ncnl1603-13829869750Marzo 26, 2016.- (Prensa VAF) A la largo de la historia, la humanidad ha necesitado de la tan preciada libertad para desarrollarse de manera digna, sin embargo, hay quienes erróneamente prefieren estar de lado de la opresión contra la libertad, atentando así contra la misma naturaleza humana.Dicha preferencia, lleva a garrafales errores históricos, ya que es imposible luchar contra la naturaleza humana, pues se estaría sometiendo al fracaso, a quienes están del lado de la opresión, así como a quienes están del lado oprimido, que son los que sufre durante el proceso.

Venezuela, pese a estar inmersa en una “revolución socialista” (nombre dado por sus gobernantes) su actual constitución establece de manera irrenunciable y sin discriminación, la garantía de los derechos humanos (DDHH), en su artículo 19. Entiéndase que la libertad de expresión está incluida en los DDHH, es decir y hacer lo que a conciencia se quiera, asumiendo las responsabilidades. En consecuencia, la misma constitución venezolana establece en su artículo 58 la libertad de expresión, como una forma de informar a los ciudadanos, y ejercer los DDHH.

Aunque en la teoría textual, la carta magna de Venezuela es muy precisa en cuanto a valores de libertad, del dicho al hecho hay un abismal trecho. Entre los objetivos revolucionarios, el gobierno por medio del estado es dueño absoluto de la Corporación Maneiro, la cual es la única institución que puede vender papel periódico, a medios impresos. Dicha empresa estatal, subsidia cuantiosos periódicos comunitarios, cuya línea editorial es promover propaganda del gobierno. Así como impone trabas burocráticas a medios independientes, para que estos puedan acceder a comprar el papel que necesitan, y aunque no existan dichas trabas, el gobierno niega divisas para que los medios puedan acceder a la compra del papel, para así informar, según el artículo 58 de la constitución.

DADIVOSIDAD BELICA

El gobierno es dadivoso cuando se trata de material bélico. Para el 26 de Febrero, en Venezuela Awareness, se realizó una publicación titulada: MinDefensa ordena entregar armas largas a la Milicia para defender la revolución, en donde “un informe del Instituto de Investigaciones de Paz de Estocolmo que revela que Venezuela fue el mayor comprador de armas de América Latina”. En dicha nota, también se expone, como el gobierno promueve la defensa revolucionario de manera militar. Situación incongruente en un país, que al menos en teoría tiene una ley que versa sobre el desarme total. De allí que es igual de incongruente, que sea el país con más altos índices de criminalidad. Y según los mismos órganos policías, un país “donde los delincuentes están más y mejor armados”.  Delincuentes que siguen ordenes desde las cárceles, de quienes incluso son aliados públicos del gobierno.

Es preocupante la situación, donde un gobierno que promueve el lenguaje bélico y lo lleva a la acción por medio de la compra de armamento, tenga como seguidores, a quienes pueden atentar contra los medios de comunicación, siguiendo interpretaciones incluso subjetivas de sus líderes políticos, razón por la cual, se estaría cometiendo un atentado terrorista en potencia contra la libertad de expresión, oprimiendo a toda una nación, a la autocensura de no poder expresar sus malas, causados por el gobierno, o de lo contrario el lógico y natural miedo a daños contra la integridad física se vería visible. Es por ello, que los atentados terroristas, en su definición más filosóficas pero también más simple, son todas las acciones que promuevan el miedo al desarrollo digno del ser humano, así como impidan los DDHH, de allí que el apoyo a las víctimas de terrorismo debe ser tangible.

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