Muchos venezolanos, que han llegado a la ciudad brasileña de Boa Vista, viven en terribles condiciones. / EFE

Marzo 04, 2018.- Hasta diciembre de 2017 habían emigrado 2,7 millones de personas desde el vecino país. Varios países de la región han recibido a los migrantes. Una crisis regional que amenaza con empeorar.

La crisis venezolana hace rato desbordó las fronteras. A medida que las condiciones en la nación vecina empeoran, varios países de América Latina se ven desbordados por una de las mayores migraciones en la historia reciente. (Video Venezolanos en Colombia: testimonios de quienes buscan mejor vida en el país).

Hasta diciembre de 2017 habían salido de su país 2,7 millones de venezolanos, siendo Colombia el principal destino, de acuerdo con cifras del Observatorio de la Voz de la Diáspora Venezolana.

Aunque la migración comenzó con la llegada de Hugo Chávez al poder (1999), cuando miles de profesionales y gente de clases altas comenzaron a abandonar Venezuela hacia destinos como Estados Unidos y Europa, desde 2016 son los ciudadanos de clase media y baja los que huyen de la pobreza, la violencia y la escasez hacia destinos más cercanos.

Argentina registró la llegada de más de 27.000 venezolanos el año pasado; en Chile el número que solicitó la visa de residencia en 2017 aumentó 20 veces, de según el Departamento de Extranjería. Hasta junio del año pasado, se habían recibido más de 32.000 solicitudes, superando el total de peticiones de 2016.

En México la situación es parecida: mientras que en 2013 sólo un venezolano solicitó refugio, en 2017 se recibieron 4.042 peticiones.

Perú informó que más de 21.000 ciudadanos venezolanos formalizaron su condición migratoria el año anterior, tras acogerse al Permiso Temporal de Permanencia (PTP), aprobado por el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski.

La Superintendencia Nacional de Migraciones de Perú informó que aún tienen pendientes cerca de 5.000 trámites de legalización de venezolanos.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), cerca de 236.000 venezolanos ingresaron en Ecuador entre 2016 y septiembre de 2017. Aproximadamente tres cuartas partes de estas personas continuaron hacia Perú y Chile. Hasta septiembre de 2017, más de 1.500 ciudadanos venezolanos habían pedido asilo en Ecuador y en agosto de 2017 se registró una cifra mensual récord de 222 solicitudes, afirmó Acnur.

En Uruguay, según datos oficiales, hasta agosto de 2017 se habían registrado 5.500 venezolanos, constituyéndose en la tercera comunidad de extranjeros en número de trámites para obtener la residencia permanente en Uruguay, detrás de argentinos y brasileños.

Según datos de la Dirección General de Migraciones, en tres años y medio (2014-2017) ingresaron a Paraguay 9.780 venezolanos, de los cuales 8.413 retornaron a su país y 1.637 decidieron quedarse a vivir en distintas ciudades de ese país.

Estados Unidos es otro de los destinos favoritos de los venezolanos, que pasan por varias naciones latinoamericanas antes de llegar al país del norte. Se calcula que allí viven entre 400.000 y 450.000 venezolanos. Venezuela Awareness Foundation (VAF) informó que, de acuerdo con las cifras del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis), los pedidos de asilo político de venezolanos en Estados Unidos se duplicaron en 2017, con un total de 29.250 peticiones.

“Según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis), Venezuela cierra 2017 con 29.250 peticiones, liderando mes por mes el país en solicitarlo, y duplicando la cifra de 2016 de 14.738”, precisó Patricia Andrade, directora de VAF, en declaraciones al Miami Herald.

En diciembre Venezuela llegó al primer lugar de los 10 países que más peticiones de asilo político presentaron en EE. UU., con 2.770 solicitudes.

Brasil, SOS

Boa Vista es la Cúcuta brasileña. A esta ciudad del estado de Roraima han llegado tantos venezolanos, que el presidente de Brasil, Michel Temer, tuvo que suspender sus vacaciones de Carnaval para estudiar qué hacer con la crisis migratoria.

Después de las medidas que tomó Colombia la semana pasada, el mandatario brasileño estudia soluciones parecidas. “Estamos en una disputa diplomática con Venezuela, porque no estamos de acuerdo con la forma en que las cosas ocurren allá”, dijo, pero, a pesar de esas diferencias, el gobierno brasileño sigue intentando prestar “ayuda humanitaria” al país vecino y a los miles de venezolanos que se han establecido en Brasil.

Las autoridades de Boa Vista, con una población de cerca de 320.000 habitantes, calculan que en los últimos meses han recibido a más de 40.000 venezolanos, el 10 % de la población.

Lo más grave de la situación es que estos inmigrantes viven hacinados en pequeños albergues o en las calles, lo que ha generado hechos de xenofobia.

“El Ministerio Público ha recibido noticias de hechos graves (…), casos de xenofobia, trabajo esclavo, tráfico de personas y de impedimento de acceso a los servicios públicos”, afirmó la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge.

Las autoridades de Roraima se declaran desbordadas por la crisis y aseguran que no tienen estructura suficiente para atender la ola migratoria.

El año pasado ya habían declarado situación de emergencia en salud pública, debido al aumento del número de pacientes en los hospitales locales. Suely Campos, gobernadora de Roraima, contó que en el hospital de la capital nacen cada día cinco niños venezolanos.

El gobierno de Temer pretende realizar un censo y, a partir de marzo, empezar a trasladar a una parte de estos 40.000 venezolanos hacia otros estados.

Al igual que Colombia, Brasil decidió fortalecer la frontera con uniformados. “Estamos aquí para eso, para ampliar nuestra actuación en la frontera, en la distribución de los venezolanos, hacer un censo para saber cuántos hay aquí”, afirmó el ministro de Defensa, Raul Jungmann, la semana pasada.

El gobierno pretende financiar la construcción de nuevos abrigos para aquellos en peores condiciones y promover su incorporación al mercado del trabajo, tanto en Roraima como en otros estados del país.

El ministro de Justicia, Torquato Jardim, anunció también un proyecto para acelerar la concesión de documentos a los inmigrantes que les permita trabajar y debatió un proyecto piloto que permita absorber mano de obra venezolana en otras ciudades.

Un retrato de una Venezuela en llamas, cuya tragedia humanitaria, que ya afecta a toda la región, amenaza con crecer. El sociólogo Tomás Páez Bravo le dijo a la agencia Anadolu que en el segundo semestre de 2018 puede haber una avalancha de emigración. ¿La razón? La condiciones que están obligando a los venezolanos a huir (pobreza, hambre, violencia y escasez) continuarán con la muy segura reelección de Nicolás Maduro, en las polémicas elecciones del 22 de abril.

Ayuda de EE. UU.

El subsecretario de Estado para Latinoamérica y el Caribe, Francisco Palmieri, aseguró desde Washington que su país está dispuesto a proporcionar ayuda técnica y humanitaria para atender la crisis migratoria.

Según el funcionario del gobierno de Donald Trump, se trata de un tema regional porque los venezolanos también están llegando a Curazao, Aruba, Lima, Buenos Aires y Santiago. “Si Maduro nos permitiera que la asistencia de alimentos y servicios médicos llegara al pueblo de Venezuela podríamos tener un impacto directo”.

En su reciente viaje a Bogotá, el secretario de Estado, Rex Tillerson, incluso habló sobre la posibilidad de desviar recursos hacia Colombia para afrontar la crisis migratoria.

Algo que rechaza Nicolás Maduro, quien considera que esta ayuda puede dar pie a una “invasión encubierta” por parte de los países que la impulsan y por eso la rechaza.

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