Reactivación de refinería de PDVSA atentaría contra el medio ambiente

La comunidad científica advierte sobre una catástrofe ambiental irreversible en Venezuela, específicamente en las costas del estado Carabobo donde se encuentra la refinería El Palito. Y es que imágenes satelitales recientes dan cuenta de los derrames continuos de hidrocarburos que los expertos achacan a los intentos de la estatal de petróleos PDVSA de reactivar este centro de procesamiento de crudo en el mar Caribe.

“La prioridad es producir gasolina, y aparentemente en esa prioridad no consideran los procedimientos y los cuidados necesarios a la hora de la producción”, asegura Eduardo Klein, quien es profesor en biología marina en la Universidad Simón Bolívar.

Con más de 700.000 barriles de petróleo exportados en octubre, según la agencia de noticias Reuters, la estatal de petróleos venezolana habría alcanzado su máximo anual. Un hito posible gracias al acuerdo de canje entre Teherán y Caracas de condensado persa por crudo venezolano, que habría permitido reactivar la producción de PDVSA a espaldas de las sanciones de Estados Unidos.

Sin embargo, las imágenes desde el espacio mostrarían el lado oscuro de este acuerdo, que habría coincidido con la reactivación, en septiembre, de la refinería El Palito.

Según el biólogo marino, Frank Muller-Karger, de la Universidad del Sur de Florida, “hay problemas en la parte central de Venezuela donde hay derrames continuos, repetidos, muy grandes y graves; desde refinerías como la refinería El Palito, en donde han tratado de que la refinería vuelva a caminar y no lo han logrado muy bien y salen manchones de petróleo hacia el Caribe”.

A principios de año, el ministro de petróleo de Venezuela, Tarek el Aissami, anunció un plan para aumentar la producción hasta 1,3 millones de barriles diarios. Un objetivo difícil de conseguir, según los expertos, debido al estado actual de la industria petrolera.

“No se puede pensar que vamos a tener una buena gerencia de producción si no te incorporas a la de mantenimiento”, asegura Rafael Gallegos, extrabajador de PDVSA e ingeniero en Petróleo a la Voz de América.

Según las fotografías desde el espacio, las constantes fugas petroleras en la refinería El Palito estarían dejando huella en el ecosistema local, como atestigua Edlin Guerra, quien lleva años estudiando el impacto de los derrames en la zona.

“En las inmediaciones del complejo refinador El Palito, en el Parque Nacional San Esteban, que tiene un componente terrestre, un componente marino y está el refugio Fauna Silvestre de Cuare y está el Parque Nacional Morrocoy. Los tres están propensos a derrames de hidrocarburos y tienen los típicos hábitats que tratamos de proteger en el Caribe”, asegura Edlin, profesor de Biología Marina en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Playas arenosas, pastos marinos, arrecifes de coral y bosques de manglar podrían dejar de existir para siempre.

Expertos como Eduardo Klein aseguran que el gobierno no estaría ni informando ni actuando a tiempo para determinar la magnitud del impacto de los vertidos. “Cuando existen los recursos, hay barreras y bloqueos que impiden que el investigador vaya”.

Pero en su cuenta de Twitter, la estatal PDVSA asegura que toma las medidas pertinentes con cada una de las fugas de hidrocarburos con labores de limpieza y saneamiento de las zonas afectadas, publicando imágenes que lo corroboran.

Sin embargo, los biólogos temen que mientras el Gobierno de Nicolás Maduro siga encontrando vías para aumentar la producción en una industria petrolera que consideran obsoleta, la biodiversidad marina en el noroccidente del país podría sufrir daños irreversibles y lamentables.

Con información de VOA

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