El riesgo aumenta a medida que proliferan las amenazas de las élites gobernantes FOTO CORTESÍA

Abril 26, 2018.- La perenne batalla que cada época va marcando en defensa de las libertades de expresión, información y prensa, lleva a reflexionar sobre la importancia de la vigencia de estas libertades dentro del marco de la democracia.

El ejercicio del periodismo en este nuevo siglo se ha convertido en un desafío y un riesgo para los profesionales que han asumido esta disciplina como una vocación a investigar los hechos y las situaciones que afectan a una sociedad, divulgándolos con ética y responsabilidad.

La perenne batalla que cada época va marcando en defensa de las libertades de expresión, información y prensa, lleva a reflexionar sobre la importancia de la vigencia de estas libertades dentro del marco de la democracia. A lo efectos, 2018 marca el aniversario número 70 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, emanada de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Igualmente, se cumplen 410 años del natalicio de John Milton, poeta y ensayista inglés, autor de las importantes obras El Paraíso perdido y El Paraíso recobrado. Sin embargo, lo que identifica y relaciona a Milton con la libertad de prensa, al igual que con las libertades mencionadas, es un polémico tratado que intituló Un discurso del señor John Milton al Parlamento de Inglaterra sobre la libertad de impresión sin censura, escrito en 1644 en medio de los avatares de la Guerra Civil inglesa. Este texto es conocido como Areopagítica en cuyo contenido expresa como propósito: “Librar a la prensa de las restricciones con las que fuere lastrada, de manera que el poder de determinar lo que era verdad y lo que era mentira, lo que había de publicarse y lo que había de suprimirse, dejare de confiarse a unos cuantos individuos iletrados e ignorantes, los cuales habrían de negar su licencia a toda obra que contuviere parecer o sentimiento apenas superior al nivel de la vulgar superstición.” Señalan los investigadores de su obra, que el poeta al usar el término Areopagítica hacía referencia al parlamento inglés y sus miembros en una relación analógica con el Areópago o el Consejo de los Areopagitas de la antigua Atenas que dentro del sistema político y jurídico griego, tenía como función la interpretación de las leyes y llevar a cabo el juicio a los ciudadanos en tiempos de Solón.

La vigencia del pensamiento miltoniano ha trascendido en el tiempo; a los efectos, en una edición de este discurso, auspiciado por la Sociedad Interamericana de Prensa, se manifiesta: “Pese a que han transcurrido tantos años, a que el avance de la civilización ha sido considerable y a que la lucha por la autonomía nunca ha cejado, se mantienen graves restricciones y ataque a la libertad de expresión que cobran vida a través de leyes, medidas administrativas y restricciones gubernamentales.” Más adelante se agrega: “En épocas como la nuestra, en que los enemigos de la verdad no reparan en asesinar a periodistas con tal que la ciudadanía no sepa que ocurre vale la pena recurrir a Milton cuando sostiene que ‘matar a un buen libro es casi matar a un buen hombre. Quien a un hombre mata quita la vida a una criatura racional, imagen de Dios; pero quien destruye un buen libro, mata a la razón misma, mata la imagen de Dios.’ Quien mata a un periodista – podemos sostener parafraseando a Milton- no solo quita la vida a una criatura racional, sino que lo que busca es matar la razón, destruir y eliminar el derecho y la libertad de todos y cada uno de los ciudadanos a buscar, recibir y difundir información, a saber todo lo que pasa y a expresarse libremente.”

El tema de la defensa de las libertades de información, expresión y prensa siempre ha corrido el riesgo de ser manipulado por los mercaderes de la política, valga decir los demagogos y politiqueros de diferente pelaje, cuando les conviene. Al respecto, en el texto aludido se explica lo siguiente: “Cuántas veces vemos en nuestros países a políticos que en la oposición son los máximos defensores de la libertad de prensa para, toda vez que se ha obtenido el poder, transformarse en los máximos críticos y enemigos de esa libertad.” Tales situaciones, llevan a dichos políticos a esforzarse por amordazar de forma abierta o encubierta a los medios y periodistas, apelando a increíbles procedimientos de censura y obligando a la nefasta y antiética práctica de la autocensura. Bien lo dice Milton en su discurso: “La libertad de la prensa hubo de ser otra vez sojuzgada, se vio anulado el privilegio de los pueblos, y, lo que es peor, la libertad del saber vino a gemir todavía en sus antiguas cadenas.”

Finalmente, unas palabras del poeta inglés para quien la libertad de expresión equivale a “la cima de todas las libertades.” Así deja este mensaje: “Si no pueden ser todos de igual parecer, será sin duda más saludable, más prudente y más cristiano que sean muchos tolerados, antes que todos constreñidos.” En suma, “verdad y entendimiento no son mercancías monopolizables.”

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