Foto: El Carabobeño

Agosto 31, 2017.- Ochenta y tres años después de su fundación, El Carabobeño desaparece en versión impresa. El agravamiento y las limitaciones causadas por un problema que inició en 2014 llegó a su punto más álgido este viernes, 10 de febrero, y provocó el cierre de las rotativas en las instalaciones del periódico con más historia del estado Carabobo.

“Una censura impuesta por el Gobierno nacional y regional a través del Complejo Editorial Alfredo Maneiro” es la causa que, según alegó Carolina González, jefa de redacción del diario, genera la salida de circulación del medio de comunicación.

Como consecuencia se generó una situación de inestabilidad dentro de la organización en la que muchos empleados renunciaron, algunos para marcharse del país y otros para dedicarse a otros trabajos no relacionados con el periodismo. “En su mejores tiempos, El Carabobeño llegó a tener unos 700 trabajadores directos y una red amplia de indirectos que se encargaban de poner el periódico en la calle”, contó González a Efecto Cocuyo.

No es la primera vez que el diario enfrente una situación de cierre. En febrero de 2015 decidieron cambiar de formato para circular en versión tabloide lo cual, asegura González, comenzó a incomodar al gobernador Francisco Ameliach por la cobertura veraz de, entre otras cosas, el sistema de salud y la mala calidad del agua en Carabobo.

“Esto detonó la mecha”, precisa González al referirse a que el 19 de marzo de ese mismo año llegaron las últimas bobinas de papel periódico que el Complejo Editorial Alfredo Maneiro (Ceam) vendió al periódico. Así, el 17 de marzo de 2016 salió de circulación como diario, y pasó a convertirse en un semanario a partir del 30 de septiembre del mismo año, pero con la compra de papel periódico a precio del mercado negro.

“Cuando aquí (en el estado) ha habido noticias positivas nosotros las hemos publicado, además de las noticias críticas. Ahora, no es nuestra culpa que éstas últimas sean más que las positivas”, afirmó y alegó que el Ceam nunca responde a las solicitudes de adquisición de papel. “La últimas vez que lo hicieron fue para pedirnos que le publicáramos un boletín de prensa”.

“De nada valió la protesta de la sociedad civil y la exigencia de una reunión con el mandatario regional que hicieron en conjunto representantes de diversos sectores, incluidos la Iglesia, la Universidad, la cultura. Francisco Ameliach no los recibió ni declaró sobre gestiones hechas ante el Ceam para destrabar la venta de papel periódico”, se lee en la última edición de “La Verdad Impresa” de El Carabobeño.

Hechos repetidos

El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) totalizó 26 violaciones a la libertad de expresión contra los trabajadores de la prensa en el pasado mes de enero, en un informe que advierte que “no hay disposición del Estado para preservar lo consagrado en los artículos 57 y 58 de la Constitución Nacional“.

El diario El Impulso, del estado Lara, dejó de circular por 4 días debido a que el Ceam no le facilitó, sino hasta el 9 de enero, el papel periódico que les habían prometido para 15 días. Caso similar es el del diario La Razón que también presenta problemas similares, luego de denunciar que el Ceam no les ha vendido papel periódico tras más de 16 semanas.

Lo mismo ocurrió con el diario La Nación, también de Táchira, que advirtió que “la cantidad que mensualmente asigna el Ceam, única empresa que vende el papel en el país, ya está llegando a su fin, pese a los ahorros, que han resultado insuficientes para mantenernos en páginas y circulación”.

A esto se suma el Diario Católico, con 93 años de circulación en el estado Táchira, que debió anunciar su cierre por falta de papel. Dicha medida dejó a 18 trabajadores en condición cesante a partir del 31 de enero.

Tinedo Guía, presidente del CNP, acusó al Gobierno nacional de atacar y abusar de poder contra medios independientes que cumplan con su labor constitucional de brindar información a los ciudadanos.

“Los periódicos del oficialismo, los de propaganda, que no informan, sí tienen acceso completo al papel periódico, lo que demuestra que esto es una censura de la más vulgar y torpe que puede hacer el Gobierno porque a través de las redes sociales también circula la información”, recalcó.

El Carabobeño se une a los periódicos que dejan de circular por falta de papel