Había escuchado miles de historias de inmigrantes venezolanos, así que cuando Anthony Aguero me ofreció la posibilidad de ir a la frontera sur, donde él pasa largas horas como reportero para mostrar lo que ahí sucede, le tomé la palabra y después de un viaje largo, llegué al primer destino: Yuma, Arizona y concluyendo en El Paso, Texas.
Anthony, quien conoce el terreno como si fuese parte de la patrulla fronteriza, sin anestesia, me mostró la realidad de la frontera, llevándome a lugares que nunca imaginé. Ha sido una de las experiencias más duras que he vivido, confieso que emocionalmente me afectó, porque se trata de personas que por buscar el sueño americano, entregan su vida a manos de traficantes, criminales que los someten a toda clase de abusos, humillaciones, secuestros, torturas, amenazas, tráfico de niños, peligros; y otros, no sobreviven para contarlo.
No hay nada que pueda compensar las pérdidas físicas y emocionales que sufren quienes lo intentan.
No puedo estar de acuerdo con una frontera abierta cuando se arriesgan tanto para pasarla a falta de políticas migratorias que permitan emigrar sin arriesgar la vida de los inmigrantes y que los cárteles resulten en un negocio altamente lucrativo. Apoyar esto es un acto de miseria humana. Pónganse en los zapatos de quien sale de Venezuela, atraviesa El Darién, sientan cómo les respira la muerte en la nuca hasta pisar suelo estadounidense y después, hablan! Apoyar, venga de quien venga, es incentivar esta barbarie.
La patrulla fronteriza debe regresar a lo que fue formada, ser aquella que protegía nuestras fronteras, hoy más que nunca deben fortalecerlos. No puede ser que estando en territorio estadounidense, nos cruzábamos con los traficantes como en la tierra de nadie.
A no ser por la destreza y dominio de Anthony en el terreno, no lo estaría contando.
Tiene que haber seguridad para quien emigra, control en la frontera, tienen que poner filtros, no me vengan con cuentos que ustedes dejan la puerta de su casa abierta y que entre quien quiera mientras ustedes se van a dormir y en la mañana les brindan café.
Hoy fue otro de esos días que me desperté con pesadillas, sin embargo, regresaría sin dudarlo.
Gracias Anthony, eternamente agradecida, tú lo sabes. Cuídate mucho. Sobrevivimos!
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Patricia Andrade
@Patriciaentiempolibre
#elcoyotenoestuamigo
