Junio 09, 2017.- “No bastan la queja, la culpa y el reclamo”, es necesario darle voz y ponerle rostro, nombre e historia a esas cifras de muertes violentas que se registran en los países latinoamericanos, hace falta una cobertura periodística con enfoque en los Derechos Humanos. En este punto coincidieron los expertos, periodistas y víctimas que este jueves, 8 de junio, inauguraron la primera jornada del seminario ¿Cómo des-cubrimos la violencia?.

En la actividad, organizada por Efecto Cocuyo, Redes Ayuda, Reacin y Caracas Mi Convive, además de los expertos y periodistas, las víctimas colaterales de la violencia letal que se vive en el país encontraron un espacio para expresarse, para cuestionar la cobertura informativa, para reconocer el apoyo de algunos periodistas y medios de comunicación y para sugerir modos de llevar a cabo el ejercicio periodístico en esta materia.

Aracelis Sánchez, quien perdió a su hijo de manera violenta y que fue perseguida por funcionarios de seguridad del Estado, habló de los errores en las reseñas que la prensa hace sobre las víctimas. “Hay víctimas que son criminalizadas en la cobertura periodística”, sentenció.

Para Dilcia Mendoza, quien también camina con la marca de haber perdido a un hijo por acción de los cuerpos policiales, “en los periódicos o en los portales se publica información que genera mucho daño; y no hay nadie que lo repare, aunque tengamos una réplica. Con esta información, a todas las familias nos hacen un gran daño”.

Ellas, en compañía de otras mujeres, que han resultado víctimas de la violencia letal que se vive en Venezuela, hicieron varias recomendaciones a quienes tienen en sus manos la tarea de informar: 1) Antes de dar una noticia , investigar y contactar a los familiares, 2) Hacer seguimiento a los casos para que los errores cometidos en la difusión de información puedan ser enmendados, 3) Denunciar la violación de las garantías legales y 4) Difundir, en el marco de una campaña, información sobre los Derechos Humanos, “porque mucha gente no los conoce”.

Hace falta enfocar el periodismo en los Derechos Humanos