Ideologia el camino untitledOctubre 14, 2015.-Todos los sistemas tiránicos buscan un camino para mantenerse en el poder, porque la estabilidad y los beneficios de los gobernantes dependen en gran parte de la sumisión, e implementan un pensamiento único ideologizador, de sumisa obediencia a un líder y a un sistema de vida, del cual parten nefastas ideas que los connacionales deben tener para pensar y actuar en consecuencia a la doctrina impuesta, aunque sea en deprimente de mejorar a la persona. Quien se niegue tiene el juicio escrito de traidor, con un veredicto que va desde la cárcel hasta el paredón. Cualquier idea diferente, sobre todo si auspicia signos de libertad de pensamientos y de acción, es tratada como desestabilizadora, aunque mejoren al individuo. Cabe preguntarse entonces, como es posible que las personas prefieran una doctrina o ideología que desmejore su vida, ante la libertad que lo enaltece como epicentro de la humanidad.

Al igual que la Alemania nazi, la Italia fascistas y la Europa comunista; en Venezuela se expanden centros educativos públicos, controlados por el gobierno, los cuales han implementado sistemas que lejos de ser educativos sirven para imponer a los niños a vicios de ideología comunista, ya que los niños están en una etapa de aprendizaje y lo que se les enseñe de manera directa o indirecta queda en su cerebro para así actuar en base. El 26 de Marzo del año 2014, en Venezuela Awareness se publicó un vídeo titulado “Para que no quede duda, así adoctrinan a los preescolares de Venezuela” en el se muestra como tutores académicos lejos de enseñar educación, imparten doctrinas de obediencia al gobierno. Así como las llamadas Ferias Escolares, donde los padres pueden acceder a material educativo a un precio más económico, allí se venden libros que no conformen con deforman la historia, se muestran textos donde se enseñan doctrinas bélicas anti democráticas. También el ejemplo de las Canaimitas, pequeñas laptops regaladas a los niños de educación básica de instituciones públicas; estas Canaimitas tienen dentro de sus programas, juegos que instan a la violencia y junto al nuevo currículo escolar, cuyos textos de aprendizaje comunistas son impartidos en las escuelas, donde obligan a los niños a asistir a actos del partido de gobierno y demostrar obediencia a los gobernantes. Al ser aparentemente gratuito, pues sale del bolsillo del erario público, e implementada a niños que son como esponjas del aprendizaje, el camino está hecho para crear un ejército de sumisión a disposición del gobierno, en base a una doctrina opresora.

Ideologización carcelaria

No conforme, el gobierno usa una nueva forma de adoctrinar. Las cárceles venezolanas están llenas en su mayoría de presos comunes (también existe una larga e injusta lista de presos político) quienes movidos por la falta de oportunidades y el verbo de un gobierno que promueve la violencia cayeron en delitos que fueron una forma rápida de hacer dinero fácil. Delitos como robo y venta de drogas, entre otros. Los presos comunes en Venezuela son considerados estudiantes de las cárceles, porque desde los centros penitenciarios pueden hasta manejar bandas de criminales, así como aprender a cometer fechorías de diversos estilos. El verbo violento del gobierno, con el cual los reos de identifican, hace crear una alineación, así como la corrupción de los sistemas penitenciarios. De allí que las cárceles venezolanas, lejos de ser centros de reinserción a la sociedad, son centros ideológicos, demostrable el día 29 de Septiembre de 2015, cuando Venezuela Awareness publico la denuncia donde se atestigua la tortura carcelaria, junto a la imposición a los reos de cantar himnos y repetir frases que ensalcen la figura de Hugo Chávez y la sumisión al sistema gobernante. Por esta razón, las cárceles venezolanas lejos de ser centros de reinserción a la sociedad, son centros ideológicos. De modo que, el gobierno hace uso de la corrupción de los sistemas penitenciarios y entre otras cosas, para inculcar su doctrina a personas con un alto resentimiento, y estos al ser liberados, como retribución son agentes obedientes del sistema. El gobierno no tiene que inculcarles ningún tipo de formación que induzca al odio, pues lejos de aminorarla se la promueven hasta aumentarla, es decir, el gobierno es participe de la actual sistema carcelario para crear un ejército callejero, obediente para asistirlo en lo que se les ordene, bajo cualquier pretexto, basándose en una ideología que solo busca el control de muchos, para mantener lo privilegios del poder de unos pocos. Por tal razón, el odio y el resentimiento es la principal herramienta, junto con la apertura a la ignorancia, de las tiránicas que buscan con desespero su perpetuidad al costo de promover la intolerancia extrema contra ciudadanos dignos.

Alberto Pérez Reverón

Periodista venezolano promoción 2013 y activista de los DDHH

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