Diciembre 7,2018.- Mireya Finol va todas las semanas a un cementerio en Maracaibo, Venezuela, donde está enterrada su hija Kenny Finol, tratando de llenar el vacío que le dejó su brutal asesinato en México. Pero esta humilde madre también espera justicia, quiere ver en la cárcel a quien le arrebató su alegría y las ganas de vivir.

Sentada en una silla de madera en su modesta casa, Mireya Finol, de 64 años, asegura que después de casi un año del asesinato las autoridades mexicanas no le han informado nada sobre la muerte de su hija menor, que estremeció a la comunidad venezolana en varias partes del mundo.

“Yo no he tenido una respuesta oficial del Estado de México. Nada. No sé nada, no me han dado respuesta”, afirmó en una entrevista con el Nuevo Herald.


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