El grupo armado colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) y algunas disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) obtienen más de la mitad de su financiación por medio de la minería illegal en Venezuela, según un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington.
En el ultimo año, el ELN ha expandido su control en el Arco Minero, una superficie que equivale al 12% del territorio nacional y donde se estima yacen más de siete mil toneladas de oro, cobre y diamante.
Según el informe, el ELN se financia por lo menos en un 60% y las FARC en un 50% con la explotación de minas en Venezuela.
Numerosos grupos criminales luchan por el control de las reservas del territorio al sur de Venezuela, sin embargo, “el ELN ya controla varias de las principales rutas de transporte del área y administra las cadenas de producción”, reza el documento.
Es a partir de este control que los grupos colombianos incrementan sus ganancias, según explicó a la Voz de América Linnea Sandin, coautora del informe e investigadora del CSIS.
“Tanto las FARC como el ELN cobran a los sindicatos por el uso de las de las rutas de tráfico y del equipo industrial para la minería, ya que ambos controlan algunos de los corredores de transporte en Colombia”, expuso Sandin.
Para traficar el oro extraído de suelo venezolano, los grupos falsifican el origen del metal precioso y lo hacen pasar por colombiano, para así comerciarlo en los mercados globales, contó la investigadora.
Los autores encontraron cuatro rutas principales para el tráfico de oro desde Venezuela: Colombia, Brasil, Guyana y el Caribe danés (Aruba, Bonair y Curaçao). El oro es contrabandeado fuera de Venezuela y después “blanqueado y su origen verdadero ocultado con papeles de aduanas falsos”, explicó la experta.
“Gran parte del oro que se vende en el exterior como colombiano es en realidad venezolano”, aseguró Sandin, siendo Turquía y los Emiratos Árabes Unidos los principales destinos del metal precioso.
Varios altos mandos de las FARC, desarmadas en el proceso de paz del 2016, han comenzado a reagruparse en Venezuela y están fortaleciéndose con la explotación de minas de oro al sur del país, advierte el informe.
Maduro y las FARC: más allá del oro
Los lazos entre el Gobierno en disputa de Nicolás Maduro y grupos guerrilleros en Colombia van más allá de la minería. Al anunciar los cargos por narcoterrorismo contra el líder chavista, el Departamento de Justicia de EE.UU. detalló cómo el supuesto ‘Cartel de los Soles’ colaboraba con las FARC para traficar cocaína hacia Norteamérica.
Según la oficina del fiscal del Distrito Sur de Nueva York, donde se presentaron los cargos, Maduro negoció el envío de “toneladas” de cocaína producidas por las FARC, a las que proporcionó armas militares.
El exnegociador de paz de la antigua guerrilla de las FARC, Luciano Marín, alias ‘Iván Márquez’, y Seuxis Paucias Hernández, alias ‘Jesús Santrich’, cuyo paradero es desconocido desde que decidieron rearmarse, también fueron imputados por narcotráfico.
El negocio de la extracción y venta de metales y minerales en Venezuela mueve, respectivamente, 7.000 y 14.000 millones de dólares al año, según cálculos de los investigadores del CSIS.
“La extracción ilegal de oro proporciona al régimen el efectivo que tanto necesita, pero también le permite comprar la lealtad de los militares, gobernadores, alcaldes, etcétera”, resaltó Sandin.
Algunos generales en la zona del Arco Minero, indicó el informe, reciben el equivalente en oro de más de 800.000 dólares al mes.
Con información de La Voz de América