente”.
Mayorkas dijo que el resultado de los casos de los inmigrantes que buscan permanecer en EEUU podría resolverse en “días o semanas”.
Mayorkas dijo que si un niño no acompañado llega a la frontera, “cumpliremos con la ley y la ley establece que tomamos la custodia de ese niño y tenemos 72 horas para transferirlo al Departamento de Salud y Servicios Humanos”.
“Entonces le corresponde al Departamento de Salud y Servicios Humanos identificar a un pariente o un patrocinador en Estados Unidos, a quien puedan transferir el cuidado de ese niño”, dijo Mayorkas y agregó: “Tenemos, según la ley, ayuda humanitaria para estos niños y hacemos cumplir esa ley”.
Un “difícil” desafío
Más de 2,4 millones de migrantes han llegado a la frontera de Estados Unidos en el último año, muchos de países centroamericanos, pero también de países del Caribe, África, Ucrania y otros lugares. Muchos han sido rechazados, mientras que otros han escapado al interior de la nación norteamericana o se les ha asignado fechas en corte de inmigración meses y años después.
Mayorkas expuso el alcance del problema que, como migrantes enfrentan en EEUU, muchos de los cuales escapan de la pobreza y la persecución política en sus países de origen, e intentan huir al país más rico del mundo y a una vida mejor.
“Este es un desafío realmente difícil y lo ha sido, como todos reconocemos, durante años y años”, dijo Mayorkas. “Estamos viendo un nivel de migración no solo en nuestra frontera sur, sino en todo el hemisferio, que no tiene precedentes (…) Es, creo, la mayor migración en nuestro hemisferio desde la Segunda Guerra Mundial”.
Cuando la pandemia de coronavirus se consideró una amenaza generalizada, la ley de EEUU otorgó a los funcionarios fronterizos la autoridad para expulsar rápidamente a quienes cruzaran la frontera con México para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas. Aquellos a quienes se les negó la entrada en la frontera a menudo intentaron en muchos casos una y otra vez ingresar a Estados Unidos, sin enfrentar consecuencias legales.
Insistencia en ayuda del Congreso
Los funcionarios de la Administración Biden intentaron poner fin al uso de la disposición sobre el coronavirus para mantener alejados a los inmigrantes a fin de utilizar las leyes migratorias normales del país, que exige que los infractores no puedan ser readmitidos en EEUU durante cinco años. Pero los fiscales generales en los estados controlados por los republicanos obtuvieron fallos judiciales que dictaminaron la continuación de la medida hasta el 11 de mayo.
Como resultado, se espera una nueva oleada de migrantes a partir del 12 de mayo, incluso cuando los refugios para migrantes existentes en las ciudades fronterizas y en otras ciudades estadounidenses tan grandes como Nueva York y Chicago están superpoblados.
“Nuestro enfoque es construir vías legales, acabar con los traficantes despiadados, ofrecer vías legales para que las personas puedan acceder a la ayuda humanitaria sin tener que emprender el peligroso viaje desde sus países de origen”, dijo Mayorkas. “Y al mismo tiempo, si llegan a nuestra frontera sur entre los puertos de entrada, pagarán las consecuencias”.
Mayorkas consideró que se trata de “un sistema de inmigración roto” en EEUU, con el Congreso fallando durante décadas en reformar sus leyes de inmigración.
“Solo quiero dejar en claro que estamos trabajando dentro de limitaciones significativas”, dijo. “Necesitamos personas, necesitamos tecnología, necesitamos instalaciones, necesitamos recursos de transporte, todos los elementos para abordar las necesidades de una gran población de personas que llegan irregularmente a nuestra frontera sur”.
Con información de la Voz de América
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