Al menos 930.020 niños, niñas y adolescentes (NNA) fueron dejados atrás por los migrantes venezolanos hasta octubre de 2019, según reveló el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) en el tercer capítulo de su informe Somos Noticia 2018.
Abel Saraiba, psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, señaló durante la presentación del informe, este 18 de noviembre, que solo la población de niños dejados atrás por sus padres inmigrantes supera la población total del estado Nueva Esparta, y la del estado Vargas y Cojedes si se llegaran a unir. Saraiba explica que se trata de 25.000 salones de clases que están hoy afectados por la movilidad humana de Venezuela.
Cecodap estima que la migración forzada de venezolanos afecta de forma diferenciada y específica a los niños, niñas y adolescentes, suponiendo en 2019 que al menos 1 de cada 5 migrantes deja un niño atrás en Venezuela, según las estimaciones de la Organización no Gubernamental (ONG).
Para el 2018 Cecodap estimó que al menos 849 mil niños, niñas y adolescentes se habrían visto vulnerados por la migración de sus padres y representantes. En 2019 la cifra tuvo un incremento de 81.020 NNA, un total de 930 mil 020, y según la ONG, la cifra puede ascender a 943.117.
Según las cifras que arroja la investigación de Cecodap, el 51% de los niños, niñas y adolescentes, dejados en el país por sus padres migrantes, son cuidado por los abuelos.
Así mismo el informe revela que un 31,4% de las familias creen que no están preparadas para hacerse cargo de los NNA durante la migración de sus padres. En 2018, el 51,8% de los encuestados creían que sí estaban capacitados. “Se puede entender que las personas han entendido la complejidad que supone el cuidado de un niño, niña o adolescente”, dice Cecodap.
Remesas no alcanzan
La ONG explica que según el estudio, los padres migrantes envían entre 10 y 50 dólares mensuales como remesas a los familiares o responsables de los NNA. “Las remesas ayudan pero no resuelven el problema de los niños, niñas y adolescente”, asegura Abel Saraiba.
El informe de Cecodap refleja que el 88,2% de los migrantes reporta enviar remesas para cubrir la manutención de los niños, describiendo un ligero aumento de 0,7% en comparación al año 2018.
Pero la ONG señala que el dinero enviado alcanza para dos dólares diarios por niño. Es decir, no puede afirmarse que sea un monto que permita satisfacer plenamente todos los requerimientos que estos puedan presentar. “Uno de los elementos críticos que impulsa a la migración forzada de venezolanos son las remesas familiares”.
Cecodap advierte que al momento de tomar la decisión de migrar muchos padres y madres desconocen cuánto será el monto que podrán enviar a sus familias, lo cual les lleva a tomar decisiones sin la información suficiente para mitigar los riesgos derivados de los procesos migratorios.
“La migración es una realidad que no sólo es un presente sino que también nos habla de un futuro”, culminó Saraiba.
Migración
Claudia Vargas, investigadora y profesora de la Universidad Simón Bolívar (USB), asevera que desde 2018 los migrantes venezolanos son más jóvenes. “Mientras en las etapas anteriores encontrábamos una edad promedio entre 22 y 23 años de edad, en espera de culminar sus estudios universitarios, actualmente las edades oscilan entre 15 años y 59 años. La emigración es joven y además buena parte de ella incluye a la población económicamente activa, es decir, la fuerza de trabajo. donde también se encuentran menores de edad, cuyo indicador significa la emigración o salida de familias completas”, expuso Vargas.
En un estudio hecho por la encuestadora Datanalisis y Cecodap, concluyeron que la principal vocación migratoria es de aquellos que tienen entre los 18 y 23 años edad, con un 60,7% de intención de dejar el país. Mientras que la población con 60 años o más es la que presenta mayor resistencia a la idea de migrar, siendo el 87,1% de las personas que afirman no haber considerado irse del país este último año.
Vargas advirtió que Venezuela está en riesgo de perder su productividad en el mediano y largo plazo por no contar con el activo fundamental para hacerlo que es la gente y el conocimiento.
Con información de Efecto Cocuyo