Nkeze ya había huido de casa cuando rebeldes cameruneses le tocaron la puerta, quizá para advertirle que si no se sumaba a un movimiento separatista le amputarían el brazo de la mano con que escribe.
El estudiante de economía, de 24 años, escapó a Douala, la ciudad más grande del país, donde se enteró que el gobierno lo buscaba para arrestarlo tras su participación en una protesta universitaria.
Nkeze viajó después en avión a Ecuador y cruzó ocho países para llegar al norte de México, en la frontera con Estados Unidos. También se desplazó por la selva panameña donde vio cadáveres y refugiados que pedían a gritos albergue, alimentos y agua.
El camerunés aspira a quedarse con parientes en Houston, pero ahora enfrenta un obstáculo posiblemente infranqueable: una nueva prohibición estadounidense que impide solicitar asilo a quienes lleguen a la frontera de Estados Unidos con México si antes pasaron por otro país.
“En suelo estadounidense se está bien protegido”, declaró Nkeze, en tono optimista mientras esperaba en Tijuana la oportunidad de presentar su caso. “Hay protección a los derechos humanos”. Por razones de seguridad, Nkeze pidió a The Associated Press que sólo lo identificara con su último apellido para hacer declaraciones.
Estados Unidos ha asumido en forma progresiva una posición similar a la de los países ricos de Europa y otras latitudes que han convertido el asilo en una perspectiva más distante.
El jueves, autoridades estadounidenses enviaron a un hondureño desde El Paso, Texas, a Guatemala. Fue la primera vez que el gobierno estadounidense regresa a un solicitante de asilo a Guatemala bajo la nueva política, que da al migrante la opción de pedirlo en el país centroamericano. El migrante decidió no solicitar el asilo y regresó a Honduras, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala.
Otrora el asilo era una alternativa, hasta que una gigantesca oleada de migrantes sin precedentes convirtió a Estados Unidos en el principal destino del mundo en 2017, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. El año pasado, Estados Unidos siguió siendo el principal destino seguido de Perú, Alemania, Francia y Turquía.
Casi la mitad de aproximadamente un millón de casos acumulados en las cortes de inmigración de Estados Unidos corresponden a solicitudes de asilo, la mayoría de guatemaltecos, salvadoreños y hondureños.
Trump describió el asilo como “una estafa” y aseguró que el país esta “lleno”. En nueve meses, el gobierno regresó a mas de 55.000 solicitantes de asilo a México para que esperen ahí mientras sus casos se resuelven en las cortes de Estados Unidos. Una corte ha congelado temporalmente otra restricción, según la cual tampoco podrá pedir asilo quien haya cruzado ilegalmente la frontera desde México.
Se desconoce cómo será puesta en marcha esta prohibición.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos no hizo declaraciones sobre el primer vuelo del jueves, el cual fue anunciado sin mayores detalles por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala.
Con información de Voa Noticia