En una apartada zona cerca de Phoenix (Arizona) un residente del condado de Pinal halló en marzo pasado restos humanos que se cree correspondían a un inmigrante indocumentado. Y el temor es que con el aumento del cruce fronterizo y la llegada del calor las muertes en el desierto se disparen.
El cruce de inmigrantes indocumentados no cesa en la frontera y, según la radio pública, en marzo se interceptó a más 170.000, la cifra más alta desde 2006.
Con esta nueva oleada de inmigrantes tratando de llegar por cualquier medio a los Estados Unidos y la mayor vigilancia en Texas, donde deben cruzar el río Grande (o Bravo, como se le conoce en México), aumenta el riesgo que en los próximos meses los indocumentados se aventuren por el desierto de Arizona.
Aunque gran parte de las familias inmigrantes y menores no acompañados que están cruzando la frontera se entregan voluntariamente prácticamente de inmediato a la Patrulla Fronteriza para ser procesados, los defensores de los migrantes temen por aquellos que se internan en el desierto tratando evitar a toda costa ser detectados por las autoridades.
Cuerpo hallado lejos de la frontera
A principios del mes de marzo, un residente del condado de Pinal llamó a las autoridades para reportar el hallazgo de restos humanos cerca del camino Sunland Gin, a unas 130 millas o 210 kilómetros de la frontera.
Los oficiales del Departamento del Alguacil del Condado Pinal encontraron restos de un esqueleto humano, huesos dispersados y un cráneo.
Los restos humanos se encontraron junto a trozos de ropa de camuflaje, una mochila y botellas de agua pintadas de color negro, objetos comúnmente utilizados por los migrantes para cruzar el desierto.
Las botellas o galones de agua son pintados de color negro para evitar que el agua emita algún destello con la luz del sol que los pueda delatar ante los agentes de la Patrulla Fronteriza.
“Quizás nunca sepamos la causa de la muerte de esta persona, quizás murió por una herida, un ataque violento o deshidratación”, dijo a Efe el alguacil del condado de Pinal, Mark Lamb.
Aunque el color blanco de los huesos encontrados puede ser un indicativo de que la muerte pudo haber ocurrido hace tiempo, Lamb considera que puede ser un preámbulo de que lo se podría ver en los próximos meses ante el incremento en el flujo migratorio.
“En estos momentos posiblemente hay mucha más gente cruzando el desierto, quizás algunos de ellos enfrenten la misma suerte. Estoy seguro que mis oficiales encontrarán mucho más restos humanos antes de que termine el año”, dijo el alguacil.