Migrantes de Haití, Venezuela y Cuba intentan entrar por Paso Canoas

La dinámica se repite una y otra vez en esta localidad fronteriza, tanto, que para quienes viven aquí es de rutina ver microbuses de la Policía de Migración pasar cargados de extranjeros para dejarlos del otro lado de la franja que divide Costa Rica y Panamá.

Los migrantes bajan de las busetas, pero nuevamente cruzan caminando los pocos metros que los separan del lado tico y, con un poco de suerte, hacen un segundo intento para lograr seguir su camino rumbo al norte.

Aunque desde el 2016 Costa Rica se ha convertido en una ruta de paso frecuente para haitianos, cubanos, venezolanos y migrantes de otros países, las cifras han ido en aumento en los últimos meses debido a la apertura de fronteras en el cono sur, tras los cierres por la pandemia.

El gobierno costarricense mantiene suspendido, por la crisis del coronavirus, el puente humanitario que les permitía atravesar el país en modo de “tránsito”, de ahí que la directriz de la Policía de Migración es rechazar a todos los que detectan.

De acuerdo con las cifras de la Dirección de Migración y Extranjería, entre enero y junio de este año solo en frontera de Paso Canoas devolvieron a 4.692 migrantes, 58% procedentes de Haití. Los restantes son de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bangladés.

Los datos también reflejan un aumento sostenido en los últimos meses: de 440 en enero se pasó a 1.289 en junio, último mes del que se tienen datos consolidados.

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