Junio 22,2019.- De pie y envuelta en una bandera de Venezuela, Sandra Hernández tomó el micrófono y comenzó a hablar. En frente de ella estaba la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, la chilena Michelle Bachelet, que la observaba, visiblemente conmovida.

“Fue detenido el 21 de enero”, comienza su relato al referirse a su marido, Alexander Bandres Figueroa, actualmente en la cárcel de Ramo Verde. Se trata de uno de los 24 guardias que participaron del alzamiento militar de Cotiza, en uno de los episodios más álgidos de la crisis que atraviesa Venezuela., sofocados duramente por la represión del régimen de Nicolás Maduro.

“Amarrado, golpeado, aislado”, explicó Hernández. “Le arrancaron piel de sus manos, perdió totalmente la sensibilidad”, continuó, con la voz entrecortada. “Lo colgaron de los pies hasta que se desmayaba, luego lo electrocutaban y lo mojaban para despertarlo”.

En un video difundido a través de las redes sociales, cada línea del relato es más y más aterradora, y la cara de Bachelet, que escucha con atención, parecía demostrarlo. Gas lacrimógeno, asfixia, intentos de violación… La enumeración continúa entre lágrimas, mientras el auditorio permanece silencioso.

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