Después de decidir que era el momento de abandonar su país devastado por la crisis, Yenika Calderón extendió todas sus posesiones en una mesa de un mercado de segunda mano en la capital venezolana con la esperanza de sacar suficiente dinero para ofrecerle a su joven familia una nueva vida lejos de ahí, en España.
En los últimos años, millones de venezolanos han emprendido travesías similares y muchos de quienes los piensan seguir ponen sus esperanzas en los mercados callejeros que surgen en Caracas.
Desde hace varias semanas Calderón, de 41 años, va al mercado todos los domingos, regateando con clientes por los precios de sus bolsos favoritos y la ropa de su bebé. Por dentro, contiene las emociones y se obliga a enfocarse en lo que una nueva vida hará para Gael, su hijo de 10 meses, diagnosticado con síndrome de Down.
“(Quiero) ir al súper y comprar la mejor leche para mi hijo”, dijo Calderón “Aquí tengo que hacer demasiado dinero para comprarle una buena leche”.
Algunos de los mercados de segunda mano brotan los domingos o se organizan a través de redes sociales. Los vendedores sacan dinero vendiendo posesiones personales como ropa o artículos del hogar para pagar por una nueva vida en el extranjero.
Con información de El Nuevo Herald