Tenemos derecho; punto. Eso es todo; no hay que discutir más. Peor aun, si tengo derecho, es irrelevante si lo que digo es cierto o falso. (Sociedad y Prensa)

Junio 05, 2017.- “Usted no tiene derecho a opinar” es un inicio desatinado de una columna en una página de opinión, pero quería provocar su atención.

Nuestras convicciones democráticas y de libertad de expresión nos llevan a proclamar que tenemos un indiscutible derecho a opinar. Sin embargo, esa expresión encarna una falacia lógica con la cual se desacredita cualquier oposición reclamando un derecho. Cuando afirmamos la existencia de un derecho a opinar, no necesitamos tener que ofrecer alguna justificación por nuestra opinión. Tenemos derecho; punto. Eso es todo; no hay que discutir más. Peor aun, si tengo derecho, es irrelevante si lo que digo es cierto o falso.

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No, usted no tiene derecho a opinar