Mayo 24, 2018.- Por toda Caracas, Marta González (nombre ficticio)  buscó la sangre para la operación de su cuñado. Los médicos del Hospital Universitario de Caracas (HUC) le pidieron cuatro bolsas de sangre para tenerlas al momento de la cirugía de extracción de tumor, en caso de que el paciente perdiera tejido y necesitara transfusiones. Sin embargo, la familia no pudo cumplir con el requerimiento y la urgencia de la intervención quirúrgica pudo más.

“Llegó el día de su cirugía y nos dijeron que había que operarlo urgente”, recuerda Marta. “Nos dijeron que, si nosotros lo autorizábamos, podían operarlo a riesgo”. Es decir, ingresarlo a quirófano y hacer la intervención sin respaldo, sin sangre. La familia no tuvo más remedio que acceder.

Así fue. El cuñado de Marta fue operado el 5 de enero de 2017 en el Clínico Universitario. Los doctores lograron extraer parte del tumor, pero no la lesión completa. Para hacer el procedimiento, requerían tener sangre, tejido que el paciente iba a perder debido a la complejidad de la operación. Suturaron al hombre ante la imposibilidad de hacer la extracción completa.

El 8 de enero, tres días después de la cirugía, el cuñado de Marta murió.

Desde la segunda mitad de 2017, el suministro de reactivos serológicos para la evaluación de las donaciones de sangre en los hospitales del país es irregular. Sin embargo, en enero de este año se agudizó la crisis debido a la falta de insumos para descartar la presencia de enfermedades como hepatitis B, hepatitis C, VIH sida, sífilis, el virus linfotrópico humano y el mal de Chagas.

A principios de 2018, la Sociedad Venezolana de Hematología y el Grupo Cooperativo de Medicina Transfusional (Gcmt) alertaron que los bancos de sangre del país estaban “en riesgo de quedar inoperativos” por falta de reactivos.

Operar “a riesgo” se ha convertido en una peligrosa opción producto de la severa escasez de reactivos. Cuatro meses después de la muerte del cuñado de Marta, el desabastecimiento de estos insumos persiste en el Clínico Universitario.

A medias opera el banco de sangre del hospital. Puertas adentro, hay unas 50 bolsas con el tejido, pero no hay ni una sola prueba serológica para realizar el despistaje.

A punta de intercambios sobrevive el banco del HUC. El hospital envía el tejido a una institución para que sea evaluado pero, a cambio, debe cederle parte de la sangre (materia prima).

“Podemos enviar unas 30 bolsas para que hagan las pruebas y nos regresan 15. El sitio se queda con la otra mitad, pero al final del día, nosotros no podemos hacer nada con ese cantidad, es muy poca”, dijo una trabajadora.

“Arriba en piso seis, donde se les da la sangre con serología a los pacientes, no hay nada”, añadió. En caso de una urgencia en el hospital, los médicos no tienen más remedio que colocar la sangre que tiene guardada otro paciente.

Más de un herido que llega a la emergencia del Clínico Universitario debe ser referido a otro hospital debido a la falta de reactivos. “No lo podemos ingresar porque no hay sangre“, es lo que alcanzan a decir desde las puertas de la sala de urgencias.

Millones por una bolsa de sangre

La escasez de reactivos en los hospitales públicos del país ha hecho que los pacientes se vuelvan hacia los laboratorios privados y hacia un “mercado negro” para realizar las pruebas de despistaje.

Una sola bolsa de sangre de 300 cc oscila entre los 14 millones y los 25 millones de bolívares, dependiendo del sitio en el que se adquiera.

Mientras que, solo practicar las pruebas serológicas, cuesta entre 6 millones y 8 millones de bolívares. Eso sí, la persona debe llevar los donantes de sangre hasta el centro.

http://efectococuyo.com/salud/sin-sangre-y-a-riesgo-operan-a-pacientes-en-el-clinico-universitario-por-falta-de-reactivos/