Hermana de venezolano detenido en EE. UU.: «Fue tratado peor que un animal»

«Mi hermano fue tratado peor que un animal por un agente del ICE«, denunció la periodista venezolana Marianni González el domingo 27 de junio a través de su cuenta de Instagram. ICE es el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, una agencia del Departamento de Seguridad Nacional.

A golpes, atado con cadenas de la cabeza a los pies y vestido con una camisa de fuerza fue subido el venezolano de 20 años a un avión para ser trasladado de Luisiana a Florida, donde se encuentra recluido en un centro correccional junto con personas que están siendo deportadas de Estados Unidos voluntariamente por diferentes delitos.

«Lo montaron como un saco de papas. Lo cargaron entre cuatro personas para subirlo en el avión. Atado con cadenas de la cabeza a los pies y una camisa de fuerza; le cayeron a patadas. Viajó en un vuelo de tres horas y media en el que nada más podía mover el cuello», dijo González sobre lo sucedido a su hermano luego de que se negó verbalmente a subirse al avión el sábado 26 de junio. Lesiones en un hombro y una muñeca dejaron en el cuerpo del joven las agresiones, añadió la zuliana.

González denunció que previamente su hermano José recibió la orden de deportación sin ser escuchado por el juez. Sucedió el 27 de mayo. «El juez le dijo ‘yo creo lo que el oficial me dice. No tengo por qué creerte ni escucharte. Vas deportado y sin derechos a una fianza ni a réplica’».

La mujer señala a un oficial de deportación del ICE principal responsable de las acciones violentas en contra de su hermano, quien llegó a Florida después de pasar por otros dos centros de detención desde que ingresó de forma irregular a Estados Unidos junto con su madre al cruzar la frontera con México por el río Bravo, el 19 de marzo para solicitar asilo, refirió su hermana.

Denunció además irregularidades en los centros de detención, falta de información sobre la suerte de los migrantes enviados a estos retenes en espera de una respuesta a sus solicitudes de asilo. «Él no tiene a nadie más en Venezuela», subrayó González al informar que el abogado Sergio García, quien representa a su hermano, interpuso un recurso de amparo el domingo 27 de junio en un intento por frenar su deportación y lograr que sus derechos humanos sean respetados.

«Además de desinformación sobre la suerte de los familiares en los centros correccionales del ICE, hay maltrato y extremas violencia y agresividad. De esto se viene hablando en este país: del abuso de poder de los oficiales y sigue pasando; no es justo lo que viven estos muchachos; solo pedían que no los montaran en ese avión», añadió la periodista venezolana al medio de comunicación digital Utahzolanos.

Explicó que su madre corrió con mejor suerte, porque pudieron reencontrarse siete días después de pisar suelo estadounidense. Ingresó con visa, pero se arriesgó a cruzar la frontera de forma irregular para no dejar solo a su hijo. «No aliento a nadie a hacer este tipo de cosas. El inmigrante no emigra porque quiere, sino porque no le queda otra y es una situación peligrosa, difícil», dijo.

«Necesitamos información oportuna y veraz y no existe por parte del ICE. No sabes qué agente atiende el caso, cuándo serán trasladados, para dónde, dónde están, cuándo les realizan la entrevista de miedo creíble; perdóname, pero eso no se puede llamar sino secuestro, no puedo llamarlo de otra manera», manifestó Marianni González, instalada en el país estadounidense desde hace cuatro años, dijo al recordar que fue luego de casi dos semanas de entrar a Estados Unidos cuando recibió una llamada de su hermano para conocer dónde se encontraba y que sería sometido de inmediato a la entrevista de miedo creíble -que sirve para justificar por qué no pueden regresar a su país de origen- sin ninguna preparación.

«Si bien es cierto que ingresaron de forma irregular no tienen cargos en este país. No les han dado la oportunidad de defenderse«, expresó la periodista sobre la cruzada que ha emprendido en defensa de su hermano -hoy sumido en una depresión y con 15 kilos menos-, que ha incluido tocar numerosas puertas para hacer valer sus derechos, entre ellas las de una congresista en Estados Unidos.

Con información de El Pitazo

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