Blas Santander

El reportero gráfico venezolano Blas Santander, del diario El Nuevo País, cuenta a APEVEX los detalles de su detención en Caracas cuando cumplía con su deber de informar con imágenes la grave escasez de productos básicos que padece Venezuela, debido al pésimo manejo de la economía por parte del régimen chavista y que pretende ocultar arrestando a periodistas y censurando la información.

@byesant: Les escribo para narrarles un poco cómo fue mi detención mientras cubría los sucesos que ocurrían en Santa Fe (Caracas) el día 10 de enero del 2015, además de cómo serían las siguientes horas.

Todo comenzó el sábado a las 12 del mediodía que me llegó el rumor de que en Santa Fe ocurriría una protesta por la inseguridad y la escasez, por lo cual acudí a este sector para cubrir lo que posiblemente allí podría pasar. Al llegar, como otras veces, tuve que esperar ya que aún
no existía protesta alguna, por lo cual me fui a una bomba de gasolina cercana hasta que comencé a ver movimiento y acudí para comenzar a sacar las fotografías.

Estuve allí tomando fotografías de la protesta por al menos una hora hasta que comenzó a llover y busqué resguardo, luego que paró la lluvia me acerqué de nuevo al lugar a ver si continuaba la protesta y al ver que ya los manifestantes se habían retirado, me dispuse a irme, momento en el cual fui abordado por militares de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a los cuales inmediatamente entregué mi credencial de prensa y cooperé en su revisión de todos mis herramientas de trabajo, incluso observaron y revisaron las fotografías que había tomado y me informaron que mis credenciales serían revisadas.

Luego de un rato la GNB comenzó a subir a una camioneta a los detenidos, fui informado que por motivos de problemas con radiar a central debía acompañar a la patrulla hasta el comando, que ellos se quedarían con mi credencial, documentos y cámara hasta llegar allá, que tomara mi motocicleta y los siguiera, lo cual aceptá y los seguí hasta el comando de RESUR en Fuerte Tiuna (instalación militar en las afueras de Caracas), donde se me pidió esperara afuera hasta bajar a los detenidos, luego fui escoltado hasta adentro, llevado a un cuarto, despojado de mis pertenencias (celular, casco, chaqueta, chaleco de prensa, etc) y llevado al mismo cuarto donde tenían a los detenidos.

En este cuarto en reiteradas oportunidades pregunté cuál era la razón por la cual estaba siendo retenido allí, todos mis papeles estaban en regla y yo estaba cumpliendo mi labor, pregunta que la GNB ignoraba y reían cada vez que la hacía, ya en este momento era claro para mi que me estaban deteniendo como manifestante, ignorando y haciendo caso omiso a mis documentos y credenciales como prensa y reportero gráfico.

En esta primera noche no nos fue permitido hablar con abogados, familiares o conocidos, fuimos esposados y obligados a permanecer así toda la noche. Fui interrogado por el SEBIN como delincuente, nuevamente hacía la misma pregunta de cuál era la razón de mi detención, que yo estaba allí trabajando como prensa y que estaba debidamente identificado y acreditado como tal, nadie respondía y solo parecía molestarlos más.

En horas de la madrugada fuimos sacados del comando, paseados por distintas zonas de Caracas y llevados de regreso al comando unas cuantas horas después. Al día siguiente en horas de la mañana acudió al sitio el Colegio Nacional de Periodistas, además de varios medios y El Nuevo País (medio para el cual trabajo) quienes avalaban por mi como reportero gráfico y afirmaban que yo sí estaba en Santa Fe cubriendo lo que allí ocurría para ellos.

Aún así permanecí detenido, esposado las 24 horas de día, y en condiciones precarias. Nuevamente llegó la noche y aún permanecía detenido por ejercer mi labor como reportero gráfico, violando la resolución de la ONU del 2013 sobre las marchas, las manifestaciones y los periodistas y reporteros gráficos que las cubren.

No sería hasta el día lunes a media mañana que fue trasladado al palacio de Justicia, donde mas tarde fui procesado y acusado por cumplir mi labor como reportero gráfico y ejercer mi derecho a la información. Me acusaron de obstaculizar una vía pública e instigación pública y delinquir. Me otorgaron libertad condicional con régimen de presentación cada 30 días.

Así fue mi experiencia por trabajar como reportero gráfico y tratar de informar sobre lo que ocurre en Venezuela, fui tratado como un delincuente y procesado y acusado como tal, por tomar una fotografía.

A la fecha que les escribo esto, 15 de enero 2015, mis pertenencias y herramientas de trabajo (celular, cámara, lentes de cámara, credenciales de prensa, moto etc) aún siguen retenidas por la GNB sin información alguna de cuándo, o si serán devueltas.

Blas Santander: “Informar no es delito, fotografiar no es un crimen”