Yasmira Gordillo, de 46 años, alimenta a su hija María, de 19 años, en Cúcuta, Colombia. La mujer hizo un viaje de 14 horas en autobús desde Valencia, Venezuela, con su hija para conseguir los medicamentos contra las convulsiones que necesita la joven, quien padece de parálisis cerebral. Jim Wyss [email protected]

Febrero 21, 2018.-

Yasmira Gordillo estaba desesperada.

Había pasado meses buscando en Venezuela, infructuosamente, los medicamentos contra las convulsiones que su hija necesitaba para sobrevivir.

“Gritaba día y noche”, dijo Gordillo de María, su hija de 19 años, quien padece de parálisis cerebral y está en una silla de ruedas. “Yo no dormía, ella no dormía, así que tuvimos que irnos”.

Irse significó sedar a María y lanzarse a un horroroso viaje de 14 horas de noche en un autobús sin ningún plan en mente, excepto encontrar la medicina en Cúcuta, el atareado poblado fronterizo colombiano que es a la vez el salvavidas y la vía de escape de muchos venezolanos.

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